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Qué es mejor, tomar leche caliente o leche fría: te decimos cuál es la más saludable, cuál sienta bien y por qué

La leche se considera una de las fuentes más saludables de calcio, vitamina D y potasio. ¿Pero cómo hay que tomarla? ¿Fría o caliente? ¿Cómo tiene más propiedades? ¿Cuál es más nutritiva? Aquí tienes todas las respuestas.

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Pincha en la imagen para conocer alimentos con calcio (por si no te sienta bien la leche) EKATERINA / PEXELS

Normalmente la elección se basa en leche entera, semidesnatada y desnatada, cuando quizá habría que hacer una revisión sobre qué debería decidirse primero. ¿Y si la prioridad fuera cómo te tomas la leche? Porque es probable que no te plantees alternativas a la leche tradicional si has desarrollado intolerancia a la lactosa. Porque créelo: es importante si tomas la leche fría o caliente. Hay razones de peso.

Caliente o fría: en busca de la leche más saludable

En la batalla por encontrar la leche más saludable, hay que dejar las cosas claras desde el principio: la leche caliente está expuesta a temperaturas altas y solo eso ya puede cambiar ligeramente su contenido químico y nutricional. ¿Suficiente? Probablemente no. Pero es cierto que la leche fría mantiene todos los nutrientes intactos. Pero existe otra cara de la moneda, que es lo que necesita tu cuerpo y organismo dependiendo de la temperatura y estación del año. Porque eso importa mucho.

La realidad es que tomar leche fría o caliente va a depender del clima y la hora del día. La leche fría es buena cuando se consume durante el verano, ya que ayuda a regular la temperatura del cuerpo. Por el contrario, en los inviernos es importante evitar la leche fría y en su lugar beber leche caliente, para nutrir el cuerpo y mantenerlo caliente. Si la tomas fría, vas a provocar la aparición de resfriados y tos.

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Los beneficios de la leche caliente

Uno de los principales beneficios de la leche caliente es que es fácilmente digerible y también previene síntomas digestivos incómodos como diarrea o hinchazón. La leche caliente o tibia también puede promover un sueño más profundo, ya que contiene un aminoácido llamado triptófano que produce sustancias químicas inductoras al sueño como la serotonina y la melatonina. Ambas son decisivas para ayudarte a dormir mejor.

La leche fría es uno de los mejores calmantes para la acidez y la terrible sensación de ardor que te pueda asaltar por las noches. Una gran cantidad de calcio puede prevenir la acumulación de ácido y absorbe el exceso producido para reducir todavía más sus síntomas. Y no solo eso, sino que está repleto de electrolitos que pueden ayudar a su cuerpo a combatir la deshidratación. Beber leche fría temprano en la mañana puede mantenerte hidratado durante el día. De propina, un secreto de belleza: también se sabe que la leche fría es un limpiador facial natural.

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Si no tienes problemas con la lactosa y las grasas que pueda tener tomarla entera, la leche en sí es un superalimento indiscutible. Tomada fría o caliente, tiene muchos beneficios para la salud. Con todo, la elección debería quedar marcada por la temperatura ambiental a la que te encuentres. Si tu gusto es la leche caliente, tómala templada en verano. Y si la prefieres fría, tampoco exageres en invierno.