FAMILIA REAL GRIEGA
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En diciembre de 1944, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, más tarde esposo de la reina Isabel II, viajó a Montecarlo, para recoger las pertenencias de su padre, el príncipe Andrés de Grecia, que había fallecido allí el 3 de diciembre. Entre sus cosas encontró un anillo de sello que Felipe no se volvió a quitar desde entonces. Por lo demás, Andrés de Grecia había dejado deudas, de las que tuvo que encargarse su hijo. Fue enterrado en la iglesia ortodoxa rusa de Niza, y, más tarde sería trasladado al Cementerio Real Griego del Palacio de Tatoi, cerca de Atenas.
Andrés, tío abuelo de la reina Sofía, era el cuarto hijo varón y el séptimo de los ocho que tuvieron el rey Jorge I de Grecia y la gran duquesa Olga Constantinovna de Rusia. Su abuelo paterno era el rey Cristian IX de Dinamarca y era sobrino de la reina Alejandra del Reino Unido, de la emperatriz María Feodorovna de Rusia, esposa de Alejandro III, y del rey Federico VIII de Dinamarca. Se crio en Grecia, y estudió en la escuela de cadetes, convirtiéndose en oficial y ocupando varios puestos militares de relevancia.
En 1902, conoció a la sobrina nieta del rey Eduardo VII, Alicia de Battenberg, bisnieta de la reina Victoria, mientras asistía a la coronación Eduardo en Londres. Al año siguiente Andrés y Alicia se casaron en Darmstad, Ducado de Hesse, en dos ceremonias religiosas: una ortodoxa y otra luterana. Tuvieron cinco hijos: cuatro hijas –Margarita, Teodora, Cecilia y Sofía– y un niño, el más pequeño, el futuro Felipe de Edimburgo.
La vida de Andrés de Grecia estuvo marcada por la inestabilidad política, los problemas en el Ejército, el espíritu antialemán propiciado por las dos guerras mundiales y el exilio. Fue incluso acusado de espionaje a favor de Alemania. Sufrió varios consejos de guerra. Durante la Primera Guerra Mundial, la familia real griega tuvo que exiliarse, pero regresó en 1920, y el príncipe Andrés fue reintegrado al ejército. Pero, tras la derrota en la guerra con Turquía, fue arrestado, juzgado por un consejo de guerra y declarado culpable.
Escapó por poco de ser fusilado a bordo de un crucero británico, tras ser despojado de su nacionalidad. Andrés y su familia se instalaron entonces a las afueras de París, donde escribió un libro sobre la derrota griega. Pero hubo otro asunto que marcó su vida y su matrimonio: la enfermedad mental de su esposa, Alicia, que tuvo que ser internada durante varios años, a finales de los años veinte, y sometida a terribles tratamientos.
La enfermedad de Alicia separó, por completo a la familia. El príncipe Andrés se fue a vivir al sur de Francia: sus cuatro hijas se habían casado y su hijo menor vivía en Londres, a cargo de la familia de su esposa. Andrés ocupaba un pequeño apartamento y pasaba largas temporadas a bordo de un yate con su amante, la condesa Andrée de La Bigne. Andrés siguió viviendo en la Riviera durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la princesa Alicia se encontraba en la Atenas ocupada, luchando por ayudar a la población y protegiendo a familias judías.
Andrés había nacido en 1882. Se dice que era un bebé tan pequeño al nacer que pasó varios días en una caja de puros alimentado con un mondadientes antes de ser entregado a una nodriza. El príncipe creció escuchando la frase de su padre, el rey, según la cual nunca debían olvidar que eran extranjeros en Grecia, pero sí hacérselo olvidar a los griegos.
Andrés se lo tomó al pie de la letra y sólo hablaba griego, a diferencia de sus hermanos, que se expresaban en inglés y en alemán. Era un niño decidido, brillante y muy estudioso. Su educación fue espartana. La familia compartía un solo baño. En verano, viajaban a Dinamarca para visitar a sus familiares paternos y a Rusia para ver a la familia de su madre.
Alicia de Battenberg nació el 25 de febrero de 1885 en el Castillo de Windsor en presencia de su bisabuela, la Reina Victoria. Su madre era Victoria de Hesse, hija mayor de la Princesa Alicia. Nació casi totalmente sorda de un oído y, aunque mejoró con la edad, siempre se comunicó leyendo los labios. Conoció a Andrés en junio de 1902 en el Palacio de Buckingham. Alicia, tenía 17 años y Andrés, 20.
Tras casarse, en 1903, se mudaron a Grecia, donde vivieron en una suite en el palacio real de Atenas. Su primera hija, Margarita, nació el 18 de abril de 1905, y su segunda hija, Teodora, el 30 de mayo de 1906. En mitad de la guerra con Turquía, Alicia se dedicó a la enfermería con gran empuje.
Alicia dio a luz a dos hijas más: Cecilia, el 22 de junio de 1911 y Sofía, el 26 de junio de 1914. La familia se vio obligada a exiliarse por primera vez, en 1917. Regresaron en 1920. Alicia estaba embarazada por quinta vez. En Mon Repos, la residencia de verano de la familia real, en Corfú, Alicia dio a luz a su hijo menor y único varón, Felipe, el 10 de junio de 1921.
Los distintos destierros de la familia y el miedo a no saber si Andrés sería ejecutado afectaron mucho a Alicia. La situación empeoró por la creciente amargura de Andrés debida a su inactividad, lo que contribuyó a dañar el matrimonio. La familia se dio cuenta de que Alicia sufría una crisis nerviosa desde hacía tiempo. Con los años se ha señalado que podría ser un trastorno bipolar.
Trabajaba sin descanso como enfermera y atravesó una época de fervor religioso. Se convenció de que sus manos tenían poderes curativos y de que recibía mensajes de un poder superior. A finales de 1929, había dejado de hablar con su familia. Su madre, Victoria, la visitó poco después y se ocupó de que Alicia fuera llevada a un psicoanalista.
Este le diagnosticó esquizofrenia paranoide. A partir del 2 de mayo de 1930 estuvo hospitalizada durante largo tiempo en Alemania y en Suiza. Andrés y Alicia no se divorciaron aunque Alicia creía que su familia la había traicionado. Durante los años de internamiento, fue sometida a una ablación del útero, y le radiaron los ovarios porque sus médicos pensaban que ayudaría a calmar su nerviosismo que atribuían a una frustración sexual.
Cuando salió del hospital, en 1932, Alicia, decidió volver a vivir en Atenas y, durante la guerra, trabajó como enfermera en la Cruz Roja y se dedicó a cuidar a los pobres y enfermos. Cuando Alemania invadió Atenas, ayudó a ocultar a judíos griegos, entre ellos a una viuda y dos de sus hijos.
Andrés, que no volvió a preocuparse de su esposa, quedó atrapado en la Francia de Vichy al comienzo de la guerra. Falleció en Montecarlo el 3 de diciembre de 1944, en el Hotel Metropole de Montecarlo, sin haber visto a su esposa ni a su hijo, el duque de Edimburgo, en cinco años. Su cuerpo fue finalmente enterrado en Grecia después de la guerra.
Cuando el príncipe Felipe e Isabel se comprometieron y se casaron en 1947, Alicia regresó a Inglaterra para su boda en la Abadía de Westminster. Después en Grecia fundó una orden de enfermería de monjas ortodoxas griegas, la Hermandad Cristiana de Marta. Falleció en su casa del Palacio de Kensington en septiembre de 1950. Fue enterrada en el Convento de Santa María Magdalena en Getsemaní, en el Monte de los Olivos de Jerusalén.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.