lo que pasó en salt lake city
Crear una cuenta
Iniciar sesiónlo que pasó en salt lake city
Tras ver cómo Ellie se metía en la boca del lobo, el sexto episodio de la segunda temporada de The Last of Us ha sido un remanso de paz y sentimientos que ha servido para darle a Joel la despedida que se merecía. Sesenta minutos en los que, a través de flashbacks, hemos podido saber cómo llegó la relación de los protagonistas a la tensión y el deterioro que pudimos ver en el primer episodio.
La serie de HBO Max también nos ha devuelto al presente narrativo con una breve secuencia en la que vemos a Ellie frente al teatro en el que se ha escondido junto a Dina en Seattle. Una imagen que, sin duda, echa por tierra todas nuestras previsiones de cara al capítulo final de la segunda temporada, que llegará la próxima semana.
Por el momento, el sexto episodio de la segunda temporada de The Last of Us nos ha ofrecido una imagen más completa del personaje de Pedro Pascal y el por qué de la crisis que vivió su relación con Ellie.
El capítulo comienza con Joel cambiando una bolsa de piezas de Lego por una tarta de cumpleaños. Y durante los tres años siguientes demostrará que, aún en el apocalipsis de la humanidad, todavía quedan personas que se esfuerzan por hacer regalos de cumpleaños que sorprendan y emocionen a partes iguales. Ver la cara de Joel ante las reacciones de Ellie es aún mejor que observar el rostro de la joven que, sin saberlo, ha encontrado en él al mejor de los no padres posibles.
Pero el tiempo pasa, Ellie se convierte en una adolescente con inquietudes que van más allá de lo que verbaliza y a Joel los años, y la lucha por la supervivencia, le han agriado el carácter, convirtiéndolo en el «grumpy» señor al que, incluso su familia, denomina así. El resultado es un choque de trenes en el que el carácter de Ellie lleva las de ganar porque, como le explicará (años) más tarde, Joel quiere a la joven incondicionalmente, de una forma que ella no alcanzaría a entender.
Afortunadamente, en los últimos minutos del capítulo The Last of Us resuelve la incógnita que los espectadores nos formulábamos desde hace varios capítulos. Ellie sabía lo que Joel había hecho en Salt Lake City, y no porque consiga que, entre lágrimas, se lo cuente él. Lo sospechaba desde hace tiempo y solo necesitaba confirmarlo en cuanto surgiera la posibilidad, y la valentía, de tener una conversación seria. Y de paso, la audiencia ha confirmado la peor de las sospechas: que Ellie prefería haber sido útil a la humanidad a seguir con vida.
Tras la despedida ¿definitiva? de Joel, la serie de HBO Max reserva el final del penúltimo episodio para devolvernos al presente, con Ellie en medio de una noche lluviosa frente al lugar en el que se escondía con Dina. Ante las expectativas que nos creó el cierre del quinto capítulo, con la protagonista acabando con la vida de una de las compañeras de viaje de Abby, ¿salir del cuartel general de los Lobos no se merecía algo más que una elipsis?
Dejando de lado si la serie está hecha para quienes han jugado al videojuego y van haciendo check con cada trama o cada imagen que aparece en la pantalla, tal vez alguien debería haber considerado que, por mucha narrativa que haya de por medio, los códigos de ambas creaciones no son los mismos. Y no todo vale para seguir cumpliendo, porque no todos los espectadores han jugado a la creación de Neil Druckman.
La semana que viene The Last of Us se despide, muy probablemente hasta 2027, y lo hará, por lo que hemos podido ver en el tráiler, con un episodio lleno de acción que podría no estar exento de momentos dramáticos. Ellie se reúne con Jesse, Dina y Tommy y, es de suponer que, retomarán la búsqueda de Abby, pero la lucha que se vive en Seattle no se lo pondrá fácil. Hasta entonces, tiraremos de la paciencia que recomienda nuestro personaje favorito.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.