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Kintsugi, la técnica que convierte tus heridas en obras de arte

Dicen que las heridas dejan cicatrices, y es cierto. Y a pesar de que esas marcas te recuerdan lo que has aprendido, a veces desearías no haberte caído. Pero con el Kintsugi podrás darle la vuelta a la moneda y verás que hay otra forma de afrontar tus heridas que es más bonita que nunca.

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María Víllora
MARÍA VÍLLORA

Normalmente tendemos a esconder el dolor y tapar las heridas cuando hay algo que nos preocupa del pasado o no queremos dejar ver pero que hemos descubierto esta técnica centenaria japonesa que se basa, no solo en mostrar esas grietas al mundo, sino en maquillarlas y “ponerlas guapas”. Se llama Kintsugi y se ha convertido en una filosofía de vida que da rienda suelta al dolor y te permite experimentarlo y transformarlo en algo bello.

Roto en mil pedazos y pegado con oro

Este concepto viene a decir que, en ocasiones, un jarrón se rompe pero lo importante no es la rotura ni sus trozos sino que, “cuando lo reconstruimos, gracias a esas fisuras, ese jarrón es único y diferente a cualquier otro", señala Dafne Cataluña, fundadora del Instituto Europeo de Psicología Positiva.

La técnica japonesa consiste en coger los trozos de una pieza rota de cerámica y unir sus fisuras con un barniz espolvoreado en oro, logrando que así resalten a la vista sus cicatrices doradas. Si bien la cerámica recupera su forma original, esas marcas transforman su esencia hacia una visión más profunda e irrepetible.

Kintsugi, llevado al campo de la psicología, es la metáfora que alude al afrontamiento y a la unicidad, esa parte especial que tenemos cada ser humano gracias a nuestras fisuras y a nuestras heridas. Sin ellas, afirma Dafne Cataluña, “seríamos un jarrón más: con los mismos dibujos y formas que el resto”.

Su relación con la resiliencia

La resiliencia es un término habitual en psicología positiva. Es la propiedad mediante la cual los cuerpos se oponen a la rotura por choque o percusión. Lo opuesto es la fragilidad. Esta capacidad universal de recuperarse de las circunstancias adversas, la tenemos todas las personas, aunque según Adela Lasierra, psicóloga experta en autoestima en el IEPP, “ unas personas tienen más resiliencia que otras, pero se puede entrenar”.

Del mismo modo que el cuerpo soporta más situaciones extremas de las que puedes imaginar (varios días sin beber, semanas sin comer etc) “la mente puede sobreponerse a situaciones increíblemente adversas”, relata la psicóloga. En paralelo estaría el "sisu", “que hace referencia al momento concreto en el que tocas fondo y eliges que vas a salir adelante”. Es justo en ese instante donde el Kintsugi entraría en escena para transformar tu dolor en cicatrices dignas de enmarcar. En definitiva, una buena manera de sobreponerse a la adversidad y hacerle frente a cualquier obstáculo de la vida.

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