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Si quieres elegir el yogur más sano, la apuesta es el griego. Si bien el quark puede ser otra alternativa mientras el kéfir se postula como tendencia, lo cierto es que las ventas de yogur griego se han cuadruplicado en la última década. La razón es muy simple: es un postre delicioso y la ciencia avala sus extraordinarios beneficios. Aquí tienes cinco razones para convertirlo en un nuevo favorito de tu nevera.
El yogur griego tiene una cantidad mucho mayor de proteínas que la leche y tu cuerpo las usará para fortalecer huesos, músculos, cartílago, piel o cabello. También para mejorar la circulación de la sangre. La proteína es uno de los principales nutrientes que proporcionan energía y transfiere oxígeno a través de las membranas celulares. Obtener una cantidad adecuada es fundamental para el sistema inmunológico, los nervios y el equilibrio de líquidos. En definitiva: básico y con múltiples beneficios para tu salud.
No lo dudes: el yogur griego está repleto de probióticos, bacterias saludables que ayudan a estimular tu sistema inmunológico, mejorar tu microbiota y paliar problemas estomacales como la diarrea o las malas digestiones. Y ya sabes que una buena salud intestinal es sinónimo de buena salud general. Las últimas investigaciones han encontrado que los probióticos también podrían ayudar a la estimulación del cerebro y a bajar los niveles de estrés.
El yogur griego también es una excelente fuente de yodo, algo que el cuerpo humano no produce de forma natural. Es muy importante para el correcto funcionamiento de la tiroides, lo que redunda en un metabolismo saludable. Las personas con déficits de yodo pueden tener fluctuaciones rápidas de peso. Además, la combinación de proteína y textura del yogur griego te ayudan a sentirte más llena y quitarte las ganas de comer. (enlace)
Otro beneficio del yogur griego es que tiene un alto contenido de calcio, clave para desarrollar músculos fuertes y ayudar al correcto funcionamiento de todos los órganos vitales. Sin suficiente calcio, es difícil que los niños crezcan como deben y que los adultos puedan tener unos huesos fuertes con el paso de los años. Una ración de yogur griego tiene cerca del 20% del calcio que necesitas cada día.
Tomar un yogur griego tras hacer ejercicio no solo puede resultar delicioso, sino que te ayudará a recuperarte del esfuerzo. No solo contribuye a mantenerte fuerte hasta tu próxima comida, sino que contiene proteínas que pueden reparar el daño causado por el ejercicio. Las proteínas son los componentes básicos para la regeneración del tejido muscular y la reparación del daño de las fibras.
El yogur griego tradicional se elabora con leche de cabra, aunque lo cierto es que no importa demasiado qué tipo de leche se use. Lo que de verdad cuenta son los ingredientes. Las etiquetas de algunos productos procesados como cereales y dulces pueden decir que incluyen yogur griego, pero los azúcares adicionales y otros ingredientes contrarrestan sus beneficios. No es la opción. El mejor yogur es el natural, sin azúcar, bajo en grasa y con la menor cantidad de aditivos.