fashion week paris
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Las calles de París durante la Semana de la Moda son, en sí mismas, una pasarela paralela. Editoras, influencers y celebrities convierten la ciudad en un escaparate donde la elegancia francesa se mezcla con la audacia internacional. Cada esquina se transforma en un laboratorio de tendencias en el que los looks que se lucen en la calle tienen tanto protagonismo como lo que ocurre sobre la pasarela.
En este contexto de máxima expectación, Victoria Federica consiguió atraer todas las miradas con una propuesta inesperada. La sobrina del rey Felipe VI apostó por un look que une el ADN español con el escenario más exigente de la moda, consolidando su papel como una de las royals más seguidas de su generación.
La ocasión lo merecía: acudía al desfile de Dior, una de las citas más esperadas del calendario. Y lejos de decantarse por un estilismo clásico de la maison, optó por un diseño de la firma barcelonesa Simorra, perteneciente a la colección Fractal, presentada en Madrid el pasado 17 de septiembre.
Simorra es una de las casas más interesantes del panorama actual gracias a su fusión de artesanía y diseño contemporáneo. En la colección Fractal exploró la geometría como fuente de inspiración: formas repetitivas, estructuras que se expanden y patrones que convierten la precisión en belleza. Una propuesta que conecta con una visión arquitectónica y minimalista de la moda.
El vestido elegido por Victoria Federica resume esa filosofía. Con líneas sobrias en la parte superior, corte de sisa recta y falda de caída amplia, sorprendía por el bajo troquelado con motivos geométricos realizados en tejido de scuba. Un detalle que rompía la sobriedad del negro con un guiño artístico y contemporáneo.
Para completar el look, la royal recurrió a un accesorio icónico: el bolso Saddle de Dior en versión bordada con flores. Una pieza que aportó color y actuó como nexo entre la maison francesa y el diseño español, logrando un equilibrio perfecto entre tradición y modernidad.
En cuanto a la belleza, Victoria Federica apostó por la naturalidad. Lució melena suelta con ondas suaves y un maquillaje discreto que dejaba todo el protagonismo al vestido. El resultado fue un estilismo sofisticado y sin artificios, capaz de destacar incluso en el competitivo front row parisino.
Con esta elección, la hija de la infanta Elena reafirma su afinidad por las tendencias internacionales sin renunciar al apoyo al talento nacional. Un gesto que refuerza su evolución estilística y la coloca como embajadora de una nueva generación de moda española en el escaparate global.
Así, en una semana marcada por el dominio de las grandes casas francesas e italianas, Victoria Federica consiguió que un diseño español brillara con luz propia. Una aparición que no solo enriquece su imagen como referente de estilo, sino que también proyecta la creatividad nacional en uno de los escenarios más prestigiosos del mundo.