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El dolor de espalda: las cicatrices de la evolución

Las malas posturas y el sedentarismo, principales causantes de este tipo de dolencia.

Los dolores de espalda son cada vez más frecuentes. fotolia.

¿Quién no ha tenido un dolor de espalda alguna vez? Esta es una dolencia que ha hecho sufrir a casi todo el mundo. Desde el actor George Clooney, al que hizo pasar por quirófano poco antes de su boda, hasta John F. Kennedy, que lo sufrió durante toda su vida, pasando por Ricardo III, inmortalizado por el maestro Shakespeare.

El dolor de espalda que tenemos los humanos en la actualidad es una de las 'cicatrices de la evolución'. En unos pocos millones de años hemos pasado de movernos a cuatro patas a hacerlo erguidos, con los consiguientes problemas.

Todas las edades

Según las estadísticas, afecta al 80% de los españoles y es la causa más importante de baja laboral en nuestro país, sobre todo los de la zona lumbar. Contrariamente a lo que se piensa, no solo afecta a personas que levantan cargas pesadas, sino que, la mayoría de las veces, está causado por malas posturas o movimientos incorrectamente realizados en nuestro día a día. La edad tampoco es determinante, ya que lo sufren las personas mayores, las más jóvenes e, incluso, los niños, con frecuencia.

Los dolores de espalda se suelen clasificar en dolor de espalda mecánico e inflamatorio. El primero de ellos es el más frecuente y la causa más común es la tensión muscular generada en nuestra vida diaria –una mala postura mientras vemos la televisión, dormir en una posición incorrecta, estar muchas horas delante de la pantalla de un ordenador, conducir durante horas, levantar peso, agacharnos de manera incorrecta...–.

Este tipo de dolor mejora con el reposo y se agrava con el movimiento

También puede estar producido por traumatismos que podrían derivar en contracturas o rectificaciones de la curvatura de la columna o, incluso, esguinces, como los cervicales después de un choque. Este tipo de dolor mejora con el reposo, se agrava con los movimientos y no suele existir rigidez matutina.

En cuanto al dolor de tipo inflamatorio, suele ser crónico –dura más de tres meses–, no mejora con el reposo, puede hacer que uno se despierte durante la noche, se produce rigidez matutina y es habitual que irradie a otras zonas, como las nalgas o las piernas. Puede estar causado por múltiples enfermedades, como las hernias de disco, las fracturas vertebrales, la artrosis...

Acuda al médico

Hemos de acudir cuando el dolor aparece por primera vez o cuando ha cambiado respecto a veces previas. También si no mejora tomando los analgésicos habituales o no remite en el transcurso de una semana, si se irradia a otra zona, como la pierna, o si se produce pérdida de fuerza o alteraciones en la sensibilidad o sensación de hormigueo en piernas o zona pélvica. Si tenemos alteraciones al orinar o después de un dolor brusco en la columna sentimos acorchamiento o pinchazos en las piernas, debemos solicitar ayuda médica urgente. Si tenemos otros síntomas, como por ejemplo fiebre, pérdida de peso o cansancio, también deberemos realizar una consulta a un facultativo.

Es importante un diagnóstico a tiempo, porque algunas de las causas del dolor de espalda pueden empeorar si no se tratan en el momento adecuado.

Es fundamental llevar una vida activa, practicando ejercicio o caminando –con la cabeza alta y en posición erguida–, para reforzar los músculos que sujetan nuestra columna. También evitar la obesidad o el sobrepeso, cuidar nuestra postura ante el ordenador, usando una silla adecuada y con la espalda bien apoyada en el respaldo...

O, al conducir, flexionar las rodillas con la espalda recta para coger peso o, si se hace repetidamente, usar fajas protectoras, evitar movimientos repetitivos de la columna sin realizar descansos, usar calzado con un tacón moderado... Aplicar calor, por ejemplo con una manta eléctrica, puede mejorar los síntomas. Tómese las señales de su espalda en serio.

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