Autista Y epiléptico

La tragedia de John Charles Francis, el príncipe maldito de Inglaterra que los Windsor quisieron ocultar

Es una tristísima historia que la familia real británica quiso dejar en el olvido. Pero la vida del príncipe John, fallecido a los 13 años en Sandringham, se fue conociendo con todos sus detalles, especialmente en los últimos años. Apodado el príncipe maldito o el príncipe olvidado, ningún miembro de la familia ha querido utilizar su nombre.

John, el príncipe maldito de Reino Unido. Wikimedia commons
La historia de Juan, el príncipe maldito de Reino Unido
Elena Castelló

La vida del tío menor de la reina Isabel, el príncipe John Charles Francis, hijo de los reyes Jorge V y María de Teck, es un ejemplo de crueldad para muchos, pero, van conociéndose detalles que apuntan a todo lo contrario. John falleció en Wood Farm, cerca del palacio de Sandringham, a la edad de 13 años, en 1919, ocho años después de que su padre se convirtiera en rey. El príncipe vivía de forma permanente allí desde 1917. Padecía epilepsia y autismo y su salud se fue deteriorando.

Pasó todos los años de su corta vida con su niñera, Charlotte «Lala» Bill. Hoy se considera que su reclusión en medio de la naturaleza fue la forma en que sus padres quisieron ayudarle y protegerle. La mayoría de las cosas que se han dicho del joven príncipe y de cómo lo trató su familia se basa en rumores, porque existen muy pocos detalles sobre su vida.

John había nacido el 12 de julio de 1905. Cuando su padre ascendió al trono, se convirtió en el quinto en el orden de sucesión. Durante los primeros años de su infancia, el joven príncipe compartió rutinas y juegos con sus hermanos, los príncipes Eduardo (futuro Eduardo VIII), Alberto, Jorge y Enrique y su hermana María. Llevaba una vida normal y aparecía con frecuencia en público con sus padres. Solía hacer muchas bromas. Su padre, Jorge V, tenía debilidad por él.

Pero la salud de John empeoró cuando cumplió cuatro años. Los médicos diagnosticaron epilepsia y autismo. Y cuando cumplió 11 años, fue enviado a Sandringham, con su niñera, para alejarle de la vista del público y de la corte. En Sandringham jugaba con niños de los alrededores que habían sido seleccionados por su madre, la reina María. Su abuela, la reina Alejandra, mandó construir un jardín especialmente para él.

Juan de Inglaterra, sin fotografías familiares

Hoy, apartar o recluir a personas con epilepsia nos parece cruel, pero en aquellos años, en los que no existía una cura ni un diagnóstico adecuado, era lo usual. Se creía que era una enfermedad mental. Los primeros tratamientos como trastorno neurológico comenzaron veinte años después del fallecimiento del príncipe. Probablemente, John fue alejado de la vida de su familia para hacerle la vida más fácil. El pequeño príncipe John no fue un niño solitario al que rara vez se le permitía ver a su familia, pero sí es cierto que dejó de aparecer en las fotografías familiares.

Cuando sufrió su primer ataque, los médicos aseguraron que tenía también problemas de aprendizaje. John no acudió a la coronación de su padre, celebrada en 1910 y sólo apareció en público hasta que cumplió 11 años. A partir de los 13 ya no se encargaron más retratos de él. Se decía que «no era presentable», lo que provocó algunas críticas, pero la familia real insistió en que su salud no le permitía aparecer en público.

María de Teck de Reino Unido, en una imagen de archivo. GTRES

Más adelante, se dijo que, durante su estancia en Sandringham, había comenzado a mostrar «comportamientos repetitivos e insubordinación», y que no entendía que cómo comportarse. El rey Jorge V mostraba, sin embargo, amabilidad y afecto hacia su hijo menor. Pero tras el estallido de la I Guerra Mundial apenas veía a sus padres, por todos sus compromisos oficiales.

Un gran alivio

Con el tiempo, sus convulsiones aumentaron. El niño no recibió educación formal y los médicos aseguraron que no llegaría a la edad adulta. pronto se supo que probablemente no llegaría a la edad adulta. Su salud empeoró aún más, y pronto su institutriz se mostró poco proclive a dejar que John viera a nadie: «No nos atrevíamos a dejarlo estar con sus hermanos y hermana porque los perturba mucho, con los ataques tan graves y tan frecuentes», escribió su institutriz. John murió mientras dormía, tras sufrir un grave ataque de convulsiones, el 18 de enero de 1919 en Sandringham.

Sus padres acudieron rápidamente, pero solo pudieron verlo tumbado en su cama «en paz». Tras su muerte, su madre, la reina María, escribió que «para el alma inquieta del pobre niño, la muerte supuso un gran alivio». Solo después de su fallecimiento, se explicó cuál había sido el estado de salud de John. Fue enterrado en la Iglesia de Santa María Magdalena. En 1998 se descubrieron numerosas fotografías de la familia real en las que aparecía John, un niño muy parecido a su padre y a su abuelo, rubio y con ojos azules.

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Sagitario

Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.