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Los baños con hielo o agua fría ayudan a perder peso y quemar grasa (y no es un mito)

Muchos venían asegurando que los baños en agua helada ayudaban a perder peso. Creerlo era cuestión de fe. Pero hay un estudio que confirma científicamente que el agua gélida quema grasa.

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Los estudios científicos confirman que un baño de agua helada ayuda a quemar grasas

Pues es completamente cierto: tomar baños de hielo o agua fría ayuda a perder peso y quemar grasa. Los autores de una nueva revisión publicada en el 'International Journal of Circumpolar Health' dicen que darse un chapuzón en agua fría puede ser justo lo que buscas para reducir la cantidad de grasa corporal no saludable que tienes.

La exposición al agua fría también podría reducir el riesgo de ciertas afecciones como la diabetes, según explican. Parece aumentar la cantidad de una hormona llamada adiponectina, que produce el tejido adiposo. La adiponectina juega un papel importante en la prevención de la resistencia a la insulina, un estado en el que los músculos, la grasa y el hígado se vuelven menos sensibles a la insulina.

Los autores del estudio han encontrado varios tipos de efectos beneficiosos de la exposición al agua fría. Por ejemplo, estimula el sistema inmunológico, algo estupendo para protegerte de los virus y las amenazas externas. También mejora la circulación, reduce el estrés, alivia la depresión, dispara el metabolismo, mejora la salud cardiovascular, reduce el dolor y la inflamación…

La exposición al agua fría tiene múltiples efectos beneficiosos/UNSPLASH

«Nuestra investigación muestra que hay cada vez más pruebas de que muchas de estas sugerencias pueden ser correctas, especialmente en lo que respecta a los posibles efectos preventivos en la salud del sistema inmunitario, los posibles efectos profilácticos en el sistema cardiovascular, la profilaxis contra la resistencia a la insulina y la mejora sensibilidad a la insulina y salud mental», explicaron los autores.

Beneficios potenciales de la exposición al agua fría

Todavía no sabemos lo suficiente acerca de cuáles son los beneficios potenciales para la salud de la exposición al agua fría. Sin embargo, algunas de las pruebas más sólidas reveladas por el estudio científico sugieren que la exposición al agua fría parece ayudar a regular el azúcar en la sangre.

Esto es a través de mejoras en la forma en que la insulina funciona en nuestro cuerpo, explican los autores. Y tiene un potencial real para ayudar a mejorar el riesgo de diabetes y, por lo tanto, también puede mejorar la salud cardiovascular. Además hay evidencia cada vez más amplia de que la exposición repetitiva al agua fría podría reducir la cantidad de grasa corporal no saludable, tal vez cambiándola para que se asemeje más al tejido adiposo metabólicamente más activo.

En cuanto a cómo podría suceder esto, los autores dicen que la exposición al agua fría crea estrés en nuestra fisiología de la misma manera que lo hace el ejercicio. «Si este estrés se repite con el tiempo y somos capaces de recuperarnos y adaptarnos a él, nuestra fisiología será más resistente y es posible que tengamos niveles más bajos de inflamación, que ocurre cuando somos sedentarios, comemos mal o tenemos exceso de grasa corporal», explican.

La salud cardiovascular se ve muy favorecida con la exposición l agua fría/UNSPLASH

Cómo empezar con la exposición al agua fría

Si encuentras atractiva la idea de la exposición al agua fría, el mejor consejo es primero ser consciente de los posibles efectos negativos que puede tener y luego comenzar gradualmente, tal vez con otras personas que ya tienen experiencia. Por eso es importante leer todo lo que puedas sobre el tema. La exposición al agua fría no es fácil y a muchas personas no les gustará.

Durante una semana, durante tu ducha diaria, disminuye la temperatura del agua lo más bajo posible con un flujo de agua aún decente durante 15 segundos. Permanece bajo el agua, incluyendo la cabeza y el cuello y la mayor parte de tu cuerpo como sea posible. Luego vuelve a subir el agua para calentarte.

A continuación, comienza a aumentar el tiempo bajo el agua fría en incrementos de 15 segundos cada semana hasta un total de cuatro semanas. Tu cuerpo te va a ofrecer todas las respuestas, te va a decir después de cada ducha cómo te sientes durante las siguientes horas. Lo cierto es que sueles estar de mejor humor y pareces tener más energía. Pero otros pueden odiarlo y estar de mal humor.

También es muy aconsejable hablar con un profesional de la salud antes de comenzar, especialmente si tiene una enfermedad cardíaca o has tenido un ataque al corazón. Si una persona es generalmente saludable y algo activa, esto es tan seguro como intentar comenzar un programa de ejercicios. Si no es lo tuyo, abandonas y a otra cosa.

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