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Aunque por su rostro angelical se podría pensar que Esmeralda Moya es una actriz cándida para un mundo complicado como el de su profesión, lo cierto es que tras una mañana de confidencias -a la que se sumó su madre- la impresión es que tiene una cabeza muy bien ordenada.
Madre de un niño y nuevamente enamorada, prefiere aguantar atascos antes que abandonar su barrio de Torrejón de Ardoz donde hace piña con una familia muy unida y necesaria para su estabilidad.
Corazón No ha sido fácil encontrar un hueco en su agenda con la promoción de la segunda temporada de la serie 'La verdad', en Telecinco, y su nuevo proyecto con la productora Bambú para Atresmedia con '45 revoluciones'. Esmeralda Moya Estoy encantada de formar parte del equipo de Bambú, sin duda una de las mejores productoras de series, y eso que apenas llevo unas semanas de grabación. Interpreto a una fotógrafa muy moderna para la década de los 70 que se mueve en el mundo de las discográficas. Ya sabes, flecos, pantalones campana...
C. ¿Qué tiene de moderna? E.M. Te diré que antes de rodar hemos trabajado mucho a nivel documentación, que nos ha servido para empaparnos de todo lo que ocurría en esa década en España. Reconozco que me resulta más fácil trabajar en personajes de otras épocas porque sólo con la caracterización ya hay una parte de trabajo conseguida.
C. Supongo habrá consultado a sus padres cómo era su vida en los 70. E.M. Eran muy jóvenes, nacieron a mediados de los 60, pero yo me he fijado hasta cómo cogían las cámaras los fotógrafos de antes. En casa lo hemos hablado y está resultando muy emocionante. En mi familia no hay tradición de actores y mis padres lo que intentan es apoyarme, pero sin perder los pies del suelo.
C. ¿Siempre contó con su apoyo o hubo ciertos reparos cuando anunció que se iba a dedicar a la interpretación? E.M. Desde el primer momento han estado a mi lado, igual que con mi hermano. Lo mío viene de la infancia, ya que con tres años yo ya estaba actuando con los invitados y con mis personajes. Solía coger el enchufe del brasero a modo micrófono y aparecía detrás de la cortina en plan teatrera con la complicidad de mi abuelo. Después, me formé en la escuela de Cristina Rota y así pude cumplir con mi sueño. Nuestra relación es tan buena que vivo en el mismo edificio que mis padres, puerta con puerta, y me ayudan mucho con mi hijo de cinco años cuando estoy trabajando. Me hace gracia cuando me pregunta cómo puedo compaginar mi profesión con los cuidados de un hijo y siempre digo que es igual que cualquier otra madre. Con organización y colaborando todos.
C. ¿Qué tal se lleva con su ex y padre del niño? E.M. Sin ningún problema. Nos llevamos muy bien, mejor ahora que cuando estábamos juntos. Que no hayamos podido continuar nuestra relación no tiene porqué afectar a cómo queremos y cuidamos a nuestro hijo como los mejores padres. Tenemos la custodia compartida y funcionamos perfectamente. Es verdad que cada historia es un mundo y no me atrevo a dar consejos a otras parejas. Solo puedo decir que mi hijo está encantado con los dos y esa buena relación afecta también a nuestras familias.
C. ¿Y llevándose tan bien no se plantean una segunda oportunidad? E.M. Eso sí que no. Hemos estado seis años juntos y lo nuestro se acabó. Además, ahora tengo pareja y, aunque soy muy discreta, para mi vida personal no tengo reparos en reconocerte que soy muy feliz. Aún estamos conociéndonos y no hemos dado ningún paso, pero todo llegará. Cuando dos personas se quieren todo resulta muy fácil y te aseguro que estoy viviendo un momento muy dulce y especial. Somos dos personas muy parecidas que compartimos gustos y, además, con mi hijo también se entiende perfectamente. Cuando tienes un hijo hay que ser positivo y encontrar los puntos en común incluso con tu ex.
C. De todas formas no tengo la sensación que sea una persona conflictiva a la hora de empatizar con la gente. Al menos tiene un rostro muy dulce que igual es solo apariencia... E.M. Mi actitud siempre es evitar la polémica porque lo paso muy mal en las situaciones de conflicto. Pienso en positivo y eso me ha ayudado también en mi nuevo trabajo para Viajate el Mundo, la agencia de María Villar que diseña rutas personalizadas. Me encargo de las redes sociales y convocatorias.
C. ¿Acaparar otras facetas es por el vértigo que tienen los actores a que no surjan proyectos? E.M. Creo que se debe más a mi espíritu inquieto que disfruto con otras aventuras.
C. ¿Y se imagina realizando algún trabajo fuera de España? E.M. Todo dependerá del proyecto, si me interesa o no. Todo aquello que sea bueno para mí y mi familia lo aceptaré.
C. Si la tengo que buscar en unos días de descanso, ¿dónde la encuentro? E.M. Si tengo tres o cuatro días me voy a Nueva York, es una ciudad que me apasiona. Mi vida en España te aseguro que es de lo más familiar y tranquila. Suelo estar en casa o me voy a hacer senderismo a la sierra. Como buena Virgo, soy muy ordenada y limpia pero también es fácil que me instale en casa de mis padres ya que me encanta contarles todo lo que me pasa.
C. ¿Quién es su mejor consejero? E.M. Sin duda alguna mis padres. Hay algo que nunca olvido y es que «es de bien nacido ser agradecido». Yo le debo todo a ellos y por eso creo que somos una piña muy compacta. Ahora, mi padre está con problemas de salud tras sufrir hace tres años un derrame cerebral y todos estamos luchando a su lado.
C. ¿Qué le quita el sueño? E.M. Que le pase algo a mi hijo.
C. ¿Su primer pensamiento? E.M. Mi hijo.
C. Ahora, que se acerca el espíritu navideño, confiese un deseo para la próxima temporada. E.M. Volver al teatro. Solo me he subido una vez al escenario, pero estoy muy pendiente de ver si cuaja un proyecto. La verdad es que solo falta saber dónde empezaríamos a ponerlo en marcha porque el resto lo tenemos todo.
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