Una vida familiar y discreta
Una vida familiar y discreta
La princesa Alexia, la primera hija del rey Constantino de Grecia y de Ana María de Dinamarca, cumple 60 años alejada de los focos gracias a una tranquila vida junto a su marido, el canario Carlos Morales, y sus cuatro hijos. Lejos del glamour mediático de su cuñada Marie-Chantal Miller, tan solo se asoma a los titulares en eventos como la reciente boda de su hermano Nicolás o cuando a finales del año pasado, junto con otros miembros de la antigua familia real, adquirió la ciudadanía helena, con el apellido de Grèce.
La prima favorita de la infanta Cristina lleva desde 1999 casada con el arquitecto y regatista Carlos Morales, pero su vida actual en Yaiza, una localidad de la isla de Lanzarote, en la que se refugiaron de la constante atención de la prensa barcelonesa, dista mucho de la vivida en su juventud.
Alexia nació el 10 de julio de 1965 en Mon Repos, una villa de la isla griega de Corfú utilizada entonces como residencia de verano por la familia real griega. En el momento de su nacimiento, su padre era rey de Grecia, su abuelo, rey de Dinamarca y su bisabuelo, rey de Suecia. La princesa creció en el exilio y se crio entre Roma y Londres. Posteriormente, la familia se trasladó brevemente a Dinamarca y se alojó en el palacio de Amalienborg, antes de mudarse definitivamente a la capital británica.
Allí la royal se licenció en Historia y Educación en 1988 y un año después comenzó a enseñar en una escuela de primaria en las afueras de Londres. En 1992 tomó la decisión de trasladarse a Barcelona, donde comenzó a trabajar como profesora de niños con trastornos del desarrollo. Sería en la ciudad condal donde se convertiría la mejor confidente de su prima Cristina y también donde conocería al gran amor de su vida.
Tanto la infanta Cristina como la princesa Alexia habían heredado la gran pasión familiar por las regatas y fue practicando este deporte en el Mediterráneo cuando la royal griega conoció a un joven estudiante de arquitectura nacido en una familia de clase media llamado Carlos Morales. Corría el año 1994. Tras surgir la chispa entre ambos y formalizarse la relación, el canario debió acudir al palacio de Marivent a conocer a los padres de su novia, Constantino y Ana María.
Alexia recordaba con humor en el canal de televisión canario Lancelot el día en que sus suegros conocieron a los depuestos reyes de Grecia. «Mis padres quisieron venir a Lanzarote a conocerlos antes de que nos casáramos. Estuvo muy divertido, lo único complicado fue la lengua, mi madre se defiende bien en español, y además es muy lanzada, pero mi padre lo tiene más difícil, así que fue un poco cansino porque Carlos y yo teníamos que estar todo el rato traduciendo».
Tras su compromiso, se fijó la fecha de la boda para julio de 1999. Pero un percance náutico estuvo a punto de dar al traste con sus planes. Dos meses antes del enlace, Alexia y Carlos sufrieron un accidente de navegación en un yate. Ellos fueron las dos únicas personas heridas de las trece que iban a bordo. Ella sufrió una fractura de clavícula y Carlos una fractura de rótula. Se habló entonces de retrasar el 'sí, quiero', pero finalmente ambos pudieron recuperarse a tiempo.
El 9 de julio de 1999 y ante tres reyes y siete reinas, Alexia de Grecia y Carlos Morales contraían matrimonio en la Catedral Ortodoxa de Santa Sofía, en Londres. Después hubo una recepción en Kenwood House, a las afueras de Hampstead. Dos días antes, una gala previa a la boda reunía a los invitados en Bridgewater House, también en Londres. La novia cumplió 34 años al día siguiente de la boda.
Entre los invitados no faltaron la anciana reina Ingrid, madre de Ana María de Grecia y abuela de la contrayente –que fallecería al año siguiente–, ni los ahora reyes eméritos Juan Carlos y Sofía, el entonces príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina con sus esposos. Especialmente recordadas son las imágenes de un Felipe Juan Froilán de bebé, haciendo las delicias de los fotógrafos.
Padres de cuatro hijos –la infanta Cristina es madrina de su primogénita, Arrietta, nacida en 2002 en Barcelona– la familia decidía en 2003 abandonar la ciudad condal, hartos de la presión de la prensa. Se mudaron a la isla natal de Carlos Morales, Lanzarote, donde este abrió su propio estudio de arquitectura.