Quién es María Cristina de Ulloa y Solís-Beaumont, duquesa de Arcos: la primera mujer que representa a los nobles de España (y que se reúne con el rey Felipe VI)

Su reunión con el rey Felipe VI lo confirma: María Cristina de Ulloa y Solís-Beaumont, duquesa de Arcos, es la aristócrata más poderosa de la nobleza española.

La duquesa de Arcos, la abogada María Cristina de Ulloa y Solís-Beaumont / gtres

Silvia Vivas
SILVIA VIVAS

Puede que ser la duquesa de Arcos nos parezca poca cosa en un país en el que existen casi 3.000 títulos nobiliarios en uso, pero para hablar de María Cristina de Ulloa y Solís-Beaumont, la mujer que ostenta este ducado, hay que poner las cosas en perspectiva. La casa de Osuna, de la que proviene el ducado de Arcos, es una de las cuatro grandes casas nobiliarias españolas: solo las de Alba, Medinaceli y Medina Sidonia pueden hablar de tú a tú a las herederas de Osuna.

Pero es que, además, la actual duquesa de Arcos, María Cristina de Ulloa, ha hecho historia en un panorama, el de la nobleza nacional, que no destaca precisamente por su modernidad. La abogada de formación y noble desde su nacimiento es la primera mujer que ejerce como decana de la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España y Títulos del Reino, el organismo que agrupa a todos los aristócratas que ostentan un título con Grandeza de España, la máxima dignidad de la jerarquía nobiliaria española de la que sólo pueden presumir 417 títulos de los 2.830 que existen.

La unión de ambas circunstancias, el puesto como decana de los nobles que consiguió en marzo de este año, y el hecho de ser Grande de España, le han valido una audiencia con el rey Felipe VI, un monarca poco dispuesto a los guiños públicos hacia los nobles. De hecho, al contrario que su padre el rey Juan Carlos I, Felipe VI no ha concedido ningún nuevo título nobiliario, cosa en la que su padre sí fue más generoso: hasta 51 nuevos nobles creó. ¿Pero quién es esta duquesa que ha conseguido que hasta la actual casa real la mire con buenos ojos?

La discreta vida de la duquesa de Arcos: familia, herencia y apoyo a la Corona

Desde el mismo momento en que tomó posesión de su cargo quedó claro cual iba a ser el camino que seguiría la duquesa de Arcos en su papel como «jefa» de los nobles españoles: defender la Corona «como símbolo de la unidad y permanencia del Estado y como garante de la Constitución» y una advertencia a sus compañeros de grandeza: para la nueva decana de los nobles españoles se impone dar ejemplo especialmente en un momento en el que desde el Gobierno se valora la posibilidad de revocar los títulos concedidos por Franco.

La duquesa de Arcos en su audiencia con el rey felipe VI como representante de la nobleza española. GTRES

«Es preciso ser conscientes de lo necesario de la ejemplaridad de nuestros actos y de nuestro comportamiento y, no perder de vista los ideales que constituyen nuestra razón de ser: nuestro espíritu de servicio y lealtad a la Corona», recordó la duquesa al resto de nobles. Un mensaje con el que el rey Felipe VI está más que de acuerdo, no en vano la misma semana en la que retiró el título de duquesa de Palma a su propia hermana, la infanta Cristina, se reunió en Zarzuela con 400 nobles para pedirles esa ejemplaridad. El rey da títulos

María Cristina de Ulloa no exige nada a los demás que ella misma no cumpla. La actual duquesa de Arcos, que además es marquesa de Jarandilla (título que heredó de su abuela), lleva una vida tan anónima que es una completa desconocida por la prensa rosa a pesar de ser hija de la duquesa de Osuna y estar casada con un nieto de los duques de Gor. Su marido es Jaime Álvarez de las Asturias Bohorques y Rumeu de Armas, abogado de profesión (como ella misma) y uno de los hombres de confianza en MAPFRE, hasta nueve cargos distintos en la empresa figuran en su currículum. Por su parte la duquesa tiene despacho de abogados propio y la pareja lleva una vida lo más discreta posible con sus dos hijos, Beatriz y Jaime.

A pesar de tanta discreción la nueva representante de los nobles españoles parece más que dispuesta a luchar por lo que considera justo para su gremio, una actitud que posiblemente haya heredado de su madre Ángela Solís-Beaumont y Téllez-Girón, actual duquesa de Osuna, una mujer que siempre ha hecho con su vida lo que ha querido. La duquesa de Osuna, desde que en 2017 sumara cinco títulos más a su ya larga lista de títulos nobiliarios, es una de las aristócratas con más títulos de España, pero también una de las más discretas y la que mejor ha sabido capear con discreción los avatares de su vida personal (esa que tanto interés despierta entre la prensa rosa).

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Como su hija menor, la duquesa de Osuna es todo un misterio y a pesar de su fortuna poco ha trascendido de su vida, salvo algunos detalles de sus tres matrimonios. El primero llegó en 1973 y fue la comidilla de las páginas de sociedad gracias a varios detalles: la tiara que sujetaba el velo de la novia, el hecho de que el padre del rey Juan Carlos apadrinara el enlace y que el matrimonio acabó en divorcio en uan época en la que pocas aristócratas se atrevían a divorciarse. La unión de Ángela Solís-Beaumont con Álvaro de Ulloa, conde de Adanero, fracasó, pero de ella nacieron sus dos únicas hijas: Ángela, duquesa de Gandía y marquesa de Peñafiel, y Cristina, la actual duquesa de Arcos.

Tras este primer fracaso sentimental la actual duquesa de Osuna lo intentó de nuevo con una nueva boda con José Antonio Muñiz, pero se divorció de él apenas un mes después de haber finalizado el viaje de novios. Aún se casó una tercera vez, esta vez con un primo suyo llamado Pedro Romero Solís Beaumont, pero tampoco esta unión llegó a buen puerto. A pesar de los pesares, y de ser una de las nobles más importantes de España, la duquesa ha mantenido su existencia en la más absoluta privacidad. Ahora es su hija, como representante de todos los grandes de España, la que ha saltado a la luz pública.

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