El rey Juan Carlos a Nueva York con la infanta Elena y la reina Sofía de compras en su tienda favorita: el otoño de la familia del Rey

Son dos trayectorias paralelas que apenas se tocan, aunque ambas familias compartan el apellido Borbón. Mientras los reyes Felipe y Letizia ultiman los detalles de uno de los otoños más calientes que se recuerdan, con viajes de Estado a Egipto y China, la reina Sofía y el rey Juan Carlos no reposan. Contra todo pronóstico, ambos siguen adelante con las actividades que más disfrutan desde hace décadas. Solos o en compañía de otros.

Empecemos con el rey Juan Carlos, al que pocos veían ya con ganas de aventuras transoceánicas debido a sus evidentes problemas de movilidad. Sin embargo, tener a disposición un avión privado y la inestimable ayuda de su familia y su asistente, el teniente coronel Vicente García-Mochales, le permite seguir en activo en su deporte favorito: la navegación. Del 17 al 26 de septiembre, el monarca emérito estará en Nueva York, donde disputará el Campeonato del Mundo de 6 metros con la tripulación del Bribón 500. Así lo informa la periodista de Vanitatis Silvia Taulés.

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El viaje estaba ya anunciado desde la última visita a Sanxenxo del emérito y, afortunadamente, se ha confirmado. Eso significa que el rey Juan Carlos continúa con ilusión y energía como para embarcarse en una prueba exigente, aunque en un barco que se ha adaptado a sus posibilidades de movilidad. Se espera que, antes de partir hacia Nueva York, el padre del Rey viaje a Galicia para asegurarse de que las embarcaciones están en perfecto estado de revista.

Además de su propósito (no todos los días se disputa una prueba del Campeonato del Mundo), la novedad de este viaje es la presencia de la infanta Elena, quien cruzará el océano atlántico no solo en calidad de acompañante. La misma información de Taulés asegura que la primogénita del rey Juan Carlos también competirá, y en la misma clase, con su propio barco. De hecho, se espera que también se acerque a Sanxenxo para ultimar detalles en el mismo.

Se repite, así, el viaje de 2023 para disputar el Mundial que llevó a Juan Carlos I y Elena de Borbón a aguas británicas, donde padre e hija se midieron en la misma clase de 6 metros. Entonces se alojaron en Cowes, la capital de la isla de Wight, en casa de uno de los principales organizadores de la regata, amigo suyo desde hace décadas. Situada frente a la ciudad de Southampton, allí se criaron la abuela, bisabuela y tatarabuela británicas del emérito.

Una vez más, se constata la vinculación del rey Juan Carlos y su hija mayor no solo a través de su carácter y parecido físico, sino también en su temperamento y pasiones. Ambos se encuentran ahora en la navegación, pero han sido muy aficionados el uno, a la caza, y la otra, a la hípica. Todas actividades que, nótese, incluyen un alto componente de disfrute social, con comidas, fiestas y celebraciones alrededor o en el centro de la práctica deportiva.

El calendario del rey Juan Carlos y de la infanta Elena en Nueva York queda de la siguiente manera: el 20 de septiembre está prevista la regata de entrenamiento y el 22 comienzan las pruebas que decidirán al nuevo campeón del mundo. Padre e hija tendrán que disputar ocho mangas repartidas en cinco días: el esfuerzo es notable. ¿Tienen posibilidades? Sí, sobre todo el monarca emérito, pues hace dos años levantó el trofeo de campeón mundial en la isla de Wight. El objetivo, evidentemente, es revalidar el título.

La infanta Elena tampoco lo tiene todo perdido ante el Bribón 500, pues en 2023 quedó segunda a bordo del Alibabá II. Podría decirse que este viaje a Nueva York supone un respiro en sus labores de acompañamiento a la reina Sofía e Irene de Grecia en el Palacio de la Zarzuela. La periodista experta en Casa Real Pilar Eyre ha contado que las dos hijas de los eméritos no dejan sola a su madre en estos momentos difíciles, debido a la enfermedad de su hermana. La situación, sin embargo, podría no ser tan dramática.

Según desveló la periodista María Patiño en su programa, hace pocos días que fueron vistas tanto la reina Sofía como Irene de Grecia, disfrutando de un paseo por su lugar favorito: uno de los centros de El Corte Inglés. La afición de la emérita a las compras es conocida, así que es una alegría comprobar que aún hay días en los que puede salir con su hermana a dejarse seducir por la moda o la decoración.

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Sabemos, además, que hace escasas fechas que realizó una escapada a Grecia, su país natal, para celebrar el cumpleaños de la reina Ana María, viuda del rey Constantino. Fue el pasado día 30 de agosto y la reina Sofía acudió sola, sin su hermana Irene, por sus problemas de salud. Sin embargo, la agenda de otoño de la reina emérita aparece bastante despejada, con la sempiterna duda acerca de la imposición del Collar del Toisón de Oro que el rey Felipe le concedió el pasado enero. Se retrasa.

Evidentemente, no estamos hablando de una ceremonia menor, sino de uno de los actos más solemnes y de mayor carga simbólica que puede llevar a cabo la Jefatura del Estado. Además de la dificultad de encontrar una fecha que encaje en las agendas de la familia real, miembros del Gobierno y autoridades, suele buscarse una fecha señalada que subraye lo memorable del momento. ¿Podría ser parte de los actos de celebración del 50 aniversario de la proclamación del rey Juan Carlos?

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