5 razones para viajar con mamá

Cuando eres pequeña, que mamá te acompañe a los sitios es algo tan natural como ir al baño con tu mejor amiga. Pero con el paso de los años esta costumbre se va perdiendo, quedando al final en el recuerdo de algunas vacaciones pasadas. Puede parecer algo implanteable sacar el mapa y elegir un destino para compartir madre e hija pero, por el contrario, es una de las mejores ideas que podéis hacer juntas y te vamos a dar 5 razones para ello.

Con la edad, los vínculos fraternales se van perdiendo y al final todo se reduce a unos pocos domingos de comida y algunas fechas señaladas. Un viaje juntas puede ser la gran experiencia de vuestras vidas y solo el hecho de convivir, durante unos días, y compartir espacio, comidas, rutas... os unirá más de lo que piensas y será una gran terapia para ambas.

Ya puedes irte a la Conchinchina, que si mamá está contigo, nada malo puede ocurrir. Y es que, el respaldo emocional que aporta no es comparable con nada más. Si hay algún momento para perderse en la vida es este, con tu progenitora de la mano.

Aunque crees conocerlo todo de ella y viceversa, un viaje puede ser la mejor lección para aprender cosas nuevas la una de la otra. Puede que descubras adjetivos que no sabías que estaban ahí. Una mamá aventurera, divertida, cómplice… Seguro que te sorprendes de sus cualidades ocultas y te ayudan a reconectar con ella.

Un viaje juntas puede ser el mejor regalo en agradecimiento a sus muchos años de dedicación a ti. Porque un bolso o unos zapatos terminan en el armario, viejos y gastados, pero las experiencias se mantienen vivas en los recuerdos y son el mejor gesto de amor cuando son bonitas.

Un viaje siempre ayuda a rebajar los niveles de estrés y ansiedad. Consigue que las personas se relajen y olviden sus asuntos durante unos días. El ver las cosas desde la distancia y otra perspectiva, hace que los problemas se hagan pequeñitos y además mejora la calidad de sueño.

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