María Gloria Orleans de Braganza, la duquesa de Segorbe que conserva el anonimato a pesar de haber sido princesa de Yugoslavia y una de las afectadas por la crisis de la Casa de Medinaceli

María Gloria Orleans de Braganza es la esposa del duque de Segorbe y ha vivido en primera línea la lucha por la herencia de Medinaceli, pero sigue conservando el anonimato.

María Gloria Orleans-Braganza y Borbón dos Sicilias el día de su boda con el príncipe Alejandro de Yugoslavia en 1972 / archivo abc

Silvia Vivas
SILVIA VIVAS

La duquesa de Segorbe, María Gloria Orleans de Braganza, es una aristócrata con un raro don: el de ser invisible a pesar de formar parte del elenco protagonista de momentos épicos de la aristocracia y realeza tanto española como extranjera, con juicios multimillonarios y bodas reales incluidas. La última vez que supimos de ella fue en la reciente renuncia al trono de Serbia de su heredero, Pedro, en favor de su hermano Felipe, renuncia histórica para Serbia que se rubricó en el palacio estrella de la duquesa de Segorbe, Casa Pilatos, y siendo ella testigo.

Pero su nombre también resuena en otra proeza de invisibilidad mediática: la de conservar el anonimato a pesar de estar en el ojo del huracán de la controvertida herencia de la duquesa de Medinaceli, ese juicio que involucra a su marido, Ignacio Medina Fernández de Córdoba duque de Segorbe, y los demás herederos de la desaparecida «Mimi», Rafael y Luis Medina incluidos. Y a pesar de todas estas circunstancias mediáticas e históricas, de María Gloria de Orleans Braganza no hay una triste foto y sigue llevando una vida sencilla, tranquila y anónima en Sevilla. ¿Qué sabemos en realidad de la misteriosa duquesa de Segorbe?

Una duquesa-princesa emparentada con la familia real española y brasileña

Por un lado podemos estar seguros de su interesante conexión con los grandes apellidos de la nobleza de todo el mundo. María Gloria de Orleans-Braganza y Borbón Dos Sicilias es princesa de nacimiento, hija de Pedro Gastón de Orleans Braganza y María de la Esperanza Dos Sicilias y Orleans. Como su madre era hermana de la madre del rey Juan Carlos, la actual duquesa de Segorbe y condesa de Rivadavia es prima hermana del emérito.

A pesar de que María Gloria nació hace ya 75 años en Brasil (pasaba largas temporadas en el Palacio de Grào Pará en Petrópolis), su vida ha estado siempre marcada por España y muy especialmente por Sevilla, la ciudad donde se casaron sus padres en 1944 y donde ella misma protagonizó una boda principesca en 1972. De hecho sus progenitores fallecieron en la localidad sevillana de Villamanrique de la Condesa (él en 2007 y ella en 2005) tras un historial de discreción, amor por las tradiciones sevillanas (Rocío incluido) y buenas relaciones con la familia real: se sabe que en la casa familiar de los Orleans Braganza se celebró la cena previa a la boda de la infanta Elena con Jaime de Marichalar.

Desafortunadamente a pesar de su disreción la actual duquesa de Segorbe parece haber vivido siempre rodeada de tensiones. Su propio padre luchó durante años para que se le consideraba el heredero legítimo al extinto trono imperial de Brasil (a pesar de provenir de un matrimonio morganático) e incluso fue uno de los implicados en el referéndum de 1993 en el que se planteó la posibilidad de reinstaurar la monarquía a la población brasileña (que prefirió la república).

La boda con el príncipe de Yugoslavia que no tuvo final feliz

Mucho antes de abandonar las aspiraciones a un trono extinto, María Gloria vivió su propio momento protagonista ante los medios en 1972, cuando se casó con el príncipe Alejandro de Yugoslavia en el sevillano Palacio de Villamanrique. La ceremonia culminó con una salve rociera que disfrutaron los 1000 invitados al evento, entre los que se encontraban los por entonces príncipes, Juan Carlos y Sofía, con sus tres hijos; los reyes de Grecia, la princesa Ana de Inglaterra, la condesa de Barcelona y el conde de París.

El matrimonio de María Gloria de Orleans-Braganza y Borbón con el príncipe de Yugoslavia no tendría un final feliz aunque por un momento lo pareciera. La pareja vivió entre Estados Unidos y Londres, él trabajaba en banca, ella despuntaba como decoradora.

En 1980 nació el primer hijo de la pareja, el príncipe Pedro (el mismo que ha renunciado al trono serbio en mayo ante la atenta mirada de su madre). Dos años después nacieron los gemelos Felipe y Alejandro. Pero en 1983 se produjo una avalancha de acontecimientos: la pareja principesca se divorció y siguiendo las capitulaciones matrimoniales preestablecidas la custodia de los niños recayó en su padre. Dos años más tarde María Gloria tuvo que superar otro trago amargo: ver cómo sus hijos eran criados por otra mujer. En 1985 su ex marido se casó de nuevo con una mujer divorciada que tenía dos hijas de su matrimonio anterior, la actual princesa de Serbia Katherine Batis.

La discreta boda con el hijo de la duquesa de Medinaceli

Si su ex marido pasó por el altar en septiembre de 2015, la princesa de Orleans Braganza hizo lo mismo un mes más tarde, pero esta vez sin mil invitados ni casi royals en la ceremonia (solo acudió Miguel de Grecia).

En la más estricta intimidad y con su suegra, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, duquesa de Medinaceli, y su propio padre firmando como testigos, María Gloria se convirtió en duquesa el 25 de octubre de 1985 al casarse con Ignacio Medina y Fernández de Córdoba, XX duque de Segorbe, el favorito de la mujer que lideraba una de las casa nobiliarias más poderosas de España y actual epicentro de los pleitos por la herencia de la casa Medinaceli.

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Para ambos miembros de la pareja esta era la segunda boda. En el caso del duque de Segorbe antes que con la princesa de Orleans-Braganza vivió un casamiento con una diseñadora, María de las Mercedes «Meye» Maier y Allende, que apenas duró dos meses.

La ceremonia religiosa se celebró en la iglesia de Santa María la Blanca de Sevilla y a la fiesta posterior, que se celebró en la casa en la que viviría la pareja, sólo acudió la familia de los novios. La luna de miel fue en otra propiedad familiar, el famoso Palacio de Oca y tras unos días de descanso partieron a Estados Unidos donde nacieron las dos hijas de la pareja Sol y Luna.

Desde entonces, el silencio. A pesar de los pleitos por la herencia de Medinaceli, la presencia en Instagram de su hija Luna, condesa de Ricla y la debacle de la casa real serbia que ha tenido lugar en la Casa Pilatos, joya de la corona de los duques de Segorbe, María Gloria de Orleans-Braganza ha sabido permanecer, como siempre, invisible.

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