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Este fin de semana tenemos en el cartel de Madrid dos obras de teatro que tienen todas las papeletas de conseguirlo: “La mujer más fea del mundo”, en las Naves del Español del Matadero, tiene taquilla abierta hasta el 16 de mayo. Y “Sucia”, en el Teatro de la Abadía hasta el 30 de mayo. Una sugerencia: además de acudir con las amigas, llévate a marido, novio, amigo, hermano o cualquier hombre que tengas cerca. El debate posterior puede ser muchísimo más interesante, revelador y hasta sanador.
“La mujer más fea del mundo” no es un estreno de la cartelera teatral, pero sí una buena noticia para quien no pudo ver la obra en su estreno, hace dos años. Se trata de un monólogo que mezcla biografía y ficción creado por la compañía ‘La otra bestia’, formada por Bárbara Mestanza y Ana Rujas. La verdad es que la propuesta es bestia. Se trata de representar todo el dolor, la ansiedad, el asco y la violencia de la obligatoriedad de la perfección que se impone a las mujeres (y, por desgracia, cada vez más a los hombres). Una angustia que no se cura ni con droga, ni con fiesta, ni con amigas ni con mensajes de cariño de una madre. La actriz Ana Rujas ha desvelado el génesis de la obra. "Bárbara y yo estábamos pasando por un mal momento, así que una noche de mucho vino y mucho llanto en Nueva York, yo le conté cosas que nunca le había dicho y ella me convenció para convertirlas en un monólogo”.
“Sucia” conecta con la obra anterior porque su creadora es, precisamente. Bárbara Mestanza. Aquí, la autora y actriz eleva bastante el fondo violento que tiñe las relaciones de las mujeres con la sociedad: narra una violación que sufrió en Madrid hace algunos años, durante un masaje que solo debía ser tal. La reflexión-curación que ha producido este abuso no es un hecho aislado, sino que conecta con prolegómenos que se viven desde la niñez con los piropos, los tocamientos y los acosos que la sociedad normaliza. Bárbara estuvo tres horas inmovilizada por el horror. “Después de pasar por una fase de negación de mi propio abuso, empecé a hablar de eso y lo verbalicé”, ha explicado. “Siempre, desde entonces, me he encontrado con gente que reacciona preguntándome por qué no hice nada”.