Mujer con piel madura. LAUNCHMETRICS SPOTLIGHT.

UNA PREOCUPACIÓN MUY COMÚN

Guía para entender e identificar las manchas en pieles maduras

Manchas solares, hormonales o por madurez, esos son los tipos de manchas que pueden aparecer en la piel. ¿Cómo reconocerlas? Los expertos explican sus diferencias.

Las manchas son una de las principales preocupaciones vinculadas al cuidado de la piel y están vinculadas principalmente a la exposición al sol, a cuestiones hormonales o al envejecimiento de la piel. Una problemática que con la llegada de los 50 preocupa a muchas mujeres porque estas aumentan su tamaño, su frecuencia y pueden llegar a juntarse creándose una gran mancha que difícil solución tiene.

Por ello, la protección solar se convierte en una gran aliada y no debemos de saltárnosla en ninguna etapa de la vida y ningún momento del año. Unido a ello, encontramos también activos de cuidado de la piel y tratamientos específicos para mejorar la apariencia de la piel. Aprendemos a diferenciar las manchas de la mano del dermatólogo Carlos Morales Raya, experto en acné y láser y fundador de la Clínica Morales Rayas; Rachel Keys, enfermera especializada en dermocosmética y Noemí Bermúdez, experta en nutricosmética.

Diferenciación de manchas en la piel

En primer lugar, debemos de aprender a diferenciar las manchas en la piel, ya que pueden ser por una causa u otra y no tenemos por qué confundirlas con, por ejemplo, las pecas. El doctor Morales Raya destaca que «no todas las manchas que vemos en la piel tienen el mismo origen ni se deben de tratar de la misma manera». Por esta razón, las clasifica en cuatro tipos. En primer lugar, encontramos los «lentigos solares, también llamados manchas solares o manchas de la edad. Son consecuencia del daño solar crónico y aparecen en zonas expuestas como la cara, el escote o las manos». Estas, considera el experto, «suelen ser redondeadas, de tono marrón claro y oscuro y aumentan con el paso de los daños».

En segundo lugar, tendríamos el melasma que «es una pigmentación hormonal, frecuente en mujeres, especialmente tras embarazos o con el uso de anticonceptivos». Sus zonas de aparición, destaca Morales Raya son «mejillas, labio superior o frente y empeora con la exposición solar, el calor o incluso el estrés». El siguiente tipo de manchas serían las postinflamatorias que van de la mano con «un proceso inflamatorio cutáneo como el acné, la dermatitis o pequeñas lesiones. Son frecuentes en fototipos altos y pueden ser marrones o rojizas, según el tipo de lesión previa» considera el dermatólogo.

Por último, encontraríamos la hiperpigmentación por envejecimiento, que está «relacionada con ralentización del recambio celular, el estrés oxidativo y la degradación progresiva de colágeno» detalla el experto. Considera también que «la piel pierde luminosidad y aparecen manchas difusas, con frecuencia acompañadas de alteración de la textura».

Tratamiento de las manchas

El asesoramiento de un profesional es clave de cara a las manchas, por ello, ante cualquier sospecha con una mancha debemos de asistir a analizarla. Para la enfermera Rachel Keys, «el tratamiento depende del tipo de mancha; las solares y de madurez responden bien a tratamientos despigmentantes tópicos y procedimientos como peelings o luz pulsada. En cambio, las hormonales requieren un enfoque más delicado, ya que tienden a repararecer». La profesional Noemí Bermúdez recomienda «la nutricosmética» porque «busca modular los procesos internos que favorecen la hiperpigmentación. En el caso de las manchas hormonales, ayudamos al equilibrio hormonal con ingredientes como el zinc». Por otro lado, en el caso de manchas por sol o envejecimiento, «nos enfocamos en antioxidantes, antiinflamatorios y activos que bloqueen la tirosinasa, enzima responsable de la producción de melanina».

El doctor Morales Raya aborda los tratamientos según el tipo de mancha. En el caso de los lentigos solares recomienda «un diagnóstico dermatológico previo. No todas las lesiones pigmentadas son benignas y algunas pueden corresponder a lentigos malignos o queratosis actínicas pigmentadas, que requieren un enfoque diferente». Los benignos los trataríamos con «láser pigmentario de picosegundos o Q-Switched, luz pulsada intensa (IPL) o peelings médicos adaptados al fototipo y al número de lesiones».

El melasma es más complicado porque «necesita un abordaje integral y progresivo, con especial precaución en el uso de tecnologías para evitar el riesgo de rebote». El dermatólogo considera «fórmulas despigmentantes tópicas que combinan ácido tranexámico, niacinamida, retinoides suaves, ácido azelaico y antioxidantes». A nivel consulta, destaca el dermatólogo que hacen «microneedling con infusión de activos despigmentantes, terapia LED y, en manos expertas, láser de picosegundos en modo toning, una tecnología que actúa suavemente sin inducir inflamación, ideal para este tipo de pigmentación».

En manchas postinflamatorias, explica que «se tratan de forma muy similar al melasma, priorizando la acción antiinflamatoria despigmentante suave, con activos como la niacinamida, el ácido tranexámico, la vitamina C y el ácido azelaico». En cuanto a los procedimientos menciona «peelings controlados, luz LED o láseres suaves subclínicos que pueden ser muy útiles en casos resistentes, siempre evitando provocar una nueva inflamación».

Por último, en el caso de que vengan por envejecimiento, para Morales Raya «el tratamiento debe de ser global, abordando tanto la pigmentación superficial como la degradación de colágeno y elastina en la dermis profunda». Para ello, el dermatólogo afirma que en su clínica «combinan láseres de picosegunos o fraccionados, que eliminan el pigmento y estimulan la renovación celular, con tratamientos regenerativos como polinucleótidos, radiofrecuencia con microagujas o bioestimuladores de colágeno, que restauran la calidad de la matriz dérmica y mejoran la firmeza, textura y el tono cutáneo».

Mejores activos contra las manchas

El cuidado en casa es importante a la hora de tratar las manchas. Considera Rachel Keys que algunos de los mejores activos para las manchas son «el ácido tranexámico, la niacinamida, el ácido kójico, arbutina y el retinol». Considera también «la vitamina C y el ácido azelaico que ayudan a unificar el tono y prevenir la oxidación. En pieles más resistentes, los AHA y el ácido salicílico pueden potenciar la renovación celular y aclarar las manchas». Por su parte, Noemí Bermúdez menciona «la astaxantina, el glutatión, la vitamina C liposomada, el resveratrol y el extracto de polypodium leucotomos» porque «son potentes antioxidantes que ayudan a prevenir y reducir la pigmentación desde dentro». Concluye mencionando «la niacinamida oral y ácido alfa lipoico para unificar el tono de la piel».

Otro tipo de recomendaciones

Existen otros tipos de recomendaciones son «la fotoprotección diaria, incluso en días nublados» explica Rachel Keys, unido a «evitar la exposición solar en las horas centrales del día y reforzar la rutina con antioxidantes tópicos. Es fundamental tener constancia en el cuidado y no abandonar los tratamientos al ver la mejoría, ya que la prevención es un proceso continuo». La alimentación es clave para Noemí Bermúdez y advierte que es esencial «mantener una hidratación adecuada, evitar el alcohol y el tabaco y manejar el estrés, ya que todos estos factores pueden desencadenar respuestas inflamatorias y oxidativas que favorecen la hiperpigmentación».

Por su parte, el doctor Morales Raya añade «no manipular granos ni lesiones cutáneas, ya que pueden dejar marcas pigmentadas residuales». También «adoptar una rutina de cuidado constante, con productos bien formulados y activos antioxidantes que prevengan el daño oxidativo». Por último, y no menos importante, «consultar siempre con un dermatólogo experto en manchas ya que un buen diagnóstico es el primer paso para un tratamiento eficaz, seguro y duradero».