Angustia, ansiedad y frustración son algunos de los síntomas que sufren las personas con familias conflictivas. Una cuestión que afecta al 17% de la población, según los datos de Coaching Club y cuyos detonantes pueden ser las diferencias socioeconómicas, culturales, religiosas o incluso la edad.
La sangre te hace pariente pero la lealtad te hace familia
El amor malentendido y los roles trastocados (una suegra que quiere decidir en el lugar de su nuera, un padre que quiere desvalorizar a su yerno o hermanas que excluyen a sus cuñadas...) suelen ser los causantes de estos conflictos que afectan a muchas familias. La manida frase "como te quiere tu familia nadie te va a querer" no es siempre real y precisamente genera más daño a las víctimas que sufren los abusos de la familia (padres y hermanos) ya que se sienten en la obligación moral de aguantar las faltas de sus propia familia por el solo hecho de compartir lazos sanguíneos. Que alguien lleve tu sangre no implica que no pueda hacer daño con su comportamiento, la sangre te hace pariente pero la lealtad te hace familia.
Verónica Rodríguez Orellana, terapeuta y directora de Coaching Club explica, “sea cuál sea el escenario que ha motivado la reacción familiar contra la relación de pareja, a los pacientes que se enfrentan a este problema les genera una situación de estrés que puede ser insostenible en el tiempo y que conviene tratar. Lógicamente cuando estos conflictos se hacen públicos y llegan al resto de personas (entorno laboral, amistades, etc) la ansiedad que provoca en la víctima es altísima, como puede ocurrir con la futura reina de Inglaterra”.
Cómo debo actuar si tengo este problema
El primer punto que se debe revisar es la determinación y evaluación de los límites entre la pareja y la familia o entre el afectado y la familia conflictiva. En toda relación sana familiar debe existir un espacio de respeto para manifestar cualquier tipo de opinión. Se debe hacer respetar estos límites desde el momento que cada persona adulta es responsable de sus propias elecciones. “El principal punto débil de estas relaciones con una familia tóxica es precisamente esa falta de límites, esa facilidad a la invasión de la intimidad que con frecuencia se sobrepasa. Esto, sin duda, acaba pasando factura ya que con el tiempo y la insistencia, los padres o hermanos terminan siendo incapaces de respetar cualquier tipo de decisión o actos en la vida de la otra persona. En la consulta hemos tenido casos que incluso llegan al extremo de hacer elegir entre la persona externa o pareja y la familia.” explica Verónica Rodríguez Orellana.
En ocasiones, es la educación recibida, generalmente de corte autoritario, lo que genera tener familias conflictivas. No necesariamente tiene que haber mal intención. Es más, imponen su decisión pensando en proteger a sus hijos, creyendo que están haciendo lo mejor para ellos. Los prejuicios o la repetición de patrones son los orígenes de estas malas relaciones. Patrones reiterados a lo largo de su vida que hacen que un miembro de la familia lleve una sobre carga excesiva por ser el objeto de discusión.
Cómo saber si tu familia es tóxica
- Exceso de control y sobreprotección.
- Exceso de violencia verbal o psicológica.
- Padres/hermanos autoritarios.
- Altos niveles de conflicto.
- Los miembros de la familia son imprevisibles.
- No existe casi comunicación.
- No saben ni pueden trasmitir afecto.
Entre los principales daños que reciben las víctimas de las familias conflictivas figuran: se inmiscuyen en su vida íntima, les tratan con sobreprotección e infantilización, no les respetan las decisiones tomadas, el resto opina sobre temas que no les incumbe o están presentes en momentos que no les corresponde, les boicotean momentos importantes para la víctima como cumpleaños, bodas o nacimientos, aprovechan su vulnerabilidad con respecto a terceras personas, les intentan imponer su opinión o comentarios en las reuniones familiares y se proyectan aspiraciones incompletas sobre esa persona.
10 consejos para evitar tener una familia tóxica
- No impongas tu opinión.
- Respeta los límites de la intimidad.
- No minimices la importancia que cada uno da a los sentimientos.
- No cortes cualquier tipo de comunicación con la familia como medida de castigo.
- No abuses o aproveches la situación en tu beneficio propio y egoista.
- Haz todo lo posible por conocer a la pareja con la que quiere mantener una relación tu madre/padre/hermano/hijo.
- No te burles nunca de los sentimientos de tu hijo/madre/padre/hermano.
- Aconseja pero no seas autoritario.
- Deja claro en todo momento lo que esperas de tu hijo/madre/padre/hermano.
- Busca ayuda con un profesional para gestionar las relaciones.
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