PELÍCULA DE CULTO
PELÍCULA DE CULTO
Se cumplen ya 34 años del estreno de Thelma & Louise, una película dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Susan Sarandon y Geena Davis que fue todo un éxito comercial y de crítica, ganó el premio al mejor guion original en los Oscar y sirvió para lanzar la carrera de un tal Brad Pitt. En su momento fue considerada como todo un hito feminista, pero sus protagonistas están convencidas de que las cosas no han cambiado lo suficiente desde que llegó a los cines.
Para quienes todavía no la hayan visto, la película nos presenta a Geena Davis en el papel de Thelma, una anodina ama de casa a la que su amiga Louise, interpretada por Susan Sarandon, convence para hacer un impulsivo viaje por carretera. Pero por el camino, una serie de circunstancias desafortunadas pronto harán que se metan en problemas con la ley.
Cuando Louise dispara mortalmente a un hombre que intenta violar a Thelma en un bar, la pareja decide huir a México, dejando atrás sus antiguas vidas. Alerta de spoiler: la película termina de forma dramática, culminando en una persecución policial en la que las dos amigas se besan antes de despeñarse por un acantilado en el Gran Cañón. Por cierto, el coche aún sigue ahí.
En un evento durante el Festival de Cannes para celebrar el 30 aniversario de la película, ambas actrices dijeron a la prensa que se sienten decepcionadas por la falta de papeles femeninos relevantes en el Hollywood actual. «Todo el mundo pensaba que iba a haber muchas más películas de colegas protagonizadas por dos mujeres, pero no ha sido así», lamentaba Susan Sarandon.
De eso puede dar buena cuenta la propia Geena Davis, ganadora de un Oscar por El turista accidental y después denostada por la implacable industria del séptimo arte al cumplir 40 años. Entonces tuvo que convertirse en arquera de élite para empoderarse y fundar una institución que denuncia la discriminación de las mujeres en el cine.
Davis lamentó a continuación el hecho de que «cuando dijeron eso, yo me lo creí. Y no fue así. El cine puede cambiar de la noche a la mañana. No es como en la vida real, donde se tarda tanto en conseguir que las mujeres sean la mitad del Congreso o de los consejos de administración. La próxima película que alguien haga puede estar equilibrada en cuanto al género. No tenemos que hacerlo a hurtadillas, basta con hacerlo».
Cuando se le pidió que identificara la raíz del problema, Susan Sarandon explicó que «sigue habiendo muchos más ejecutivos masculinos que toman estas decisiones. Mientras que las mujeres pueden ver a una mujer o a un hombre en un papel protagonista, no creo que sea tan fácil para un hombre ver a una mujer en un papel protagonista y decir 'me apunto'. Creo que es algo cultural: la falta de imaginación de los hombres«.
Susan Sarandon también habló de la controvertida reacción que suscitó Thelma & Louise en el momento de su estreno, afirmando que algunos espectadores se sintieron incómodos al ver a dos mujeres huyendo de la ley. El final de la película también se consideró polémico. «El hecho de que las mujeres tuvieran ese tipo de opciones molestaba a la gente, de repente se nos acusó de incitar al suicidio, lo cual era ridículo», manifestó con cierto enfado la ganadora de un Oscar por Pena de muerte.
A pesar de que la cinta está considerada como toda una declaración de intenciones sobre el feminismo, Susan Sarandon afirmó que nunca quisieron enviar ningún mensaje. «Nunca pensé cuando la rodamos que estuviéramos haciendo una película feminista», admitió. «Estábamos haciendo una película de colegas en la que teníamos poder y opciones, pero desde luego no preveía que fuera a ser una afrenta tan grande en este universo blanco, masculino y heterosexual», antes de zanjar: «En realidad, solo nos lo estábamos pasando bien».
Como última curiosidad, la intérprete reveló que el famoso beso entre Thelma y Louise al final de la película, justo antes de que el coche caiga por el acantilado, fue una idea repentina que no estaba en el guion y que se le ocurrió durante el rodaje de esa escena. Susan Sarandon sintió que el beso era un momento de amor y despedida entre ambas, y así lo transmitió a la cámara. Ese momento pasó de ser un momento romántico a convertirse en un símbolo de la amistad y la rebeldía de las protagonistas.