UNA PROBLEMÁTICA EN AUGE

Estas son las razones por las que cada vez hay más pieles grasas y con tendencia a la sensibilidad

Tras la COVID-19 ha aumentado el número de pieles grasas o sensibles o la combinación de ambas. Pieles que necesitan que se les preste una especial atención y cuidados específicos, unidos a un diagnóstico dermatológico.

Mujer con la piel cuidada. LAUNCHMETRICS SPOTLIGHT
Estas son las razones por las que cada vez hay más pieles grasas y con tendencia a la sensibilidad
Marta López Ogando
Marta López Ogando

Conocer nuestro tipo de piel y que esta vaya de la mano de un diagnóstico profesional es clave para saber qué tipo de cuidados específicos brindarle. Más allá de nuestra rutina, apoyarnos en profesionales que conozcan el sector y lo que está realmente ocurriendo, hace que podamos lucir la mejor versión de nuestra piel, adaptando nuestros pasos a las necesidades específicas que tenemos. Por ello, es importante saber que nuestra piel evoluciona con el paso de los años y saber que lo que antes nos podía ir bien, ahora puede que no sea lo mejor para nuestro cuidado.

En los últimos años, y promovido en parte por la COVID-19 y el uso de mascarillas, se ha producido una evolución de las pieles, encontrando cada vez más pieles con tendencia grasa y que también sean más sensibles. ¿Cuáles son los motivos reales de esto? La doctora Elena Manubens, dermatóloga del GEDET de la AEDV y fundadora de la Clínica Dermathos en Mallorca y la farmacéutica Leonor Prieto – Cabezas, directora científica de L'Oréal Dermatological Beauty desgranan los motivos.

Características de las pieles sensibles

Las pieles sensibles pueden ser grasas, secas o mixtas, pero ¿realmente qué se esconde detrás de ellas? La doctora Manubens explica que son «pieles que, con una mínima agresión, que a veces es simplemente un cambio de temperatura, un pequeño roce, alguna sustancia que la pueda tocar, generan una respuesta exagerada de inflamación, que son respuestas como rojez, picor, ardor y, a veces, puede incluso acabar desencadenando si se prolonga descamación o tirantez».

Destaca Leonor Prieto – Cabeza que son pieles «complejas de definir» en las que «hay una diminución del umbral de sensibilidad». La farmacéutica explica que «está muy relacionado con la alteración de la barrera cutánea de la piel, que en muchas pieles sensibles se encuentra alterada». La razón es que «la piel es un órgano sensitivo y sensorial, por lo que tiene muchas terminaciones nerviosas. Algunas de ellas están alteradas en este tipo de pieles y se produce una inflamación de bajo grado, silente, que da lugar a lo que llamamos inflamación neurogénica y es la responsable, junto con la barrera cutánea alterada, de las sensaciones y la reactividad de estas pieles».

Características de las pieles grasas

Muchas veces asociamos las pieles secas a la sensibilidad, pero esta también se puede producir en las pieles grasas. «Una piel sensible no es necesariamente una piel seca, sino que puede ser tanto por un problema de falta de hidratación, lo que decimos comúnmente como una piel seca, como una consecuencia de piel grasa» advierte la doctora Manubens. Si hablamos de pieles grasas, «se caracterizan sobre todo por exceso de producción de sebo, que al inicio puede ser más fácil detectarlo, porque uno nota que durante el día la piel va cogiendo este brillo y este tacto aceitoso de la propia grasa o sebo que fabrican nuestras glándulas» destaca la dermatóloga. Entonces, «lo que ocurre es que ese exceso de grasa altera el equilibrio del estrato córneo, que es la capa más superficial de piel, que normalmente tiene que ser un equilibrio muy bien establecido entre agua, aceite y células muertas».

Este tipo de pieles prosigue la farmacéutica Prieto – Cabeza cuentan con «una alteración de la barrera cutánea, con déficit de ceramidas, constituyentes esenciales de la barrera cutánea de la piel y una alteración del microbioma de la piel». Por estas razones, su aspecto general es que «tengan tendencia a ser más gruesas, con poros dilatados (y por tanto un aspecto irregular), exceso de brillo y pueden presentar imperfecciones como puntos negros o granitos enrojecidos».

¿Qué ocurriría si esta es a su vez sensible? La farmacéutica y directora científica de L'Oréal Dermatological Beauty cree que tendrá «tanto las características mencionadas, como las sensaciones de inconfort y reactividad que hemos descrito para la piel sensible». A lo que añade la doctora Manubens que «si alguna de las proporciones falla, en este caso en una piel grasa, por exceso de aceite, entonces esa capa no puede hacer bien su función y empieza a deshidratarse, a secarse, se vuelve sensible y adquiere las características de la piel sensible». Eso sí, concluye que «detrás de esta piel sensible el problema es una piel grasa, no una seca».

Aumento de las pieles grasas con tendencia sensible

En los últimos años se ha sufrido un aumento de las pieles grasas con tendencia sensible. La directora científica de L'Oréal Dermatological Beauty afirma que «la sensibilidad de la piel es multifactorial, y tanto los factores internos como los externos van a influir sobre este fenómeno», añadiendo que «la prevalencia es complicada de establecer y se basa en estudios de declaración de las personas». En el caso de nuestro país, la profesional afirma que «las cifras llegan a un 70% en mujeres, pero ya hay entre un 30-40% de los hombres que declaran tener la piel sensible».

Centrándonos en la COVID – 19, Prieto – Cabeza afirma que «fue un momento donde la piel se volvió más reactiva, sobre todo por el uso de mascarillas, que crearon un ambiente más reactivo en la piel (piel ocluida, aumento de temperatura, roce continuo), que provocó una alteración de la barrera cutánea, un cambio en el microbioma de la piel, un acúmulo de toxinas, etc». Además, «se unía al estés, que también provoca reacciones en la piel, pero no podemos atribuir sólo a este parámetro el aumento de pieles grasas sensibles».

La farmacéutica concluye que es algo «multifactorial: el aumento de la contaminación, el clima (temperaturas extremas, aires acondicionados o calefacción), la radiación solar, el estilo de vida (alimentación desequilibrada, vida sedentaria, falta de sueño, estrés), alteraciones hormonales (pubertad, menopausia) o cosméticos inadecuados que dan lugar al aumento de las pieles sensibles y sobre todo a las pieles grasas sensibles». La profesional concluye que «siempre se ha pensado que una piel grasa es más resistente y en términos de sensibilidad no es así».

Cuidar una piel grasa con sensibilidad

En cuanto a los cuidados, la dermatóloga Elena Manubens afirma «no hay ni el principio activo perfecto ni el principio activo malísimo, sino que son pieles que vamos a ir tratando de forma diferente conforme las vayamos curando y arreglando. Lo que nos va a ir bien en una fase del tratamiento, no nos va a ayudar en contra y al contrario». Dicho esto, la doctora considera que «no hay que olvidar que hay que compensar ese exceso de grasa con limpieza, entonces, un paso básico es la limpieza con jabones limpiadores que retiren ese exceso de componente aceitoso». Eso sí, en los comienzos del tratamiento deberán ser «productos más respetuosos, menos agresivos que limpien, pero no en exceso porque si no la piel va a protestar y no vamos a avanzar».

La profesional menciona que hay un gran olvidado y este es la exfoliación de la que añade que es «donde más cojeamos». Para las pieles grasas sensibles es clave porque «hay una alteración del equilibrio, un exceso de determinados componentes que están ocasionando todo el problema. Por ello, hay que exfoliar para retirar tanto el exceso de grasa como el exceso de células muertas, secundario a que, si hay más grasas, se van a empapar más células muertas y esas hay que retirarlas, al igual que el exceso de microrganismos varios». ¿Cómo puede ser esta exfoliación? Manubens considera que podemos realizarla «tanto física, como química o enzimática».

La doctora habla de su experiencia en la clínica y considera que, en definitiva, «lo que vemos es que muchas pieles que nunca habían tenido problemas y los empezaron a tener a raíz del uso de mascarillas, una vez arreglado el desequilibrio y la piel vuelve a la normalidad y no está sensible, tienen recaídas menos frecuentes». Igualmente, «hay personas que tienen este tipo de piel por genética, por hábitos y, en esos casos, sí que hay más tendencias a recaídas y es muy importante mantener los principios de limpieza y exfoliación una vez normalizadas la piel porque si no será una piel con tendencia a recaer».

Activos recomendados y a evitar

En los activos también podremos encontrar aliados para reequilibrar nuestra piel. En primer lugar, la farmacéutica Leonor Prieto – Cabeza destaca las ceramidas porque «debemos equilibrar la función barrera, y en las pieles grasas y sensibles se ha visto que hay un déficit de ceramidas, los lípidos más importantes para el equilibrio de la barrera cutánea». Añade que tenemos que buscar activos hidratantes y calmantes como «la glicerina» que tiene «perfecta afinidad con la piel», «el ácido hialurónico que es hidratante y reduce la inflamación de bajo grado» o la niacinamida que tiene «múltiples efectos, entre ellos hidratar, restaurar la barrera cutánea, reducir la inflamación y calmar». Además de, explica Prieto – Cabeza, «reducir la liberación de mediadores de histamina y calmar el picor y reducir la formación de sebo».

Otros ingredientes que menciona la directora científica de L'Oréal Dermatological Beauty son aquellos reguladores del sebo como «sales de zinc o ácido salicílico en concentraciones adecuadas a las pieles sensibles» el motivo es que «regulan el exceso de sebo, reducen los brillos y contribuyen a disminuir las imperfecciones y el aspecto rugoso de las pieles grasas». Añade, además, «los filtros ultravioleta y antioxidantes en las cremas con fotoprotección, fundamentalmente filtros de amplio espectro UVB y UVA, reforzados también con activos antioxidantes, como la vitamina E, que además de reducir los radicales libres, protege las membranas de las células y contribuye a reforzar la barrera cutánea».

Por último, la farmacéutica recomienda «disponer de sistemas de liberación prolongada, como la tecnología multivesicular MVE, que nos permite disponer todos los componentes en diversas capas, liberando progresivamente los activos durante 24 horas». De esta manera, se consigue «un mantenimiento de sus acciones a lo largo de todo el día, lo que va a contribuir a una eficacia más rápida a unos resultados mucho más duraderos».

Consultamos a la profesional cuáles serían los que tendríamos que evitar o prestar especial cuidado. Prieto – Cabeza considera que «son pieles que reaccionan frente a estímulos o sustancias bien toleradas por la mayor parte de las pieles» y destaca que «ingredientes que son tolerados y seguros, a veces en estas pieles no son los más recomendables en un primer momento: vitaminas (retinoles y derivados de la vitamina A y C) y ácidos de frutas en altas concentraciones o exfoliantes agresivos tanto mecánicos como químicos». La profesional afirma que «no podemos generalizar, pero son los consejos que proponen los grupos de expertos que trabajan en las recomendaciones para el cuidado de pieles sensibles».

Estas serían sus recomendaciones: «empezar con productos básicos, como hemos mencionado (limpieza, hidratación, fotoprotección). Esto nos va a ayudar a reforzar la piel y, por tanto, a que su umbral de tolerancia pueda ser mayor. La sensibilidad no es siempre permanente o crónica. Una vez que hemos reducido esta reactividad de la piel, podemos ir incluyendo en la rutina de cuidado cosmético otro tipo de productos en función de las necesidades específicas de la piel».

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Sagitario

Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.