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La moda viral de TikTok para conseguir la piel perfecta mientras duermes que preocupa a los médicos

Hablamos de la tendencia de belleza que está por todas partes

MIKHAIL NILOV EN PEXELS.

María, 32 años, se despierta cada mañana con la marca de la cinta en la zona de la papada y un parche en la boca. Lo descubrió en TikTok: un truco viral que prometía mejorar la zona, y, de paso, descansar mejor. Antes de acostarse, también aplica tres mascarillas diferentes y se coloca un gorro de satén para cuidar el cabello. Todo ello lo compró online tras ver a una influencer en redes confirmando su eficacia. Sin embargo, a pesar de tanto esfuerzo, María sigue levantándose con la piel apagada, hinchada y lo peor, con la sensación de no haber descansado nada. No es la única, las redes sociales se han llenado de videos con esta nueva tendencia que escapa de la ciencia.

Cada vez más personas convierten la noche y su dormitorio, en una especie de cabina estética donde destacan las rutinas extremas: desde la «momificación» de la piel (sellarla con capas infinitas de cosméticos) hasta gadgets que prometen redefinir el rostro mientras dormimos. Pero ¿funcionan realmente estas prácticas? ¿Son seguras o, por el contrario, pueden estar robándonos justo lo que buscamos: un sueño reparador? Hablamos con diferentes expertos para conocer la cara B de esta nueva moda viral.

Partimos de la base de que el descanso nocturno es mucho más que cerrar los ojos. Es, sin duda, un hábito primordial para la salud general y, también, para lucir una buena piel. Según David de Cubas, director de Salud de ZEM Wellness Clinic de Altea, las fases más profundas del letargo, conocidas como ondas lentas, son el momento en que el cuerpo se repara: «Se liberan hormonas clave como la del crecimiento, esencial para la síntesis de colágeno y la regeneración de tejidos. Si no dormimos bien, la piel pierde firmeza, aparece inflamación y envejecimiento prematuro». El experto subraya que no solo hablamos de una cuestión estética, sino de un proceso fisiológico complejo. «Durante el momento más hondo, el cuerpo entra en un ciclo de reparación en la que se produce colágeno, se regulan los niveles de cortisol y se restauran los niveles hídricos de la piel», añade. La falta de calma debilita la barrera cutánea y acelera la pérdida de firmeza y la aparición de arrugas. Es decir, que dormir bien no solo mejora el aspecto inmediato, también prolonga la salud de la piel a largo plazo.

En redes, el mouth taping, o lo que es lo mismo, sellar la boca con cinta adhesiva para fomentar la respiración nasal, ha ganado popularidad. La teoría es que mejora la oxigenación, reduce el ronquido y hasta embellece la piel al despertar. Pero la dra. Elena Urrestarazu, especialista en la Unidad del Sueño de la Clínica Universidad de Navarra, pone matices. «La evidencia científica es limitada y contradictoria. En personas con problemas respiratorios no diagnosticados puede ser contraproducente y provocar sensación de ahogo o incluso hipoxia [cuando no llega suficiente oxígeno al cerebro]», explica. La doctora añade que aunque la respiración nasal tiene ventajas claras –filtra, humedece y regula mejor el aire que llega a los pulmones–, forzarla mediante cinta sin descartar previamente una obstrucción nasal puede ser peligroso.

«Si hay inflamación o tabique desviado, tapar la boca puede empeorar la calidad del sueño en lugar de mejorarla», expone. Además, advierte:«Se necesitan más investigaciones que analicen la eficacia y la seguridad del mouth taping. Hay que excluir siempre a personas con patología nasal o cualquier tipo de obstrucción en las vías respiratorias. No es una simple solución estética ni un accesorio de belleza: cualquier técnica que modifique la respiración debe evaluarse desde la medicina con todos los riesgos y no desde las tendencias virales». La especialista recuerda que incluso un hábito aparentemente inofensivo puede tener consecuencias serias si se adopta sin el control necesario.

La dermatóloga Natalia Jiménez, del Grupo Pedro Jaén, va más allá y habla sobre cómo pueden afectar estas nuevas modas a la calidad de la piel. Se refiere en concreto a la momificación nocturna: sumar capas y capas de cosméticos y parches para «sellar» el rostro durante toda la noche. «El hecho de aplicar infinidad de productos en nuestra rutina de cuidado facial nocturna no tiene ningún sentido, ya que nuestra piel tiene una capacidad limitada de absorción», comienza la dermatóloga. «Además, si utilizamos demasiados productos, sobre todo si son oclusivos [los que impiden que se evapore el agua de la piel], se puede alterar la barrera cutánea y el microbioma, e incluso empeorar patologías como el acné o la rosácea», añade.

Según la especialista, los productos cosméticos que realmente son necesarios van desde un mínimo de dos (limpieza y tratamiento facial) hasta un máximo de cuatro (limpieza, exfoliación, contorno de ojos y tratamiento facial). «A partir de aquí, podemos complicar la rutina todo lo que queramos, pero esto no siempre se va a traducir en un mejor resultado en nuestra piel. Las rutinas complicadas son difíciles de seguir para la mayoría», expone la dermatóloga. Jiménez también advierte de que el exceso de oclusivos puede debilitar la barrera cutánea a largo plazo, acostumbrándola a un aporte artificial de hidratación y dejándola más vulnerable a la deshidratación y a agentes externos. «Lo fundamental es adaptar la rutina a las necesidades reales de cada piel, no a tendencias virales que pueden ser contraproducentes», concluye.

Más allá: un probelma psicólógico y ansiedad estética

Lo que para algunos es un ritual de belleza sin mayores consecuencias, para otros puede convertirse en un problema psicológico, por lo que hay que tener especial cuidado antes de que sea tarde. El psicólogo especialista en sueño Iván Eguzquiza alerta: «Todo lo que genere incomodidad o microdespertares reduce la calidad del descanso. Además, la presión por dormir bien o bonito puede generar ansiedad e insomnio». El experto advierte de que la reciente obsesión por el beauty sleep puede convertir la noche en un momento de tensión. «Si nos vamos a la cama con la presión de que tenemos que dormir de forma perfecta o con gadgets incómodos, lo que conseguimos es activar más el cerebro, dificultando el sueño y empeorando la salud mental», señala. Para terminar, añade: «Si convertimos la noche en un campo de pruebas estéticas, perdemos de vista lo esencial: descansar es clave para la salud mental y física, no solo para la imagen».

El verdadero beauty sleep, en definitiva, no se consigue momificando la piel ni con supuestas fórmulas milagrosas, sino poniendo en práctica lo más básico: un sueño profundo y reparador. Dormir bien es, al fin y al cabo, el mejor cosmético. Todos los expertos consultados coinciden en que la mejor forma de optimizar el descanso nocturno es mantener una buena higiene del sueño: habitación oscura, silenciosa y fresca; horarios regulares; evitar las pantallas y el ejercicio intenso antes de acostarse; y rutinas previas relajantes que activen la melatonina de forma natural, desde un baño hasta perfumar la almohada con lavanda. Sencillo, accesible y, sobre todo, seguro, porque está respaldado por la ciencia.