«Tormento y drama a raudales»
«Tormento y drama a raudales»
Cuando Luke Evans comenzó a tener éxito en Hollywood, sus publicistas le aconsejaron que no hablara sobre su vida privada a fin de esconder su homosexualidad. Poco tiempo después, él decidía hacer caso omiso y hablar de ella abiertamente en entrevistas. Un momento que coincidió con su noviazgo con Jon Kortajarena, del que el protagonista de El Hobbit ha hablado largo y tendido en su autobiografía, que se acaba de publicar en España con el título de El chico de los valles de Gales y que el intérprete presenta hoy en el plató de El Hormiguero.
En el libro, el actor, que ahora está afincado en España, nos guía por sus humildes comienzos en un pintoresco pueblo minero galés hasta su debut en los musicales del West End londinense y su aterrizaje en Hollywood. Pero también dedica capítulos a cómo fue criarse en una familia de testigos de Jehová o a sus relaciones sentimentales.
Entre ella destaca la primera que tuvo con una persona famosa. Un Jon Kortajarena que para entonces ya era un cotizado modelo, que incluso había debutado en el cine antes que el propio Evans gracias a la cinta de Tom Ford de 2009, Un hombre soltero. La gala solidaria amfAR en Cap d'Antibes, uno de los eventos más exclusivos del Festival de Cine de Cannes, supuso su debut como pareja en público en 2014, pero lejos de los paparazzi, su relación fue tan adictiva como tormentosa.
«Jon era una persona única», así comienza describiendo el galés al vasco, del que escribe que «destacaba tanto por su belleza y personalidad», ya que era alguien «seguro de sí mismo, divertido y muy tierno». Ambos trataron de ser discretos con su relación, pero el acoso de la prensa les pasó factura. «Se acababa de empezar a hablar sobre mi homosexualidad, y de repente estoy saliendo con el modelo más famoso del mundo», nos cuenta Luke Evans antes de recordar cómo en Nueva York, Madrid o Bilbao «saltaba un fotógrafo desde detrás de un árbol y me metía una cámara por la cara».
Pese a que por entonces ya vivían juntos en la Gran Manzana, la tensión que les provocó el continuo escrutinio sobre su relación provocaba «discusiones de lo más dramáticas», que no solían terminar bien. «En varias ocasiones salí hecho una furia de su apartamento en Nueva York en pleno invierno y recorrí las calles con mi maleta, ¡para luego volver con frío y agachando las orejas!», podemos leer en las páginas de El chico de los valles de Gales.
Comparando su relación sentimental con el flamenco, Luke Evans hace una analogía entre el noviazgo que vivió hace ya más de una década y este arte andaluz, calificándolo como «lleno de amor y pasión, pero también de furia y tormento y drama a raudales».
Al protagonista de La bella y la bestia no le incomoda admitir que se ponía muy celoso cuando alguien flirteaba con Jon, pero ni los celos ni los paparazzi fueron en su opinión los culpables de su ruptura, que se produjo en 2015. «Era adictivo. Jon era adictivo, el drama lo era también, pero al final nos superó. Ni siquiera hubiera funcionado sin el interés de la prensa», confiesa el actor en sus memorias.
La separación entre ambos no fue fácil, admite Evans. «El final fue muy triste —duele demasiado para explayarme— pero al volver la vista atrás, creo que, por supuesto, podría haber gestionado la ruptura muchísimo mejor», escribe antes de reconocer que hizo daño al que fuera su pareja. Su reconciliación definitiva llegaría cinco años después: «Lo que me parece maravilloso es que ahora somos buenos amigos y podemos reírnos del pasado».
Desde entonces al siempre discreto Jon Kortajarena no se le ha conocido una nueva pareja oficial. En cambio, a Luke Evans sí le hemos visto en actitud muy cómplice en los últimos años con el actor Víctor Turpin o el empresario argentino Rafa Olarra. Desde 2022 mantiene una sólida relación sentimental con otro español, el alicantino Fran Tomás, con el que comparte su vida en Madrid junto a Lala, su adorable perrito salchicha.