NUEVA CASA
NUEVA CASA
Llegan cambios sustanciales a Luxemburgo. No solo por la abdicación del Gran Duque Enrique de Luxemburgo y la salida del trono junto a su mujer, la Gran Duquesa María Teresa. También porque el nuevo Gran Duque Guillermo de Luxemburgo y su mujer, la Gran Duquesa Stéphanie de Luxemburgo, tendrán una manera muy diferente de llevar las riendas de la institución.
De momento ya tenemos el primer elemento sustancial, que es dónde residirán los nuevos Grandes Duques de Luxemburgo, que no han querido seguir con la tradición. Más bien han pensado en su comodidad y en cómo seguir desarrollando una feliz vida de pareja, alejados de cierto boato.
Así que el Gran Duque Guillermo y la Gran Duquesa Stéphanie de Luxemburgo seguirán viviendo en plena naturaleza, en un entorno privilegiado y sin estrés alguno en el castillo de Fischbach, que les parece el entorno idóneo para que crezcan sus hijos, los príncipes Carlos y Francisco. Pero se trata de algo temporal, porque sus vistas están puestas ya en otra parte.
Debemos señalar que desde que se restauró en 1964, la tradición que se seguía es que los Grandes Duques de Luxemburgo vivieran en el castillo de Colmar-Berg, que dispone, además, de unas impresionantes vistas al valle de Alzette. Se trata de un edificio cedido por el Estado y construido en el siglo XX con todo tipo de comodidades.
Al mismo tiempo, el Palacio Real, que se encuentra en el corazón de la ciudad de Luxemburgo, es el lugar habitual de trabajo de la familia real, que en los últimos meses ha ocupado páginas y páginas de la crónica social y la prensa del corazón por la abdicación del Gran Duque de Luxemburgo y por las entrevistas que ha dado su mujer para poner así colofón a su periplo en la institución.
Los Grandes Duques Guillermo y Stéphanie emitieron un comunicado el pasado 17 de julio en el que tienen la pretensión más adelante de construir un anexo al castillo donde viven sus padres en la finca de 25 hectáreas que les permitirá a sus hijos crecer en un entorno familiar y privado.
«Como padres y como futuro jefe de Estado, la Princesa y yo enfrentamos el desafío de conciliar nuestro compromiso con la nación y nuestra vida familiar junto a nuestros hijos. Los momentos que pasamos con ellos deben ser preciosos y el entorno en el que crezcan es crucial para su desarrollo y debe servir también para ayudarles a afrontar con responsabilidad sus tareas futuras. Por estos motivos queremos orientar nuestro estilo de vida en una dirección que consideramos más contemporánea y familiar. Deseamos que nuestros hijos crezcan en un ambiente familiar íntimo. Por eso, con el acuerdo del gran duque y del gobierno, planeamos construir un anexo en los terrenos del castillo de Colmar-Berg», manifestaba Guillermo en su comunicado.
No es algo nuevo lo que está haciendo el Gran Duque Guillermo de Luxemburgo. El rey Carlos III anunció a la muerte de su madre, la reina Isabel II, que no tenía intención alguna de abandonar Clarence House para instalarse en el emblemático palacio de Buckingham, residencia oficial de los soberanos británicos.
Sin ir más lejos en España, los reyes Felipe y Letizia no han abandonado el denominado Pabellón del Príncipe en Zarzuela, donde han criado a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, mientras que la reina Sofía sigue viviendo en el palacio, acompañada de su hermana, Irene de Grecia, que se encuentra actualmente en un momento de salud muy delicado. El rey Juan Carlos I sigue en Abu Dabi.