cuenta atrás para abandonar el trono
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Cuando tan solo faltan cuatro meses para que se haga oficial su abdicación, el gran duque de Enrique de Luxemburgo ha reunido a toda su familia para festejar junto a sus compatriotas su jubileo de plata. No faltaron a la cita sus cinco hijos –Guillermo, Félix, Luis, Sebastián y Alejandra– aunque todas las miradas recayeron en su esposa, la gran duquesa María Teresa, que con sus lujosos estilismos a lo largo de los tres días de celebración, se las arregló para robarle el protagonismo. Pero tras las sonrisas de la royal de origen cubano se asoman también las incertidumbres sobre su futuro.
El reparto de porciones de una gran tarta que Lydie Polfer, alcaldesa de la ciudad de Luxemburgo, ofreció al gran duque Enrique, marcó el inicio de unas celebraciones que también contaron con un concierto de jazz a cargo de la prestigiosa cantante Dee Dee Bridgewater o de un espectáculo de luz y sonido sobre la fachada del palacio real. Los festejos tenían su punto culminante este 23 de junio, donde ha tomado parte en su última celebración del Día Nacional de Luxemburgo como jefe de Estado.
Será el 3 de octubre cuando el gran duque Enrique entregue de forma oficial la corona a su hijo primogénito, el príncipe Guillermo, y a su esposa, la princesa Estefanía. «Cuando hoy miro hacia atrás, después de casi 25 años, lo hago con profunda gratitud y humildad. Ha sido un período durante el cual Luxemburgo ha progresado mucho y me complace haber podido ser parte de ese viaje con usted, junto con la gran duquesa», aseguró en su último discurso de Navidad, hablando de su inminente abdicación.
Aunque la fecha oficial de abdicación parece aún lejana, la transición ya es visible. Desde octubre de 2024, el príncipe Guillermo actúa como Lugarteniente Representante, una especie de regente en espera. Hasta entonces, sus padres ocupan un trono al que pronto dirán adiós. Ese momento plantea interrogantes, sobre todo para María Teresa.
Protagonista de numerosas polémicas a lo largo de los años, especialmente amarga la que tuvo con su suegra, que la llamaba despectivamente «la pequeña criolla», y convertida en persona non grata para muchos de los empleados de palacio, a buen seguro a la gran duquesa le costará alejarse de las esferas de poder. Sobre todo después de las ominosas palabras que pronunció sobre ella el antiguo primer ministro del país, Xavier Bettel, al asegurar que no hay ningún papel previsto para ella cuando se jubile.
Tras la publicación del escandaloso informe Waringo, en el que se concluyó que la gran duquesa había instalado «una cultura del miedo» entre el personal de la corte, Dettel aseguró que «no hay lugar para la Gran Duquesa» y que era necesaria una separación más clara entre los proyectos personales supervisados por la filántropa María Teresa y las funciones oficiales del Gran Ducado.
Poniendo al mal tiempo su mejor cara, la gran duquesa María Teresa explicaba reciente y abiertamente en una entrevista con la revista Hello! las razones tras la abdicación de su esposo. «Es una tradición familiar que se remonta a la abuela de Enrique, la gran duquesa Charlotte. Luego su padre Jean hizo lo mismo. Lo que es especial y no existe en otras monarquías es el periodo de transición que tenemos, que suaviza las cosas».
Mientras espera con expectación el final de su largo periodo en el trono, se muestra optimista sobre esta nueva etapa de su vida. «Estamos contentos de enfrentarnos a esta nueva página con buena salud y de poder disfrutar de nuestra vida de pareja y de la vida familiar», confesaba en esta ocasión a la edición luxemburguesa de Elle. «Podré expresarme con más libertad sin ser controlada o constreñida», añadía también como aviso a navegantes.
Dentro de los planes de jubilación de Enrique y María Teresa estará un curioso intercambio de palacios, mudándose ellos al castillo de Fischbach, donde actualmente residen los príncipes herederos, que serán los que ocupen entonces el palacio real de Colmar Berg. A la espera de conocer sus primeros pasos como emérita, es probable que María Teresa dedique aún más tiempo a las fundaciones benéficas. Su matrimonio con Enrique no solo avivó su interés por las labores humanitarias, sino que le proporcionó una nueva plataforma para impulsar el trabajo que ya venía realizando con jóvenes con problemas de aprendizaje, como su hijo Luis, al que diagnosticaron dislexia a los diez años.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.