El plan secreto de la princesa Charlène para robarle protagonismo a Carolina de Mónaco: de los desfiles de moda a las inauguraciones de tienedas

El duelo silencioso entre Carolina de Mónaco y la princesa Charlène sólo lo puede ganar una de ellas (y la esposa de Alberto II tiene salir victoriosa).

La princesa Charlène y Carolina de Mónaco, juntas en un evento del Principado. / getty

Silvia Vivas
SILVIA VIVAS

Mientras la imagen de Carolina de Mónaco permanece inalterable (una mujer elegante, impasible e inalcanzable photocall tras photocall), la de la princesa Charlène gana en brillo poco a poco tras su retorno a la vida pública aportando emoción al duelo de popularidad entre las dos princesas monegascas más mediáticas. Su último do de pecho ha sido el más comentado: su asistencia por sorpresa al desfile de Louis Vuitton en la semana de París.

Hasta ahora la alta costura parecía el territorio exclusivo de Carolina de Mónaco, pero esta semana ha quedado claro que la consorte del príncipe Alberto II quiere dejar atrás la etapa más oscura de su vida y, de paso, demostrar quién manda en Mónaco. Y está siguiendo un medido plan de lavado de imagen para dejar este punto bien claro, plan que evoluciona favorablemente.

Carolina de Mónaco y Charlène, dos princesa enfrentadas por la prensa

Durante el último año Charlène ha soportado rumores en la prensa rosa a la altura de las historias más descabelladas que se han escrito sobre Carolina de Mónaco. Pero esto, que podría haber unido a ambas mujeres, no parece haberlas hermanado, al menos, públicamente. Hasta la semana pasada no se las vio juntas en un mismo evento. Hacía dos años que no coincidían en una foto.

Entre los rumores que se extendieron como la pólvora durante la ausencia de Charlène de Mónaco el favorito de cierto sector del mundo gossip era el «golpe de estado blando» que Carolina de Mónaco había dado en palacio. Durante casi toda la pandemia la hermana mayor de Alberto de Mónaco había sido, sin duda, la primera dama del principado.

En abril de este año Charlène volvió a la vida pública y dispuesta a recuperar ese puesto de primera dama y cada uno de sus pasos en ese sentido se ha sentido como un agravio a su cuñada. No acudió al Baile de la Rosa que organizó Carolina, y ni se molestó en dar una excusa al respecto: no lo pisa desde 2014.

Mientras la agenda de Charlène crece, la de Carolina ha ido decreciendo. Charlène ha acumulado nuevas obligaciones y títulos en fundaciones y ONGs, Carolina ha desaparecido casi del mapa. Y lo más importante, en cada aparición Charlène ha intentado mostrarse contraria a todo lo que hace Carolina de Mónaco.

La cercanía, el arma secreta de Charlène de Mónaco

Mientras la hermana del príncipe Alberto posa cada vez más a menudo en solitario, sin sonreír y con gafas oscuras; la princesa Charlène recibe a los visitantes del palacio Grimaldi y no duda e servirles de guía y abrazarlos, se hace fotos en la maternidad del Hospital Princesa Grace haciendo arrumacos a los recién nacidos y hasta visita al Papa y las cortes europeas ejerciendo, indudablemente, de primera dama.

Su última victoria como «jefa» de Mónaco podemos aventurar que le ha dado a Carolina de Mónaco donde más le duele: en la semana de la moda parisina, una de las citas inexcusables para la princesa de Hannover. Pero esta vez quién deslumbró a la prensa en París fue Charlène.

Mientras que la última vez que Carolina acudió a París lo hizo, como siempre, forrada de Chanel, una vanguardista Charlène de Mónaco deslumbró con el estilo que la está empezando a caracterizar en el front row del desfile de Akris, una firma suiza de alta costura que celebraba un siglo de existencia con un desfile en el Palais du Tokyo.

La moda ha sido siempre uno de los puntos fuertes de Carolina de Mónaco (guiada casi desde su adolescencia por las vertiginosas aguas del buen gusto por el mismísimo Karl Lagerfeld), y uno de los débiles de Charlène.

Aún hoy Charlène tiene escalofríos cuando recuerda su primer estilismo ante la sociedad monegasca: un vestido verde brillante complementado con sus uñas pintadas de rojo y la piel enrojecida por haber jugado al voley playa toda la mañana.

Vídeo. Charlène de Mónaco: la vida de la princesa triste

Una década más tarde Charlène, por fin, ha encontrado su propio estilo y ya no vive «aterrorizada» ante la idea de cometer un error mientras Carolina repite, evento tras evento, su bolso acolchado y su chaqueta de tweed.

Si hace diez años nos hubieran dicho que Charlène iba a reinar en la semana de la moda parisina y Carolina, no, nos hubiéramos reído. De hecho, Charlène se despidió de la moda parisina allá por 2014 y no se la volvió a ver por la semana de la moda francesa hasta 2018, cuando decidió visitar Akris en solitario por primera vez.

Pero quién ríe la última ríe mejor (y más elegante), y en este caso esa ha sido la mujer de Alberto II que ha conseguido llegar hasta los front row de 2022 con un estilo propio.

Su asistencia por sorpresa al último desfile de Louise Vuitton la ha encumbrado al olimpo de las princesas mejor vestidas de Europa. Las uñas pintadas de negro y la chaqueta de cuadros metalizada que llevó en el último front row de la alta costura parisina ha acaparado la atención de las portadas.

Charlène en el desfile de Louise Vuitton. GTRES

Además, los asistentes al desfile de Akris destacaron no solo la buena presencia de Charlène sino también su cercanía, una virtud que nunca se ha dicho de Carolina.

La princesa consorte se presentó en París con tan solo un guardaespaldas, un hecho inédito porque se rumorea que en el propio principado la escoltan al menos diez de estos escoltas. Parece que Charlène está resuelta a convertirse en la más cercana de las princesas Grimaldi.

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