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Si 2020 fue un año más que duro para Ana Obregón, parece que el 2021 no está dejando cosas buenas a las presentadora y actriz. Unos días después de que se haya cumplido un año de que falleciera Aless Lequio, Ana tiene que enfrentarse ahora a otra dura despedida que marcará otro antes y después en su vida: la de su madre.
"Ahora los dos amores de mi vida están juntos para siempre. Mamá cuida mucho de mi niño hasta que yo llegue que espero sea pronto, y dile que le quiero más que a mi vida. Os amo desde siempre y para siempre", han sido las duras palabras que ha publicado Ana rota de dolor en su cuenta de Instagram.
Ana María Obregón ha fallecido a los 95 años de edad, después de haber superado un ingreso hospitalario en el mes de abril. La madre de la actriz era dada de alta y regresaba a casa para terminar de recuperarse en la tranquilidad de su hogar y con las constantes atenciones de sus seres queridos. Una noticia muy buena que Ana compartió en redes a la vez que agradecía los mensajes de apoyo recibidos por parte de sus seguidores. "Hoy es el primer día en un año que no lloro de rabia, ni de dolor, ni de tristeza. Hoy se me saltan las lágrimas de emoción", escribía en su perfil de Instagram. Sin embargo, Ana María no ha podido superar sus complicaciones de salud debido a la avanzada edad.
La matriarca del clan Obregón formó una numerosas familia junto al empresario Antonio García en un matrimonio que duró 67 años y del que nacieron cinco hijos: Amalia, Javier, Celia, Juancho y Ana. Además, Ana María fue un pilar fundamental en la vida de la presentadora quien, ha demostrado en varias ocasiones el vínculo tan especial que las unía. "Mamá , que sepas que te tengo agarrada de las manos muy fuerte porque te necesito a mi lado más tiempo", le escribía Ana a su madre cuando esta tuvo que ser ingresada.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.