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¿Sabías que parpadeamos una media de 22 veces por minuto? Este gesto y otros como guiños, risas y enfado provocan que la mirada es la parte del rostro en la que aparecen antes los signos de envejecimiento. De hecho, los expertos recomiendan comenzar a utilizar un contorno de ojos a partir de los 20-25 años. Hay que empezar con uno que aporte hidratación y luminosidad e ir cambiando la fórmula según se vayan cumpliendo años, ya que las necesidades no son las mismas con 20 que con 60 años. Los expertos de Laboratorios + Farma Dorsch te explican qué contorno de ojos elegir según tu edad.
En este periodo lo que más preocupas son tanto las pequeñas líneas que empiezan a marcarse como las ojeras. La solución es mantener la piel de esa zona perfectamente hidratada para que siga manteniendo su frescura y luminosidad y se conviertan en arrugas y mantener la frescura y la luz de la mirada.
Los signos de cansancio comienzan a notarse mucho más en el rostro. Esto es debido a que la microcirculación sanguínea se ralentiza por la falta de descanso. El resultado: las ojeras están más marcadas y aparecen las bolsas. Además, las patas de gallo también hace su aparición estelar.
Es el periodo en el que los cambios son mucho más apreciables, ya que la cola de la ceja empieza a caer, provocando que tengamos una mirada más triste y apagada. Los párpados también comienzan a caer, las arrugas están más marcadas y el arco ciliar empieza a perder consistencia, produciendo que las bolsas estén más hinchadas y las ojeras sean más oscuras.
La producción de colágeno y elastina desciende significativamente, lo que se traduce en pérdida de densidad, que hace que las cejas y el párpado desciendan. Las arrugas ya no solo están más marcadas en la zona de las patas de gallo, sino que se presentan en todo el contorno.