La lección definitiva que nos ha dado Sarah Jessica Parker para llevar con estilo vestidos largos en otoño

En muchas ocasiones, por muy sencilla que una prenda pueda parecer a primera vista, hacerla encajar con gracia en un look resulta más complicado. Después de un verano en el que los vestidos largos de estilo bohemio han sido los acompañantes incansables, afrontar la llegada del otoño y la bajada de las temperaturas sin dejarlo aparcado en el fondo del armario tiene sus secretos. Por eso, algunas de sus variantes más cómodas y cálidas se postulan como firmes candidatos a ocupar su puesto. El vestido de punto, por ejemplo, ya hace sus pinitos como uno de los comodines favoritos, tan versátil que se puede llevar de día con botas militares o de noche con sandalias de tacón. Por otro lado, el vestido negro largo, con su connotación gótica, tan de moda esta temporada, también gana más adeptas que nunca. Pero si el manual de uso de estas prendas te hace dudar, la última salida de Sarah Jessica Parker nos lo ha dejado todo mucho más claro.

La actriz acaba de volver a utilizar las aceras de Manhattan, la ciudad donde reside, para demostrarnos que la que tuvo, retuvo, y que todavía queda mucho en ella de las valiosas lecciones de estilo que aprendió de Carrie Bradshaw, el popular personaje de la serie Sexo en Nueva York al que interpretó durante seis temporadas entre 1998 y 2004.

Fanática confesa de los vestidos largos, Parker los ha lucido tanto en eventos públicos de gala para estrenos y fiestas, como para salidas cotidianas de día. Por eso no nos ha extrañado que en un solo día haya elegido dos conjuntos en los que la susodicha prenda es la protagonista, ambos tan distintos entre sí como elegantes y favorecedores, dándonos así una clase magistral que incorporar de inmediato a nuestro manual particular.

El primero de ellos ha sido un vestido cruzado de punto grueso de lana púrpura, con escote de pico, mangas largas y anchas y cintura ceñida. Se trata del modelo Miya, de la firma Hanisa, que se vende en su web por 200 euros y está disponible en más colores: verde, naranja o azul entre otros. La apuesta perfecta para poder lucir en los días de frío que además está rematado en el bajo con unas llamativas borlas. Además Parker lo ha combinado con una par de zapatos de tacón de satén en rosa fucsia, de su propia colección de zapatos SJP by Sarah Jessica Parker, que se venden por 160 dólares.

Para dar el contrapunto más sobrio pero también enfocado a un estilismo nocturno, la segunda elección de la actriz fue un vestido largo negro, con manga larga bullonada y escote en uve. Un patrón con el que se siente muy cómoda y que siempre defiende a la perfección.

La pareja perfecta para este look es un par de zapatos destalonados, con pulsera por debajo del tobillo, tipo merceditas, en tono azul cielo y con una hebilla broche de strass en el empeine.

Dos cara de una misma moneda a las que el inconfundible estilo de Sarah Jessica Parker sabe darle un atrevido giro que, sin perder la factura clásica, aporta originalidad. Una valiosa lección para llevar a la práctica cuanto antes.