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En una relación de pareja, el equilibrio emocional es tan importante como el amor o la confianza. No basta con hablar de lo que pensamos, también hay que aprender a compartir cómo nos sentimos y estar ahí cuando el otro atraviesa un mal momento. La comunicación sincera y la capacidad de sostener emocionalmente al compañero son pilares que hacen que la relación se vuelva un espacio seguro en el que ambos puedan crecer.
El problema aparece cuando ese equilibrio se rompe y una de las dos partes asume más carga de la que le corresponde. Sucede a menudo que son las mujeres quienes terminan cuidando y sosteniendo emocionalmente al otro, incluso cuando ellas mismas necesitan apoyo. Esa desigualdad silenciosa no solo desgasta, sino que también puede generar frustración, malestar y una sensación de estar dando más de lo que se recibe.
A este fenómeno se le ha puesto nombre: el «síndrome del paracaídas emocional». La psicóloga María Esclapez lo ha explicado en sus redes sociales, alertando sobre cómo muchas mujeres se convierten en salvavidas permanentes de la relación. La metáfora es clara: una de las partes se lanza sin miedo porque sabe que el otro siempre abrirá el paracaídas. El problema es que nadie puede sostener eternamente, sin resentir su propio bienestar.
«El síndrome del paracaídas emocional es cuando él se permite soltar porque sabe que ella sostiene», explica la experta. No está mal que estés ahí para sostener a tu pareja si lo necesita, pero cuando es siempre la misma persona la que lo hace, que además tiende a dejar de lado sus propias necesidades por las del otro, el problema comienza a hacerse patente.
«No es amor. Es carga invisible. Es un desequilibrio emocional«, advierte Esclapez. Y esta carga puede amenazar con sepultarte si te centras más en el otro que en ti misma. ¿Puedes sostener este tipo de vínculo de por vida? Sin duda, pero no dejando tu felicidad por el camino. Porque, como dice la experta, »no viniste al mundo a ser su secretaria, su terapeuta y su madre. Viniste a ser pareja, pero para eso, hay que repartir el peso«.
En una relación sana, cada parte debe hacerse cargo de sus propias emociones en lugar de convertir al otro en un saco de boxeo emocional. No se trata de no compartir lo que nos pasa, sino de hacerlo con responsabilidad, evitando cargar todo el peso del malestar en la pareja. Reconocer qué sentimos y gestionarlo de forma adulta es clave para que la relación no se vuelva un terreno agotador.
Cuando ambos asumen esa responsabilidad, el vínculo se fortalece y se construye un espacio más equilibrado. La pareja deja de ser un lugar donde se acumula tensión y pasa a ser un refugio donde se comparten emociones sin culpas ni reproches. Esto no significa ocultar lo que duele, sino comunicarlo con respeto, entendiendo que nuestra felicidad no depende de que el otro solucione todo lo que sentimos.
Aunque no es lo habitual, también existen hombres que cumplen este rol en la relación. «Hombres que sostienen, que cuidan, que están para todo... mientras su pareja se deja caer. Pero no es lo común ni lo socialmente esperado», explica la experta. Y es que todavía a día de hoy se educa a la mujer para que cuide y sea el sustento emocional del hombre, que debe ser la parte dura de la relación, por lo que no se les exige que lo hagan.
¿Y qué pasa cuando existe un hombre que se comporta como un paracaídas emocional de su pareja? Que es una auténtica revolución. Se le valora mucho más que a las mujeres que lo hacen, y la mujer que comparte la vida con este hombre es considerada como alguien afortunada. Sí, en estos temas también existe una clara diferencia entre lo que se espera de las mujeres y lo que se espera de los hombres. Como en todo.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.