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En Instagram, a través de la cuenta oficial de la Casa Real de Luxemburgo y con tres instantáneas en las que puede verse a la joven pareja sonriente, compartiendo felicidad con Enrique de Luxemburgo y su esposa María Teresa. Así han anunciado que Luis de Luxemburgo acaba de comprometerse con la joven abogada francesa Scarlett-Lauren Sirgue. Las malas lenguas pronuncian sin parar el nombre de Tessy.
“Estamos muy contentos de anunciar el compromiso de nuestro hijo, el príncipe Luis, con la señorita Scarlett-Lauren Sirgue –explicaba el comunicado oficial-. Los príncipes Gabriel y Noah se unen a nosotros para rodear a la nueva pareja con todo nuestro cariño. Les deseamos una inmensa felicidad”.
Miles de “me gusta”, un sinfín de comentarios dando la enhorabuena a la pareja y un anuncio que llega, curiosamente, poco después de que la que un día fuera Tessy de Luxemburgo (ahora Tessy Antony) hiciera público su compromiso con el empresario suizo Frank Floessel, con el que espera un hijo.
Durante mucho tiempo –y a pesar de tener a la familia real no del todo convencida- Tessy y Luis de Luxemburgo fueron la pareja más querida del Gran Ducado. Su amor adolescente, la pérdida y renuncia a títulos dinásticos en favor de lo que sentían, les valió el favor del pueblo. Y, aunque finalmente las familias cedieron, la historia de aquellos jóvenes que se conocieron en el año 2004 en Yugoslavia no aguantó más de 13 años.
Ahora ambos han rehecho su vida. Ella en Londres, junto a Floessel, donde ha fundado una empresa dedicada a proporcionar a las mujeres acceso a la educación superior (Profesores sin Fronteras). Él en París, donde trabaja como coach para directivos en Laurent Meeschaert. Justo en la ciudad donde conoció a Scarlett, la joven que nació hace casi 30 años en Burdeos, fruto del amor entre una pareja de abogados de prestigio y cuyos pasos decidió seguir.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.