El síndrome de la madriguera de conejo, el fenómeno psicológico en el que se sustentan las teorías conspirativas

Sara Flamenco Publicado · 19 de febrero de 2025, 07:45 h

Siempre han existido teorías conspirativas. La tierra es plana. El Gobierno nos oculta que los extraterrestres han llegado a la Tierra. Nos fumigan con aviones desde el cielo. Y a raíz de la pandemia de la Covid, esta tendencia se desató. El virus no existía. Nos inyectaban microchips con las vacunas. ¿Por qué hay personas que se creen este tipo de afirmaciones aunque existan evidencias científicas de lo contrario?

En psicología, los expertos lo explican con el denominado síndrome de la madriguera de conejo, idea tomada de la obra Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll. En este libro, Alicia queda atrapada en un mundo alternativo de fantasía, creyendose ciegamente lo que está viviendo. Ahí es donde radica la clave.

Ninguno estamos exentos de comenzar a creer en una de estas teorías en algún momento de nuestra vida. El problema comienza cuando traspasas ciertas líneas rojas y esa teoría conspirativa se convierte en el centro de tu existencia y asumes como un ataque todo lo que provenga de gente que opina diferente a ti.

Además, su diagnóstico es difícil, ya que sus síntomas pueden tomarse erróneamente por los que se manifiestan en otros trastornos, como los disociativos o algunos trastornos de índole perceptiva. Por tanto, para evitar confusiones, es crucial el juicio de un neurólogo.

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Robbie M. Sutton y Karen M. Douglas, de la Universidad de Kent, fueron los encargados de dar nombre a este fenómeno para tratar de explilcar cómo surgen las creencias en las teorías conspirativas y por qué su adherencia es tan fuerte. Según aseguran, existen una serie de etapas para llegar al síndrome de la madriguera de conejo:

La primera fase del proceso parece totalmente inofensiva. Se trata de interesarse por esas teorías, por muy inverosímiles que parezcan, y buscar información al respecto. Este es el inicio de una tela de araña que puede comenzar a envolverte por completo hasta que te tenga completamente atrapado.

En estas primeras fases, el escepticismo es algo bastante normal, pero automáticamente aseguran que si no se tienen en cuenta, es por intereses ocultos. Si te lo tragas, puedes cruzar la línea roja, que supone contactar con grupos afines a estas teorías conspiratorias, que pueden presentar sus argumentos como irrefutables.

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De este modo, comienzas a creer a pies juntillas lo que te ofrecen. Y aquí es cuando llega lo peligroso, y es que sólo te relacionesn con personas quepiensen lo mismo que tú y te aisles de los demás, por lo que las creencias se refuerzan al ser más difícil contratar la información.

Esta última fase es la menos estudiada, porque apenas se encuentran voluntarios que la sufran y que quieran participar en estudios. Esto se debe a que aquellas personas aquejadas de este síndrome toman por un ataque todo lo que venga de fuera de su grupo, por lo que es difícil investigar sobre ello.

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