La polémica vuelta de Meghan Markle a Europa: extraña en el desfile de Balenciaga y gesto feo al cruzar el puente donde falleció Diana de Gales

No hacía falta ser experto en la familia real británica para anticipar que la visita en solitario de Meghan Markle a París iba a evocar a otra royal de otra época. La mera presencia de una elegantísima duquesa de Sussex en París, rodeada de los flashes de los fotógrafos y con ese deslumbrante anillo de compromiso de diamantes elaborado con gemas de la colección de joyas de la suegra que nunca conoció, era suficiente para recordarnos a la fallecida Diana de Gales.

Pero entonces, como buena influencer, la esposa del príncipe Harry, quiso dar un paso más. Pero un paso en falso, como le han señalado numerosas voces con visible enfado. Claro que su debut en la Semana de la Moda de París, en lo que suponía su primer viaje a Europa desde 2023, ya no había comenzado con buen pie. Tras hacer una aparición estelar, atravesando la multitud reunida para el glamuroso evento de moda con un deslumbrante vestido blanco para tomar asiento en el desfile del diseñador italiano Pierpaolo Piccioli para Balenciaga, Meghan Markle tuvo una aparentemente incómoda interacción con él.

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Cuando intentaron besarse en ambas mejillas, ambos casi chocaron las cabezas y estuvieron a punto de besarse en la boca. Mientras las cámaras los enfocaban, el diseñador pareció reírse del incidente antes de coger la mano de Meghan para hacerse una foto juntos. Después de dar las gracias a Piccioli, la duquesa terminó el incómodo encuentro con un breve abrazo. Acompañada por su viejo amigo Marcus Anderson, la royal también saludó a la directora editorial global de Vogue, Anna Wintour, y al director de cine australiano Baz Luhrmann.

Terminado el evento, la duquesa de Sussex decidió documentar su visita a la capital de Francia para sus 4,2 millones de seguidores en Instagram. Para ello compartió un vídeo de pocos segundos de duración, presumiblemente grabado por ella misma a su regreso de la fiesta posterior al desfile de Balenciaga, que comienza en la parte trasera de su coche con chófer, mientras recorre a toda velocidad las orillas del Sena por la noche.

Primero vemos el puente Alexandre III y luego el vehículo continúa hacia el célebre puente del Alma mientras Meghan levanta los pies y los coloca con desenfado en el asiento de enfrente. ¿Se dio cuenta la duquesa de Sussex de que se trataba de un viaje paralelo —separado tan solo por las aguas del río Sena— al que realizó la madre de su marido en su fatídica última noche en agosto de 1997?

Fuera o no intencionado el feo gesto en su memoria, el vídeo desató una avalancha de quejas en las redes sociales. «Por favor, dime que eso no es real... ¿No lo habrá hecho realmente... verdad?», aseguraba un usuario en Twitter, antes de que otro añadiera «para la mayoría de las personas cuya suegra ha fallecido, pasar por el lugar donde ocurrió sería un momento de silencio, respeto y reflexión». Por último, el experto en realeza Richard Fitzwilliams aseguraba que la publicación era «absolutamente desconcertante», «más que estúpida» e «increíblemente insensible».

El propio hijo menor de la fallecida Diana de Gales relató una experiencia similar en su autobiografía, Spare. En sus memorias de 2023, Harry recuerda haber atravesado el mismo túnel cuando tenía 23 años, durante la semifinal de la Copa del Mundo de Rugby de 2007. «En mi primera noche en la Ciudad de la Luz le pregunté [a su chófer] si conocía el túnel donde mi madre... Observé cómo se le agrandaban los ojos en el espejo retrovisor«, escribe el duque de Sussex.

A continuación, señala que le pidió al conductor que atravesara el túnel a 105 km/h. «La velocidad exacta a la que, según la policía, iba el coche de mi madre», escribe. «No a 190 km/h, como informó inicialmente la prensa». Harry continúa relatando entonces que «había tenido muchas malas ideas en mis 23 años de vida, pero esta era especialmente descabellada. Me había dicho a mí mismo que quería cerrar ese capítulo, pero en realidad no era así».

«Está muerta», pensé. «Dios mío, se ha ido para siempre», añade sobre este revelador momento en un lugar tan significativo para él. Como sin duda también habrá sido muy emotivo para él ver a su esposa conduciendo de noche tan cerca del lugar donde ocurrió aquel trágico accidente.

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