DOS GRANDES EGOS
DOS GRANDES EGOS
Fue en la Feria de Abril de Sevilla de 1966 cuando las vidas de Grace de Mónaco y Jackie Kennedy se cruzaron. La duquesa de Alba era la anfitriona de Jacqueline Kennedy, tras haberlo intentado sin éxito cuando era Primera Dama, y Jackie coincidió allí con los príncipes de Mónaco, invitados por el Ayuntamiento. La ex Primera Dama estuvo una semana en el Palacio de Las Dueñas y durmió en la habitación que solía ocupar la emperatriz Eugenia de Montijo.
Paseó por el Real en calesa y a caballo, de corto, junto a la duquesa Cayetana y asistió a los toros en La Maestranza con mantilla blanca y peina. Hacía tres años que había sido asesinado el presidente Kennedy y esa foto de Jackie recorriendo el Real a caballo fue portada de la revista Life. Hasta el The New York Times siguió la visita.
La princesa Grace de Mónaco, por su parte, se vistió de flamenca, con un traje corto en rosa pálido. Los príncipes se alojaron en el Hotel Alfonso XIII. La princesa era una gran amiga de Cayetana, habían coincidido en numerosas ocasiones con la reina Victoria Eugenia, con la que Grace tenía una gran amistad, en Suiza y en el sur de Francia. La Feria de Abril apareció en toda la prensa internacional, pero fue una difícil semana para Cayetana
Tanto Grace como Jackie siguieron su visita por separado. Coincidieron en la caseta del Ayuntamiento y en los toros –cada una en un palco, Jacqueline acompañada por la duquesa de Alba y Antonio Garrigues, exembajador en Washington–. No se dirigieron la palabra.
Pero, el encuentro más incómodo tuvo lugar en el baile de debutantes que organizaba todos los años la duquesa de Medinaceli, a beneficio de la Cruz Roja, en Casa Pilatos. La duquesa de Alba tenía la misión de que Grace y Jackie acudieran al que era uno de los acontecimientos sociales más importantes de la alta sociedad. Estaban invitados aristócratas, políticos y socialités, desde Esperanza de Borbón, tía del rey Juan Carlos, al embajador de EE.UU., Biddle Duke.
La princesa y la ex primera dama se sentaron en la mesa presidencial, junto a los duques de Medinaceli. Fue en este acontecimiento donde quedó patente que no se soportaban. A pesar de los esfuerzos de Cayetana, que le pidió al duque de Medinaceli que se sentara entre ellas, no hubo manera de rebajar la tensión. La velada pasó sin que se dirigieran la palabra.
Al día siguiente, Cayetana organizó un almuerzo en Dueñas, pero fue imposible romper aquel hielo. Al final de su visita, Jackie convocó una pequeña rueda de prensa. Fue su acompañante, Antonio Garrigues, quien aseguró, sin embargo: «No hay ninguna rivalidad entre ellas», a pesar de lo que se había vivido en esos días.
Grace había tenido relación con los Kennedy, desde mediados de los años cincuenta. En la época en que el presidente estaba ingresado por sus problemas de espalda. Jackie y su hermana Lee coincidieron con Grace en una cena y le propusieron que fuera con ellas al hospital vestida de enfermera y le gastara una broma a Jack para levantarle el ánimo. Grace se sintió algo intimidada, pero se tranquilizó al ver que JFK la reconocía inmediatamente. En 1956, la futura princesa y los Kennedy asistieron al Baile Imperial, una gala benéfica anual que se celebraba en Nueva York.
Parece que fue al día siguiente del compromiso de Rainiero y Grace, por lo que la pareja se convirtió en el centro de atención. En 1961, Grace visitó la Casa Blanca junto a Rainiero y los dos matrimonios disfrutaron de un almuerzo privado. Años después, la princesa recordaría una anécdota sobre el presidente, que se interesó por su vestido, preguntándole si se trataba de un Givenchy, para asombro de Grace.
Se ha hablado de un supuesto romance entre Grace y JFK en los años cincuenta y de los celos de Jackie. Grace desmintió, años después, todos estos rumores. Pero el origen de la enemistad entre ambas podría estar en el mismo día del asesinato del presidente, el 22 de noviembre de 1963. Rainiero y Grace Kelly se encontraban en Estados Unidos para celebrar una fiesta. A pesar de la tragedia, los Príncipes de Mónaco decidieron continuar con sus planes para sorpresa de Jackie.
La ex primera dama nunca perdonó a Grace, hasta el punto de que, cuando llamó personalmente a la Casa Blanca para dar el pésame a Jackie, ésta dejo dicho que, en ningún momento, le pasaran sus llamadas. Sin embargo, parece que Grace, que quedó muy afectada por el asesinato de JFK, visitó su tumba, en el cementerio de Arlington, tres días después del funeral de Estado.
Grace no tuvo nunca malas palabras para Jackie. En una entrevista, realizada en 1965, aseguro que los Kennedy formaban «un matrimonio joven, atractivo y encantador» y aseguró que su recuerdo estaría siempre ligado a un futuro de esperanza para las nuevas generaciones. Los caminos de Jacqueline Kennedy y la princesa Grace se cruzarían de nuevo.
Tras casarse con Aristóteles Onassis, Jackie tenía una especial conexión con el Principado por los lazos comerciales de su esposo. Pero la relación de Rainiero de Mónaco y de Onassis sufrió todo tipo de vaivenes y desencuentros, lo que no hizo fácil una relación fluida entre ambas mujeres.
A pesar de esta supuesta rivalidad, Jackie, convertida en editora de libros tras la muerte de Onassis, escogió entre sus primeros proyectos el volumen «Mi libro de flores», escrito por la princesa Grace. Jackie se ocupó de la edición estadounidense. Se basaba en una exposición de «collages» elaborados a partir de flores prensadas realizados por Grace, que había tenido lugar en París. En el libro, se hablaba de la fascinación de Grace por la botánica y se incluía fotografías de los jardines reales de Mónaco.