NO TE PIERDAS

Los hermanos Urdangarin marcan una línea roja a su padre, Iñaki: el miedo de Juan, Pablo, Miguel e Irene

El dinero de Van Gogh

La guerra económica entre Amaia Montero y Leire Martínez: empresas, inmuebles y Wallapop

La batalla entre las dos mujeres que fueron vocalistas en La Oreja de Van Gogh trasciende más allá de lo musical.

Más de un año después de que Leire Martínez saliera de la formación donostiarra La Oreja de Van Gogh, se anuncia estos días lo que era un secreto a voces: la vuelta de Amaia Montero al grupo que la convirtió en una estrella de la canción, primero como vocalista de la banda y después con una sólida carrera en solitario. Once años estuvo ella con el grupo y 17 su sucesora.

Casi dos décadas después de su marcha, Amaia regresa a la formación no exenta de polémica, no solo porque el tema se ha convertido en un debate nacional y el país se divide entre los partidarios de una o de otra, sino porque el regreso de la primera cantante a la banda ha supuesto la salida (al menos de momento) de Pablo Benegas, uno de los integrantes: «No dejo el grupo, pero no les voy a acompañar en esta etapa», ha explicado refiriéndose a un proyecto que nadie sabe si será puntual o marcará un antes y un después. De momento la promesa de una canción que están grabando y la duda de una gira.

Y mientras España decide si es más de Amaia, más de Leire o más de la pintura de Van Gogh (es el que menos simpatizantes tiene en esta contienda), ellas intentan permanecer al margen, aunque no pueden evitar hacer alguna concesión a la galería cuando se les pregunta: «No es mi noticia, no tiene nada que ver conmigo. Entiendo que serán otras personas quienes tengan que hablar de lo que sea. Es que no es mi historia», contestaba Leire a las preguntas del programa de El tiempo justo de Telecinco.

Esa afirmación quiere poner punto y final a una historia que comenzó con su salida y una frase que la propia Amaia dijo en ese momento para intentar zanjar polémicas: «Me han metido en un lío, ¿He dicho yo o algún componente del grupo ha dicho que yo vaya a volver a La Oreja?», explicaba la primera vocalista de la banda en una entrevista en TardeAR. Un año después, y aunque no lo dijo nadie, la reunión se ha producido. Así que la polémica continuará, más allá de la música, de sus carreras y sus finanzas, que demuestran que en realidad ninguna de las dos depende de La Oreja de Van Gogh para vivir bien. Bueno, igual la primera un poco más.

Las cuentas de Amaia Montero

Los cinco componentes originales de La Oreja de Van Gogh, y esto incluye a su primera vocalista, formaron en su día una sociedad limitada para gestionar los beneficios que generaba la banda. Se trata de una empresa que tiene por objeto la «creación, edición, publicación y venta de obras, partituras, composiciones musicales, libros, revistas; la representación, asesoría, organización y dirección de cantantes, grupos musicales y toda clase de artistas; la creación y representación de obras dramáticas y dramático-musicales, las coreografías; y por cuenta de terceros, crear, proyectar, ejecutar y distribuir campañas publicitarias o de propaganda a través de medios de difusión, prestando sus servicios simultáneamente a varios anunciantes».

Según recoge el registro de propiedades, en 2022 el valor de los activos financieros corrientes de la empresa eran de 1′4 millones de euros, cifra que deja un total de 2.911.341 euros en el ejercicio fiscal correspondiente al citado calendario. De esa cantidad, el 20% corresponde a la cantante, que además tiene otra empresa (Poquito a poco SL) para facturar sus conciertos en solitario y que en 2023 logró facturar 2,3 millones de euros.

Amaia Montero junto a Eugenia Martínez de Irujo. @Amaiamontero

Además de sus ingresos empresariales, Amaia cuenta con algunos inmuebles: en 1999 compró un piso en San Sebastián de casi 100 m2 cuyo valor asciende a los 400.000 euros. Ese mismo año adquirió también un terreno de 2.666 m2 que incluía pista de tenis, frontón y piscina. A esto hay que sumarle una vivienda en el exclusivo barrio de Salamanca de Madrid por la que hace más de 15 años pagó un millón de euros y que hoy podría valer al menos tres veces más.

A todo esto habrá que sumar que muy mal se tiene que dar la cosa para que la nueva canción y el nuevo álbum de la banda (con todo el lío que lleva armándose desde hace más de un año) no se traduzca en jugosos dividendos.

Las finanzas de Leire Martínez

A sus 46 años, tres menos que su rival, Leire puede estar tranquila, al menos en lo económico, porque ha hecho muy bien sus deberes. Tras su salida de la banda, y mientras trabaja en la publicación de su próximo álbum que saldrá al mercado a principios de 2026, la donostiarra se encuentra actualmente trabajando como jurado de la nueva edición de OT: «Es una semana en la que hay que darle mucho cariñito a Leire... por cosas», explicaba Noemí Galera, directora de la Academia, a sus musicales alumnos.

Además del sueldo que percibe la cantante por este trabajo (y ha percibido por otros trabajos como su labor de colaboradora en el programa de EITB Esta es una Noche de Rock & Roll o las campanadas también en la Televisión Vasca), la revista Lecturas publicaba tras su salida de la banda que la artista llegó a tener dos empresas: solo de la segunda, Música Ficta SL, se tenía registro de cuentas que se remontaban al año 2017 y que presentaba un total activo de 34.824 euros.

Leire Martínez es jurado en Operación Triunfo. GTRES

Pero la pista más grande de cómo lleva Leire sus finanzas la dio ella misma en su visita a La Revuelta. Cuando David Broncano le trasladó una de las preguntas que se ha convertido en un clásico del espacio («¿Cuánto dinero tienes en el banco?»), la cantante confesaba que, a pesar de lo que podamos pensar, no posee ninguna fortuna.

«La gente se cree que se cree que estoy forrada. He vivido bien, pero no tengo la vida solucionada. Tengo un piso a medias en Donosti y otro a medias con mi chico en el pueblo donde vivimos. Eso es lo que tengo en mi haber. Tengo un hijo de 9 años que es un agujero negro. Tengo menos de lo que la gente cree. Contando todo y quitando lo que debo, sobre los 300.000», explicaba.  

No sabemos si en ese cómputo estaban también los beneficios que la cantante obtuvo de la venta de objetos que formaron parte de su etapa en La Oreja de Van Gogh en Wallapop. En realidad la cosa tiene truco: tras la salida de la banda, la cantante protagonizó una campaña para la plataforma de venta de objetos de segunda mano en la que publicaba cuatro objetos que tenían que ver con su trayectoria.

Cargados de simbolismo y retranca, los objetos eran el micrófono que usaba en sus primeros conciertos junto a la banda,  la corbata con motivos de La noche estrellada, cuadro de Vincent van Gogh, que usó en su entrevista en La Revuelta,  los guantes rojos que llevó en el rodaje de Mi nombre (su primer tema en solitario tras la salida del grupo) y un gran jarrón que ya está vacío porque «Sin rosas, ¿para qué quiero yo este jarrón?» (haciendo un guiño directo al mítico tema Rosas de la formación guipuzcoana).