Kanye West vuelve a la carga con la octava colección de su marca, Yeezy. Y, como siempre, en vez de dejarse un pastizal en campañas publicitarias y desfiles, se apropia del poder de atracción paparazzi de su mujercita, Kim Kardashian, para ir presentando al mundo sus últimas genialidades/ocurrencias. Recordemos: West trata de innovar en la moda al menos hasta el punto en que lo hizo Coco Chanel. Ahí es nada.
En esta ocasión, West da un paso más allá del espíritu deportivo y se interna en un territorio inexplorado: los dibujos animados futuristas. Los conjuntos de tupidísima lycra, adornados con arneses o lisos, bicolores o monocolores, cortos o largos, satinados o mates, parecen sacados de una ficción en la que los humanos ya nos desplazamos en naves interestelares.
De hecho, las gafas que replican la inspiración esquí del diseño más perseguido de Adidas respiran un aire alienígena, como si fueran portadoras de una tecnología extraterrestre. También tiene su punto extraño pero esta vez más que conocido las botas-calcetín con tacón de aguja que vimos hace un par de temporadas hasta en Zara. Ahí no nos sorprendes, Kanye.
Por si el futurismo de la propuesta no fuera suficiente shock, Kim Kardashian ha aprovechado para cambiar de nuevo de color de pelo. De momento lo lleva en un azul intenso, casi violeta, que acompaña perfectamente los reflejos metálicos de algunos de los conjuntos de Yeezy8. ¿Qué pensaría Coco Chanel de todo esto? ¿Realmente responden estos 'looks' a una idea de la mujer del futuro o cualquier capítulo de “Star Trek”?

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