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El biohacking se refiere a una amplia gama de cambios graduales que una persona puede realizar en su cuerpo y estilo de vida, desde tomar suplementos a usar tecnología portátil para monitorear su salud hasta el uso de dispositivos implantados, con el fin de lograr cambios graduales que mejoren tu bienestar. Se trata de canalizar la energía de cuerpo y mente para lograr beneficios amplios como pueden ser tonificar, rendir mejor en tus tareas diarias o eliminar estrés.
El biohacking abarca desde esfuerzos para mejorar la función cerebral hasta una pérdida de peso más rápida. Algunas actividades son relativamente seguras en casa, mientras que otras pueden suponer riesgos para la salud y producir resultados variables, de ahí que sea un término y una práctica no exenta de polémica.
El biohacking es una forma de superación personal que se realiza por cuenta propia (DIY, do it yourself) y en la que las personas intentan cambiar aspectos de su biología para mejorar su salud, rendimiento o bienestar. No es un término científico ni una actividad específica, sino un término más general, amplio y popular.
Sus adeptos pueden querer modificar su biología por diversas razones, como pueden ser corregir lo que perciben como defectos, aumentar su percepción de control sobre su salud o incluso intentar prolongar su vida. El biohacking basado en la tecnología, como los relojes inteligentes, proporciona a las personas una gran cantidad de datos sobre sus cuerpos, lo que les permite intentar alterar su rendimiento deportivo mediante el análisis de datos.
Debido a que el biohacking está poco regulado y muchas personas no divulgan sus hallazgos, es difícil determinar qué porcentaje de éxito tiene. Si bien existe una gran comunidad online que comparte sus hallazgos, es difícil determinar la precisión de muchos de sus experimentos caseros. Sin embargo, comienzan a salir investigaciones que sugieren cierta eficacia de ciertos tipos de biohacking.
Un estudio en animales utilizó la nutrigenómica y descubrió que la fructosa remodeló aspectos vitales de la regulación genética, lo que podría influir en cómo una infección conduce a la enfermedad. También descubrieron que la fructosa afectaba al metabolismo, la inflamación y la función inmunitaria. No obstante, se necesitan más investigaciones a pesar de ciertos resultados prometedores.
Las personas pueden intentar mejorar su salud, productividad y función cognitiva mediante métodos comprobados con respaldo científico. El ayuno intermitente es un excelente ejemplo. Se trata de un método de dieta en el que una persona solo come en ciertos momentos y ayuna en los periodos intermedios.
Por ejemplo, una persona puede comer solo en un intervalo entre 8 de la mañana y las 8 de la tarde, mientras ayuna el resto del día. Está demostrado que el ayuno puede ayudar a reducir la grasa corporal, bajar la presión arterial, disminuir la frecuencia cardíaca, reducir la inflamación, aumentar la resistencia al estrés cardíaco y la diabetes, etc.
El desarrollo muscular y la tonificación es otro otro ejemplo. Si bien la nutrición sienta las bases para el crecimiento muscular, el ejercicio es el catalizador que inicia el proceso hipertrófico. Los métodos tradicionales de entrenamiento de resistencia pueden mejorarse mediante diversas técnicas de biohacking destinadas a aumentar la intensidad y el volumen. Una estrategia eficaz es la sobrecarga progresiva, que consiste en aumentar gradualmente el peso levantado o el número de repeticiones realizadas a lo largo del tiempo.
Este principio garantiza que los músculos se desafíen continuamente, lo que conduce a adaptaciones y crecimiento continuos. Incorporar técnicas de entrenamiento avanzadas también puede ofrecer beneficios significativos. De igual manera, las superseries (realizar dos ejercicios seguidos con un descanso mínimo) pueden mejorar la eficiencia del entrenamiento a la vez que aumentan el estrés metabólico en los músculos.
Tradicionalmente, los investigadores trabajan en equipo con instituciones que supervisan y revisan éticamente sus estudios. Sin embargo, los biohackers a menudo no obtienen revisiones éticas y pueden trabajar en entornos privados e inseguros. Especialistas en ética y académicos han expresado su preocupación por la falta de regulación y rendición de cuentas de los biohackers, lo que podría conducir a un trabajo poco riguroso.
«También existen riesgos asociados a seguir consejos de salud no oficiales de fuentes no acreditadas, como blogs, redes sociales y demás. Las personas interesadas en consejos de nutrición, sueño o ejercicio deben consultar con un profesional médico o nutricionista antes de probar un nuevo régimen para evaluar si es seguro y adecuado para sus necesidades de salud específicas», recuerda el portal Medical News Today.
Algunos tipos de biohacking han dado resultados efectivos, como ciertas aplicaciones de la nutrigenómica, mientras que otros experimentos han fracasado. Existen riesgos de seguridad asociados al biohacking, ya que las instituciones no lo regulan y los biohackers no siempre cumplen con los protocolos de seguridad. Se pueden probar varios tipos de biohacking fáciles de adoptar, como el consumo moderado de cafeína, el ayuno intermitente o ejercicios de tonificación y desarrollo muscular.