FAMILIA REAL TRAJEADA
FAMILIA REAL TRAJEADA
No hubo concesiones a la fantasía, aunque estemos deseando contemplar a Leonor en el papel de princesa Disney (con tiara, vestido de ensueño y simpáticas mariposas revoloteando a su alrededor) que tanto evoca su angelical físico. Las personas que salieron al paso de la familia real durante su visita a Navarra tuvieron que conformarse con la versión profesional de los Reyes y su hija, los tres impolutos con traje de chaqueta. Por suerte, la princesa de Asturias y Viana lució su imponente melena al viento. El piropo fue unánime: «¡Guapa!».
Una magnífica Leonor eclipsó absolutamente a sus padres, con su traje azul marino con raya diplomática y unos zapatos de tacón que la elevaban muy por encima de su madre. Durante toda la jornada se celebró su compromiso con el título de princesa de Viana que ostenta y, sobre todo, su primera visita a la comunidad foral. Evidentemente, es importante para la Corona estrechar vínculos con las comunidades históricas, lo vemos en Cataluña, y también con Navarra.
La familia real llegó al Palacio de Gobierno de Navarra trajeada, como decimos, y dispuesta a saludar a los pamploneses que ya llevaban un buen rato esperando. Con un poderío recién estrenado, Leonor se adelantó a sus padres para estrechar manos y recibir parabienes, tomando ya la iniciativa como protagonista absoluta de este viaje. Eso sí: la reina Letizia no le quitó ojo, convertida en red de seguridad de su hija hasta en la indumentaria. Vistió su conocido traje burdeos de Bleis, para no destacar.
Lo del traje de la reina Letizia tiene su anécdota, pues propició una situación francamente surrealista. Al llegar al Palacio de Gobierno de Navarra, Letizia se encontró con que Alicia Echeverría, delegada del Gobierno, llevaba un traje granate, muy similar al suyo. Pero las coincidencias no se terminaron ahí. Al comenzar la visita, una de las guías que facilitó el recorrido también optó por una traje de chaqueta y pantalón del mismo color. El mismo traje, por triplicado. Es lo malo que tienen las tendencias: están por todas partes.
Una vez dentro de la sede del Gobierno de Navarra, se desarrollaron las actividades previstas en la agenda: saludos a las autoridades, recorrido con guía y detalles sobre algunos documentos históricos que se guardan en su interior. Importante: Leonor salió en solitario al balcón del palacio para saludar, reclamando el protagonismo que ya era suyo. A continuación salieron los reyes Felipe y Letizia, encantados de verla liderar.
Tras esta primera toma de contacto, la agenda marcó un ritmo implacable: visita al Ayuntamiento de Viana, a la exposición con motivo del sexto centenario del título príncipe de Viana y al monasterio de San Salvador de Leyre, en Yesa, donde tuvo lugar un homenaje a los reyes de Navarra y al reino de Navarra. Los Reyes y la Princesa entraron en el monasterio al son del himno de España tocado al órgano, algo que no se vivía desde el año 2015. El abad abrió la verja del panteón real y, a continuación, Leonor realizó una ofrenda floral.
Sin embargo, las anécdotas más simpáticas de la jornada sucedieron en Viana, donde los reyes y la princesa visitaron el consistorio, saludaron a sus autoridades y, por primera vez, Leonor salió sola al balcón para saludar. Esta vez, ni el rey Felipe y ni la reina Letizia la acompañaron. Al salir, el gentío que la esperaba era tan enorme, que la heredera tuvo que subirse a un escalón para alcanzar a todas las manos que deseaban ser estrechadas Imposible a todas: Viana se volcó con su princesa.
En los jardines de Juan Manuel Serrat junto las ruinas de San Pedro en Viana, el periodista del Centro Territorial de Navarra de RTVE, Javier Erro, salió al paso de Leonor y de sus padres y, en una arranque de valor, se lanzó a cantarles la canción A Millions Dreams, de la película El Gran Showman. Fue la misma que interpretó en las audiciones del programa de Antena 3 La Voz.
Letizia se detuvo a escucharle y aplaudió entusiasta su actuación, mientras la princesa Leonor confesó que era una gran admiradora de la película. Entonces, Urro aprovechó para decirle a la Reina: «Soy un gran admirador de su carrera profesional desde que soy pequeñito». Esta le contestó: «¡Pero eres muy joven!». «25 años», le dijo él. «Ay, madre, eres... como un hijo para mí», reconoció, mientras se fundían en un abrazo.
También en Viana, mientras la familia real caminaba hasta la exposición cuya visita estaba fijada en la agenda real, se produjo otra simpática interrupción a cargo de dos empleadas de un conocido supermercado dedicado, sobre todo, a la belleza y la cosmética. Digamos sus nombres: Idoia Ángulo Marín y Raquel Sanando Bonagau, fans declaradas de la princesa Leonor.
Al paso de la comitiva real, Idoia y Raquel se acercaron a la princesa de Viana para entregarle un obsequio, muy relacionado con su trabajo: unos productos de aseo. «¿Qué lleva?», les preguntó la princesa al recibir el paquetito. Ellas le contaron el contenido concreto del regalo y Leonor les contestó, simpatiquísima: «Muchas gracias. Estos días me van a venir muy bien».