Postura del abdomen girado, la asana de yoga fácil para mejorar la postura y estirar la columna a partir de los 50

Es obvio que con los años la columna comienza a curvarse producto de una mala postura persistente. Si quieres corregirlo, nada mejor que el yoga. Por ejemplo, con la postura del abdomen girado o Jathara Parivrtta, una pose realmente fácil y asequible para todos los niveles. Y, por descontado, perfecta para hacer a los 50.

Para saber el significado de esta postura es muy útil separar las tres palabras sánscritas. Jathara es el estómago, parivartana es girar y asana es postura. Es yoga para tonificar la columna vertebral y eliminar la rigidez en la columna y los hombros, ayudando a mejorar notablemente la postura. Suele hacerse sobre una esterilla de yoga después de que el cuerpo se haya calentado adecuadamente. Jathara parivartanasana es una de las mejores posturas de torsión espinal profunda.

Con la postura del postura del abdomen girado o Jathara Parivrtta vas a trabajar abdomen, espalda baja, glúteos e isquiotibiales. Comienza acostándote boca arriba con las piernas estiradas en el suelo. Coloca las manos alienadas con los hombros. Ambos brazos deben estar en línea recta y las palmas hacia abajo en el suelo para apoyarte.

Inhala y levanta la pierna derecha perpendicular al suelo. El pie debe estar mirando hacia el techo, mantenlo lo más recto posible. Exhala, deja caer la pierna derecha hacia la izquierda en el suelo manteniéndola recta y, al mismo tiempo, gira el tronco y el cuello hacia la derecha. Todo con movimientos lentos y fluidos.

Asegúrate de bajar la pierna con control en lugar de dejarla caer simplemente por la gravedad, ya que esto puede tensar tu espalda. Permanece en esta posición durante medio minuto a un minuto. Libera la postura y vuelve a la posición inicial. Repite la misma secuencia del otro lado durante el mismo tiempo para evitar desequilibrios musculares.

En esta postura se estiran los brazos, las axilas, los glúteos y los músculos de la cadera. Fortalece las rodillas, los isquiotibiales y los cuádriceps, además de tonificar los músculos abdominales. Vas a activar el core y fortalecerlo gracias al estiramiento de la columna. Esta postura estabiliza las caderas y alivia la rigidez de la espalda. El estiramiento en el cuello mejora la flexibilidad cervical.

El pecho está relajado con la espalda apoyada sobre la colchoneta y, por lo tanto, la respiración en esta postura es tranquila y está conectada con la conciencia. Los hombros alineados y extendidos sobre la colchoneta involucran el diafragma y los músculos del pecho. Esta postura calma la respiración y los profesores de yoga suelen usarla para disminuir la frecuencia cardíaca entre intensos flujos dinámicos en posición supina.

Una vez en la postura, hay un esfuerzo consciente por apilar las rodillas y los pies uno sobre el otro. La idea es girar el vientre con una alineación fortificada de hombros y piernas. Se requiere concentración para entrar en la postura. Una vez en ella, la conciencia está en la respiración. Las respiraciones tranquilas mejoran el tiempo de permanencia en la pose y el tiempo es la magia de las posturas restauradoras, tan útiles a partir de los 50 años.

La postura del abdomen girado es energizante, ya que estimula el fuego digestivo en el cuerpo. Por eso se llama Jathara Parivrtta, ya que activa el Jatharagni (fuego metabólico) en el cuerpo. Es relajante, ya que elimina la rigidez de la espalda baja. La salud de la columna está conectada con el sistema nervioso y el cerebro recibe mensajes de calma.

La columna vertebral es la parte más importante del cuerpo humano, ya que es su tronco. Casi todos los nervios del cuerpo están conectados a la columna vertebral, como los vasos sanguíneos de la cabeza, las glándulas salivales, la mucosa oral y nasal, los vasos sanguíneos esqueléticos, el corazón, la tráquea y los bronquios, el estómago, el intestino delgado y grueso, los riñones y la vejiga.

Esta postura es un calmante de la fatiga que se puede hacer después de un día agotador y por la noche para reducir los trastornos del sueño y el insomnio. Es una postura reparadora y útil en mujeres con ansiedad, depresión o trauma. Equilibra los chakras raíz, sacro y del plexo solar del cuerpo. Es una postura muy estabilizadora y calma la mente. Esto es útil para crear una personalidad holística y equilibrada.