La triste historia de Fernando Falcó, marqués de Cubas, y Carlos Falcó, marqués de Griñón: dos hermanos marcados por accidentes, enfermedades y divorcios polémicos

Los dos hermanos Falcó, Carlos y Fernando, Marques de Griñón y Marques de Cubas, respectivamente fallecían con apenas ocho meses de diferencia.

Fernando Falcó el marqués de Cubas y su hermano Carlos Falcó el marqués de Griñón. / Getty images

Elena Castelló
ELENA CASTELLÓ

La tragedia presidió en 2020 la muerte de los dos hermanos Falcó, Carlos y Fernando, Marqués de Griñón y Marqués de Cubas, respectivamente. Con apenas ocho meses de diferencia fallecían los dos, Carlos a causa del coronavirus y Fernando, de una larga enfermedad, que le había mantenido delicado de salud durante varios meses. Carlos tenía 83 años y Fernando 81.

Tanto Carlos como Fernando, habían vivido vidas largas, llenas de alegrías y también de desdichas. Ambos pertenecían a una nobleza que supo salir adelante gracias a exitosos proyectos empresariales, tras educarse en el extranjero. Los dos compartían su amor por el campo y el deporte. Y, elegantes y con buena planta, tuvieron una notoria vida amorosa en la que hubo escándalos, pero también relaciones de éxito, aunque unas y otras les dieran más notoriedad de lo que hubieran deseado. Carlos se casó cuatro veces, con Jeannine Girod, Isabel Preysler, Fátima de la Cierva y Esther Doña y tuvo cinco hijos.

Fernando se casó con Marta Chávarri, con la que protagonizó un escandaloso divorcio por su aventura extramatrimonial con Alberto Cortina, y Esther Koplowitz.

Los hermanos Carlos y Fernando Flacó eran hombres de buena planta y gran elegancia.

Con la muerte de ambos, desaparecen todos los hermanos Falcó de su generación. Carlos y Fernando provenían de una las familias aristocráticas más influyentes, que acumula 41 títulos y 13 grandezas de España. Su madre era Hilda Fernández de Córdoba, condesa de Santa Isabel y marquesa de Mirabel, dama de honor de la reina Victoria Eugenia, y su padre, Manuel Falcó y Escandón, duque de Montellano y marqués de Pons, gentilhombre de Alfonso XIII e íntimo amigo de Don Juan, padre del rey emérito. Tuvieron cuatro hijos: Felipe, Rocío, Carlos y Fernando. Carlos nació en el Palacio de Dueñas, de Sevilla, perteneciente a los Alba, donde se había instalado la familia durante la Guerra Civil.

Pasaban sus vacaciones de verano en Estoril, en una casa próxima a Villa Giralda, donde vivía la familia real exiliada. Eran compañeros de juegos de los Infantes, entre ellos Juan Carlos de Borbón. La familia prestó al entonces príncipe su palacete de la Castellana, de Madrid, para que se instalara en él cuando regresó a España a estudiar. Tanto Carlos como Fernando fueron sus compañeros de estudios, junto a otros niños de la nobleza.

Hilda, su madre, fue una mujer muy avanzada para su tiempo.

Hilda Fernández de Córdoba fue una mujer avanzada a su tiempo. Se convirtió en una de las mejores cazadoras de su época y mostró siempre un temple especial frente a las adversidades que le tocó vivir, según ha recordado en varias ocasiones su nieta Xandra Falcó, que heredó de ella el marquesado de Mirabel, y que cuenta que la ha tomado como ejemplo en muchos momentos de su vida, especialmente en los últimas años, en los que perdió a su marido y a su padre con solo ocho meses de diferencia. Hilda era una mujer de gran personalidad, que no se arredraba ante ninguna actividad, ni en la caza ni en la vida, y que causaba una honda impresión en quien la conocía por primera vez. De joven, se paseaba por la Castellana con un jabalí como mascota.

La primera tragedia familiar llegó con la muerte, en 1962, del primogénito, Felipe, con solo 33 años, en un accidente de automóvil en La Jineta, Albacete, mientras corría la vuelta a España de rallies. Tanto Carlos como Fernando presenciaron el accidente, que cambió sus vidas. Carlos iba de copiloto. Fernando, iba detrás conduciendo otro coche y, desde aquel día, no volvió a competir, aunque fue un gran amante del automovilismo y presidió durante 27 años el Real Automóvil Club de España (RACE). Aquel episodio destrozó a la familia. Felipe dejaba una viuda muy joven, Rocío Medina Liniers, con la que se había casado siete años antes en el palacio familiar de los Falcó, y dos niñas pequeñas, Carla, hoy duquesa de Montellano, y Hilda, Condesa de Villanueva de las Achas.

Otra de las hijas de Hilda que murió pronto fue Rocío, por un tipo de esclerosis. / d.r.

La forma en que el destino señaló la muerte de Rocío Falcó fue también traumática. Murió, en 1990, con 57 años, a causa de las consecuencias de un tipo de esclerosis, que le hizo tropezar y caer por unas escaleras mecánicas en unos grandes almacenes, en Madrid. Experta cazadora, como su madre, demostró una gran pasión por el campo y una fuerte inquietud altruista. Fue la fundadora del famoso rastrillo de Nuevo Futuro en los años sesenta. Rocío se casó tarde, en octubre de 1976, con cuarenta y cuatro años, en el palacio de Mirabel, en Cáceres, perteneciente a la familia, con Alfonso Díaz de Bustamante y Quijano, que llegó a ser alcalde de Cáceres. No tuvieron hijos.

Hilda Fernández de Córdoba enfrentó estas desgracias con gran entereza, según ha contado Xandra, murió en 1998. Su esposo, había fallecido en 1975.

21 de marzo-19 de abril

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