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No está atrevesando unos meses tranquilos en cuanto a saludKiko Matamoros. Primero, fue un susto tras una 'La última cena' de 'Sálvame' lo que le llevó a urgencias. Un par de semanas más tarde era intervenido para que se le extirpara la vesícula. Una operación que, horas más tarde de recibir el alta hospitalaria, le traía problemas en el postoperatorio y era ingresado de nuevo.
Este fin de semana, el colaborador de Telecinco acudía una vez más a urgencias. De madrugada. Un susto que no implicaba más que unas horas en el centro médico y que se debía a una obstrucción en el catéter, tal y como él mismo explicaba, horas más tarde, en 'Socialite' para tranquilidad de sus 'followers'.
"Estoy bien recuperándome. Intentando de que vayan las cosas para adelante", comenzaba Kiko, que en este trasiego de hospitales ha perdido nada menos que 14 kilos. "Estoy jodido y físicamente no estoy bien. Ánimicamente tengo ganas de recuperarme y encontrarme bien, hacer deporte cuando pueda... en fin, es cuestión de tiempo", continuaba, con un tono de voz del que se desprendía cierta angustia.
"Tengo las molestias del catéter, siento también mucha debilidad por los antibioticos, son siete medicamentos diarios... Además, como poco, primero por la vesícula, y bueno, lo importante es que ya estoy fuera del hospital, y eso me hace estar contento. Tengo ganas de encontrarme bien y lo de volver al trabajo... ya veremos", remataba Matamoros, al que se le junta la nula relación con su hija Anita.