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Los profesionales de la mente

A lo largo de nuestra vida se nos pueden presentar dificultades que podemos superar con ayuda pero, ¿a quién acudimos?

Es importante saber a quién tenemos que pedir ayuda. d.r.

Por desgracia, la vida no es perfecta y muchas veces en su devenir nos encontramos con enfermedades mentales u otro tipo de trastornos psicológicos que alteran nuestro bienestar o el de nuestros allegados. Muchas veces el exceso de información nos puede crear confusión. ¿A quién acudimos en estos casos?: ¿a un psiquiatra, a un psicólogo, a un psicoanalista, a un psicólogo clínico o un psicoterapeuta? Incluso hemos podido ver recientemente, en un programa de televisión, a cierto personaje gritando a los cuatro vientos que iba a denunciar a todo aquel que dijera que tenía un trastorno mental, porque eso solo puede decirlo un psiquiatra. Vamos a tratar de aclarar quién es quién y dónde acudir en busca de ayuda.

Lo primero que hay que dejar claro es que entre todas las profesiones anteriormente enumeradas, el único que es médico es el psiquiatra. La formación en psiquiatría implica estudiar los 6 años de carrera de medicina, aprobar el examen MIR, algo que todo el mundo sabe que no es cosa fácil, y después realizar los 4 años de especialidad. Una vez finalizado, el especialista en psiquiatría es capaz de realizar diagnósticos psiquiátricos, prescribir y recetar tratamientos farmacológicos adecuados, así como otro tipo de terapias, cuando sea necesario.

Debido a estos conocimientos podrá descartar que los trastornos mentales tengan que ver con otras enfermedades con síntomas psicológicos. Por ejemplo, un hipotiroidismo puede causar síntomas de depresión, o un tumor cerebral puede producir alucinaciones y confundirse con un trastorno psicótico, etc. Tendrá también un exhaustivo conocimiento de los fármacos, tanto de sus posibles efectos secundarios o interacciones con otros medicamentos, etc.

Clases de psicólogos

Para ser psicólogo hay que cursar el grado de psicología, antiguamente la licenciatura. Una vez realizado esto, existirán dos opciones; o bien realizar un máster y convertirse en psicólogo general sanitario o bien realizar un examen llamado PIR con el cual se accede a la formación en la especialidad de psicología clínica, durante un periodo de 4 años en un hospital público. El máster tiene la capacidad de habilitar profesionalmente pero no da una formación especializada.

Las pseudoterapias psicológicas pueden retrasar y empeorar el tratamiento de trastornos

De esta manera, el psicólogo se encargará de problemas más generales mientras que el clínico estará más especializado en problemas específicos, como por ejemplo las drogodependencias, entre otros. Ambos podrán realizar diagnósticos de trastornos psicológicos, pero no podrán prescribir tratamiento farmacológico, algo reservado para los psiquiatras.

Los psiquiatras se encargarán de enfermedades como la psicopatías, los trastornos bipolares, las drogodependencias, la anorexia, etc. Y los psicólogos lo harán de trastornos como las crisis de ansiedad, adicciones como la ludoterapia, o bien el tratamiento de trastornos de la personalidad, que a veces son muy largos, entre otros muchos. Por lo general trabajarán en equipos conjuntos.

Instrusismo laboral

Los psicoterapeutas o los psicoanalistas, que todos conocemos de las películas de Woody Allen con su famoso diván, no tienen por qué tener estudios de psicología y menos de medicina, pueden haber realizado su formación en un instituto privado y ser filósofos, por ejemplo. Así que si acude a uno de estos especialistas, asegúrese de que tiene los conocimientos adecuados y es psicólogo o psiquiatra con formación en psicoterapia o bien en psicoanálisis. Sino corre el peligro de caer en el intrusismo profesional y que le trate una persona con una formación no adecuada, algo que puede ser muy peligroso. Por supuesto, mucho más cuidado hay que tener con las pseudoterapias psicológicas como el Reiki, sanadores, curanderos, chamanes, etc. No tienen ninguna base científica y pueden retrasar, incluso empeorar, el tratamiento de trastornos que requieran una atención urgente.

Nota aparte tienen los médicos de familia, que generalmente son los primeros que le van a atender en estas situaciones. Este especialista tiene la capacidad de realizar un diagnóstico de presunción, también conocido como 'de sospecha' de una enfermedad o trastorno mental, también lo podrá realizar cualquier otro médico que le atienda. Una vez realizado, le remitirán a un especialista, psicólogo o psiquiatra, para que realice un diagnóstico de confirmación y prescriba el tratamiento adecuado.