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CIEGA Y LUCHADORA

Margarita de Borbón cumple 84 años, así es la infanta que renunció al trono por amor y adora a Bruce Springsteen

Margarita de Borbón cumple hoy 84 y sigue siendo uno de los miembros más desconocidos de la familia real. Su vida está marcada por su ceguera de nacimiento y por una fuerte personalidad que han hecho de ella una mujer independiente y luchadora.

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La infanta Margarita junto a su hermano el rey emérito, Juan Carlos I. getty images

Su discreción la ha convertido en uno de los personajes menos conocidos de la familia real española. Pero Margarita de Borbón, que cumple hoy 6 de marzo 84 años, destaca, al igual que su hermana doña Pilar de Borbón, fallecida hace tres años, por una fuerte personalidad, franca y directa. Nació en Roma en 1939, en el hospital angloamericano, y fue poco después de nacer, cuando su madre, María de las Mercedes, notó que algo no iba bien en su hija.

El diagnóstico llegó tras visitar a varios especialistas: la infanta Margarita era invidente. La noticia sacudió a la familia, que pensó que deberían sobreprotegerla el resto de su vida. Pero, aunque la ceguera ha marcado su existencia, doña Margarita mostró desde muy temprano que era una mujer independiente y luchadora, sin miedo.

Aprendió a nadar y navegar como todos sus hermanos. Tenía, eso sí, que aguantar las bromas que le gastaban Juan Carlos I y sus amigos. Cuando nadaba en la playa de Tamariz, le decían, 'más a la izquierda', 'más a la derecha', y ella nadaba con seguridad, sin miedo a nada, mientras su hermano y sus amigos se partían de risa.

A sus 84 años, Margot, como la llaman en familia, sigue con el mismo espíritu. Su carácter espontáneo se ha hecho notar en algunas ocasiones, como cuando le preguntaron qué le parecía el conflicto entre doña Letizia y doña Sofía en la misa de Pascua y respondió sin filtros: «¡Muy mal!».

Su gran pasión es la música. En ella se refugió desde niña. Mientras sus hermanos iban a montar a caballo, ella los esperaba escuchando música en el tocadiscos. Con el tiempo, se convirtió en una gran pianista. Le gusta todo tipo de música, desde la clásica al pop y el rock. Se la ha visto en conciertos de Bruce Springsteen, uno de sus musicos favoritos, pero también de Bon Jovi porque es una fan declarada de la música heavy.

Margarita de Borbçon con el músico Miguel Ríos. gtres

Ha acudido a numerosos conciertos de incógnito y sigue haciéndolo, a pesar de que ahora ya se desplaza en silla de ruedas. Al igual que su hermana, Margarita recibió una educación poco ambiciosa. Pasó tres años en una escuela de formación de invidentes y, más tarde, estudiço Puericultura en Madrid

Como doña Pilar, se empeñó en formarse y en trabajar después, algo que sus padres no entendías. Hoy habla cinco idiomas: portugués, inglés, italiano, francés y español. Además, se defiende en búlgaro y en árabe. En 1981, su hermano, el rey Juan Carlos le otorgó el título de Duquesa de Soria.

Su ceguera tampoco le impidió casarse por amor con el médico Carlos Zurita, aunque al tratarse de un plebeyo, tuvo que renunciar a permanecer en la línea de sucesión al trono. La boda tuvo lugar en Estoril, en Villa Giralda, en 1972, y tuvieron dos hijos, María y Alfonso , probablemente los menos conocidos de la familia del rey.

En 2017, se convirtió en abuela. Su hija María Zurita decidió someterse a un proceso de inseminación artificial para ser madre soltera. Contó con el total respaldo de toda su familia y en especial de sus padres, que ayudan en la crianza del pequeño.

Si hay un lugar que adora doña Margarita es Estoril. Su historia con la portuguesa se remonta a cuando tenía solo nueve años. Fue el lugar elegido por sus padres, los condes de Barcelona, don Juan y doña María de las Mercedes, para vivir en el exilio.

En Villa Giralda, la residencia familiar, vivió su infancia con sus hermanos, Juanito, Pilar y Alfonso. Este último falleció en un fatídico accidente por un disparo fortuito de una pistola que sostenía don Juan Carlos. Esta tragedia, sin embargo, no acabó con el cariño que doña Margarita tiene a Estoril, que se convirtió en su destino estival preferido.

Su apego a esta localidad motivó a sus hermanos a renunciar a la parte legítima que les correspondía del testamento de don Juan de Borbón para que su hermana pequeña pudiera tener la casa donde se instala cada verano.