El archipiélago de Hawái es uno de esos destinos que merece la pena visitar, al menos, una vez en la vida. Sus playas paradisiacas, sus paisajes que parecen sacados de otro mundo, sus volcanes vivos, su naturaleza salvaje, sus rutas trepidantes, su filosofía de vida slow y su gastronomía de proximidad son una experiencia irrepetible.
Sin embargo, si pensamos en planificar esta aventura, el presupuesto elevado que necesitamos y las más de 20 horas de vuelo que nos separan del paraiso pacífico pueden ser un obstáculo para hacer realidad el viaje de nuestros sueños. O no, porque existe un Hawái europeo mucho más accesible que te va a sorprender: las islas Azores.
En medio del Océano Atlántico, a medio camino entre el litoral de Portugal y la costa Este de Estados Unidos, el archipiélago de las Azores está formado por nueve islas volcánicas e increibles que, además de no estar masificadas por hordas de turistas, nos ofrecen un espectáculo natural apetecible y económico, incluso, durante la temporada alta de verano.
Con un clima oceánico subtropical, suavizado por la Corriente del Golfo y con su famoso anticiclón siempre al acecho, durante el verano el archipiélago nos ofrece temperaturas cálidas con humedad alta, pero menos probabilidad de precipitaciones. Eso sí, si quieres disfrutar de la versión más relajada de las islas, la mejor época para viajar a Azores es el final de la primavera o el principio del otoño.
Lo que no te puedes perder de Azores
Las nueve islas que forman Azores están divididas en tres grupos: el oriental, con San Miguel y Santa María; el central, formado por Terceira, Graciosa, San Jorge, Pico y Fayal; y el occidental, en el que encontramos Flores y Corvo. Y no, visitar una de ellas no te hará conocer Azores, porque cada una guarda unas particularidades orográficas y naturales bien diferenciadas.
Naturaleza volcánica
Sus condiciones climáticas, su aislamiento geográfico, su relieve volcánico y las características geológicas de las islas hacen que Azores tenga una gran variedad de biotopos, ecosistemas y paisajes, así como una gran diversidad de especies de fauna y flora. Eso sí, su espectáculo volcánico (con más de 1.700 volcanes repartidos entre sus nueve islas) lo hace absolutamente único.
Entre todos ellos, merece la pena visitar el esbelto volcán de Pico, el 'techo' de Portugal, con más de 2.300 m de altitud; el Pico da Esperança, en San Jorge, el más grande todos o su costa con más de 30 fajãs o plataformas de lava, encajadas al pie de las laderas, cercadas por el mar y declaradas Reserva de la Biosfera; la Gruta das Torres, un tubo de lavade más de 5 km. que nos lleva a una cueva cuyo descenso es casi ceremonial; la Caldeira das Sete Cidades, con su mirador de la Boca do Inferno y el Lago do Fogo, en la isla de San Miguel; los géiseres y fumarolas de Furnas; o las impresionantes vistas desde lo alto del Monte de Brasil, en la isla de Terceira.
Playas sorprendentes
La gran variedad de playas que encontramos en todo el litoral del archipiélago hace de Azores un destino perfecto para los que buscan días a la orilla del mar: en nuestra ruta encontraremos playas volcánicas de arena negra; otras doradas con aguas turquesas, algunas de rocas, otras que forman piscinas naturales y algunas abrazadas por imponentes acantilados o por ciudades con mucho encanto.
¿Las playas que no te puedes perder? La dunar de Porto Pim, en Faial; Playa Formosa y Playa San Lorenzo, en Santa María, con arena dorada, aguas tranquilas y rodeadas de verdes laderas; la Playa de Mosteiros, en San Miguel, de arena negra y con unas llamativas formaciones rocosas; la fajã de Santo Cristo, en San Jorge, con sus planicies de lava y la favorita de los amantes del surf; o la impresionante Fajã Grande, en Flores, que surge entre rocas volcánicas y cuya arena negra resalta al estar rodeada por una naturaleza exuberante.
Patrimonio, senderismo y ballenas
Si te gusta el senderismo, no te puedes perder la ruta por los bosques de laurisilva del Pico da Varda; subir (preparada con ropa de abrigo) al ya mencionado volcán del Pico; caminar hasta los confines de Europa por la ruta costera de Faial; subir al Techo de Corvo por el sendero Cara do Índio y, si te atreves a enfrentarte a casi 80 kilómetros de recorrido (se recomienda hacer en cinco jornadas) parando de refugio en refugio, hacer la impresionante Grande Rota de Santa Maria.
Además de ser un paraíso natural sin parangó, hay dos puntos de Azores que están incluidos como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y merecen una parada en tu viaje: el centro histórico de Angra do Heroismo, en la isla de Terceira; y el paisaje vitivinícola de la isla de Pico.
Considerado el archipiélago número uno del mundo en sostenibilidad, no puedes volver a casa de tu viaje a Azores ver ballenas y delfines. Aprovecha tu visita a Punta Delgada, la capital de San Miguel a la que probablemente vueles desde Madrid o Barcelona, para contratar una excursión de avistamiento.
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