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Perfectas después del parto... ¿La gran mentira?

La inmediata y casi milagrosa recuperación de algunas celebrities se ha convertido en un clásico de Instagram. Pero cada vez más mujeres como Keira Knightley quieren contar la dolorosa verdad del posparto... y el precio de la presión social por pasar página, física y mentalmente, como si nada.

Haz click en la imagen para descubrir a las famosas que han anunciado su embarazo en 2018./Manolo hidalgo

Haz click en la imagen para descubrir a las famosas que han anunciado su embarazo en 2018. / Manolo hidalgo

IXONE DÍAZ LANDALUCE

“Mi vagina se partió en dos. Llegaste con los ojos abiertos y los brazos alzados. Gritando”, describe Keira Knightley sobre el momento en el que su hija, Edie, llegó al mundo en mayo de 2015. “Recuerdo las heces, el vómito, la sangre, los puntos... Recuerdo mi batalla. Tu batalla, tu vida pulsando. Sobreviviendo. ¿Soy yo el sexo débil? ¿Lo eres tú?”, escribe la actriz en un gráfico ensayo sobre su parto publicado en el libro Feminists don’t wear pink (and other lies) [Las feministas no visten de rosa (y otras mentiras)] de la escritora Scarlett Curtis.

Recordaba, también, la visita de familiares y amigos al hospital, mientras ella aún sufría sangrados y vestía ropa interior de papel. Y rememoraba cómo, mientras trataba de recuperarse física y emocionalmente de la experiencia, Kate Middleton, que acababa de dar a luz a su segunda hija, posaba ante los fotógrafos apenas 10 horas después de ingresar en el hospital. En abril de este año, la duquesa de Cambridge batió aquel récord: pasó solo siete horas ingresada después de dar a luz a su tercer hijo, Louis. Perfectamente peinada y maquillada, luciendo un vestido rojo, tacones y joyas, saludando y sonriendo a los fotógrafos, abandonó el hospital con su recién nacido en brazos y rumbo a palacio.

El príncipe Guillermo y Kate Middleton con su hijo Louis recién nacido. / d.r.

Knightley no daba crédito. “Estaba fuera del hospital siete horas después, maquillada y sobre unos tacones altos. El rostro que el mundo quería ver. Escóndete. Esconde tu miedo, tu cuerpo partiéndose en dos, tus pechos goteando, tus hormonas enloquecidas. Sé guapa, sé estilosa, no muestres tu batalla, Kate –escribe la actriz en el mismo ensayo–. Siete horas después de tu lucha entre la vida y la muerte, siete horas después de que tu cuerpo se abra y una vida salga gritando de tu interior. Que no lo vean. Que no lo sepan. Posa delante de un grupo de fotógrafos hombres. Creen que es fácil, que pasa todos los días. ¿Qué lo hace tan especial? También la muerte ocurre a diario. Pero ante ella no tienes que hacer como si fuera algo fácil”, continúa Knightley.

La reflexión en voz alta de la actriz ha vuelto a poner sobre la mesa un viejo debate: el de la presión social que soportan las mujeres por recuperarse cuanto antes después de un parto. Y el de las famosas que, Instagram mediante, presumen de medidas perfectas apenas unos días después de haber dicho adiós al embarazo. “Habría que desmontar esa foto –reflexiona Pilar López Diez, experta en comunicación y género–. Contar qué pasa en esas siete horas: una sesión de vestuario y maquillaje, los profesionales sanitarios a su servicio... Lo que vemos es totalmente artificial. El problema es que muchas mujeres que acaban de dar a luz pueden caer en ese engaño. Siempre ha habido clases. Hace un siglo, las campesinas parían en casa y al día siguiente volvían a trabajar al campo. En cambio, podía pasar un año desde que una mujer de la realeza daba luz hasta que volvía a la vida pública. Ahora es la realeza la que hace todo lo contrario. A las siete horas, reaparecen perfectas. Es una forma de distanciarse de las clases menos pudientes”.

Retomar el ritmo

Pero el texto de Keira Knightley también ha encendido la mecha de la controversia. De hecho, desde algunos sectores se ha acusado a la actriz de criticar la decisión de la duquesa con excesiva dureza. Y ella se ha defendido diciendo que la prensa malinterpretó sus palabras. La realidad es que, en el Reino Unido, las mujeres apenas pasan un día y medio en el hospital tras el parto. Es la estancia más corta de los países desarrollados, según un estudio británico que publica el diario The Guardian.

Serena Williams o Emily Blunt se han sincerado sobre la realidad del postparto.

En esto, la tradición varía mucho en función de cada país. En Ucrania, por ejemplo, las nuevas mamás llegan a estar hasta seis días ingresadas, mientras que en Estados Unidos una ley federal evita que hospitales y aseguradoras puedan despachar a las pacientes antes de 48 horas (96 si se trata de una cesárea), a menos que ellas lo pidan. Según el mismo estudio, llevado a cabo por la London School of Hygiene and Tropical Medicine, “una proporción sustancial de mujeres alrededor del mundo abandonan los hospitales demasiado pronto tras dar a luz”. Y eso significa que al agotamiento físico y emocional, a las posibles complicaciones del posparto y a las molestias y hemorragias, se suma la inseguridad de las madres, especialmente de las primerizas, sobre el cuidado del bebé.

En nuestro país, la media de la estancia hospitalaria tras un parto vaginal sin complicaciones es de 48 horas. En los partos por cesárea, el ingreso suele durar cuatro días, según Txanton Martínez-Astorquiza, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. “El caso de Kate Middleton es una excepción. Sus circunstancias no tienen nada que ver con las de la mayoría de las mujeres. Pese a todo, darle el alta a las siete horas me parece exagerado y no debería servir de ejemplo para nadie. No es la realidad del común de los mortales”, explica.

Además, puede conllevar algunos riesgos. “Acelerar un alta puede dar lugar a algún sangrado, a la aparición de fiebre... Hay cosas que se pueden ver en las primeras 48 horas y que quizá no se ven en las primeras 24”. Para la recuperación, Martínez Astorquiza recomienda, ante todo, cuidarse y tomarse las cosas con calma. “Las mujeres que acaban de dar a luz no están enfermas, pero necesitan un periodo de recuperación, tanto física como emocional. Hay que ser razonable. Y ponerse a hacer footing o subirse a una bicicleta al día siguiente no lo es. Esas famosas que se ponen a hacer deporte unos días después del parto... son solo fotos para llenar las revistas”.

Pero son, precisamente, esas fotos las que alimentan el debate. Porque aunque cada mujer tiene su propio ritmo y hay todo tipo partos, para la inmensa mayoría de las mujeres la recuperación es una experiencia poco (o nada) instagrameable. El agotamiento físico y mental, los problemas para dormir o dar el pecho al bebé o la depresión postparto –que, según algunas estadísticas, afecta a tres de cada 10 mujeres– nada tienen que ver con ese tipo de perfección impostada de la que a menudo se presume en las redes sociales.

El postparto según Instagram

Hace unos meses, Pilar Rubio protagonizó una polémica parecida tras dar a luz a su tercer hijo. Para anunciar la noticia, la presentadora publicó una foto en Instagram. A su lado, su pareja, Sergio Ramos aún llevaba la bata, el gorro y la mascarilla de papel obligatorios en la sala de partos. Ella sonreía perfecta y maquillada, con su recién nacido en brazos. La imagen se hizo viral y las reacciones ingeniosas no tardaron (“¿Te imaginas tener un día normal la cara de Pilar Rubio cuando acaba de dar a luz?”, decían). La misma acogida tuvo la foto que Georgina Rodríguez subió a las redes sociales poco después de nacer su hija. La modelo sonreía perfecta, con el padre del bebé, Cristiano Ronaldo (también ataviado con el uniforme de quirófano), al pie de su cama en el hospital. A aquella imagen le siguieron otras, días después, en las que lucía un cuerpo recuperado a velocidad meteórica.

Pero, por cada famosa que sube una foto así a las redes sociales, hay otra –la propia Knightley, Emily Blunt, Anne Hathaway– que habla sin pelos en la lengua sobre las dificultades del parto y del posparto. Hace unos meses, Serena Williams se sinceraba en una entrevista sobre su cesárea de emergencia y sus terribles complicaciones, que la mantuvieron ingresada una semana en el hospital con coágulos de sangre en los pulmones. Y en un libro escrito por la nanny de las estrellas, Connie Simpson, la actriz Jessica Biel compartió su experiencia. Tras preparar un parto natural en casa, con la ayuda de dos comadronas y una doula, Biel tuvo que someterse a una cesárea de emergencia. “Cuando nuestros planes se esfumaron y el parto sereno y natural que había previsto terminó en el hospital con una cesárea de emergencia, llegamos a casa exhaustos, desilusionados y en shock –dice–. Estaba obsesionada con que todo fuera orgánico, libre de toxinas, natural y homeopático para nuestro hijo, que terminó llegando al mundo en un quirófano y a través de una incisión”.

Knightley y Emily Blunt han hablado sin pelos en la lengua sobre las dificultades del parto y del posparto. / d.r.

Incluso Beyoncé, tan celosa de su vida privada, se ha sincerado sobre las complicaciones que sufrió en el parto de sus gemelos, Rumi y Sir. “Pesaba 100 kilos el día que di a luz. Estaba hinchada debido a la preeclampsia y había pasado más de un mes en cama haciendo reposo. Mi salud y la de mis bebés estaban en riesgo, así que me hicieron una cesárea de emergencia. Pasamos muchas semanas en la unidad de neonatos”. Sin embargo, la presentación en sociedad de los gemelos en Instagram poco tuvo que ver con ese calvario, sobre el que luego se ha sincerado. En una imagen tan barroca como pretendidamente bucólica, la cantante posaba con sus hijos en brazos, en un altar tapizado de flores y luciendo un pomposo vestido de Palomo Spain que le valió comparaciones con la Venus de Botticelli o las madonnas renacentistas.

En primavera, Meghan Markle dará a luz a su primer hijo. Lo hará, previsiblemente, en el mismo hospital de Londres que su cuñada, Kate Middleton. Y se espera que el guion sea prácticamente idéntico. Saludará desde la puerta a los fotógrafos, llevará a su hijo en brazos y lucirá perfecta (maquillaje, tacones) unas horas después de haber dado luz. El mundo entero la estará observando; y también las embarazadas.

La nanny más deseada de Hollywood

Tras el parto, cuando el bebé por fin llega a casa, muchas madres se sienten abrumadas por la nueva situación: la lactancia, los temidos cólicos, las noches en vela... En eso, nada distingue a las estrellas del resto de las mortales. Sin embargo, ellas suelen contar con ayuda especializada.

En Hollywood, la nanny más codiciada por los famosos es Connie Simpson. Ha cuidado de los mellizos de George y Amal Clooney, de las hijas de Emily Blunt y John Krasinski, del bebé de Jessica Biel y Justin Timberlake y de toda la prole de Matt Damon y Luciana Barroso. Con 30 años (y más de 250 bebés) de experiencia, Simpson se ha convertido en una auténtica gurú que arrasa en las redes sociales y que el año pasado publicó su primer libro desvelando los secretos de su método.

Especializada en la crianza de recién nacidos, Simpson ayuda a sus clientes a “sobrevivir” a los cuatro o cinco primeros meses del bebé con consejos sobre cómo establecer una rutina nocturna para el sueño de los bebés; pero también da pautas para que las madres se cuiden durante el posparto, alimentándose adecuadamente (la mantequilla es su ingrediente secreto) y descansando. Hace unos días, Simpson tuvo que desmentir que el príncipe Harry y Meghan Markle hubieran contratado sus servicios.

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