Polémica
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Donald Trump, ¿el retorno?
Musk ha argumento que, más allá de una espectacular operación financiera, el movimiento responde a una cruzada personal para proteger la libertad de expresión. Pero, ¿en qué se traduce eso exactamente? Para empezar, en dos medidas concretas. Por un lado, Musk quiere permitir que los usuarios puedan editar tuits antiguos (y potencialmente problemáticos), pero también reactivar cuentas canceladas. Eso, obviamente, abre la puerta al posible regreso de Donald Trump a la red social, después de que Twitter cancelara su cuenta cuando el presidente incitó a la violencia durante el asalto al Capitolio en enero de 2021.
Además, Musk ha insinuado que podría desactivar algunos de los filtros que la red social creada por Jack Dorsey utiliza para evitar la proliferación de desinformación, teorías conspirativas o discursos de odio, pero también prohibir el acoso a determinados colectivos y minorías. Y eso también incluye a las mujeres. Musk se ha defendido su postura a través de Twitter y aduciendo que está "en contra de toda censura más allá de la ley".
En un artículo de opinión publicado en CNN, Kara Alaimo, profesora asociada de la Escuela de Comunicación Lawrence Herbert de la Universidad de Hofstra, se pregunta: "¿Quienes serán los primeros que abandonen Twitter?". Unas líneas más abajo, ella misma responde: "Es probable que las primeras personas en huir sean aquellas que reciben lo peor: mujeres y personas de color".
Un lugar más peligroso para las mujeres
No es la única que piensa igual. "Si este acuerdo sale adelante y Twitter vuelve a convertirse en una empresa privada sin condiciones expresas para mantener las normas de la comunidad, Musk abriría la caja de Pandora y reabriría las compuertas del odio y las teorías conspirativas sin fundamento. Twitter se convertiría en un lugar más peligroso para las mujeres. El acoso y las amenazas de violencia on-line, especialmente contra las mujeres negras y de color, se dispararían", ha dicho Bridget Tood, directora de comunicación de Ultraviolet, una asociación norteamericana que lucha contra el sexismo y la discriminación. Un estudio llevado a cabo por esta organización alerta de que un tercio de las mujeres menores de 35 años y el 70% de las personas pertenecientes al colectivo LGTBI+ han sufrido acoso on-line en algún momento.
No hay que olvidar que el imperio liderado por Musk tiene una relación complicada con las mujeres. Recientemente,una ex empleada de Space X denunciaba la "misoginia rampante" que impera en la compañía aeroespacial liderada por Musk y que preside Gwynne Shotwell mientras los casos de discriminación y acoso sexual en Tesla han ocupado los titulares durante meses.
Fuga de 'celebrities'
"Es fácil predecir lo que sucederá ahora. Si Twitter se convierte en un lugar que no es inclusivo y empieza a ganar fama por difundir contenido cuestionable y de odio, las figuras públicas no querrán asociarse con él", vaticina Alaimo.
El goteo comenzó en abril. Una de las primeras en hacerlo fue la actriz y activista Jameela Jamil. Su mensaje de despedida lo dice todo: "Ah [Musk] tiene Twitter. Esto que escribo será mi último tuit. Me temo que esta apuesta por la libertad de expresión va a conseguir que esta maldita plataforma alcance su forma final y sin ley de odio, fanatismo y misoginia. Mucha suerte".