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Cómo se llevan de verdad la reina Letizia y Sofía de Grecia: apoyo total en el pasado, pelea en público en Palma y reconciliación en Marivent

Aunque el Marivent las vimos muy unidas, la relación entre la reina Letizia y doña Sofía ha pasado por varios momentos de acercamiento y distanciamiento.

Doña Letizia junto a la reina Sofía. gtres

Por mucho tiempo que haya transcurrido, en la retina de los ciudadanos sigue muy presente el rifirrafe que doña Letizia y doña Sofía protagonizaron el 1 de abril de 2018 en la Catedral de Palma. Visibilizó de forma pública y notoria que la relación entre ambas no era buena. Son dos mujeres totalmente distintas: por extracción social, por generación y por carácter.

Pero este año, en Marivent, hemos visto una versión muy distinta. Durante la recepción tradicional de verano a la sociedad de Mallorca en el palacio donde veranean los reyes, Sofía y Letizia compartieron confidencias ante la mirada atónita de todos los presentes. Aunque su lenguaje no verbal las mantenía claramente separadas, nada que ver con la idea fría y distante que teníamos de su relación en los últimos años. El plan de reconciliación de la reina Sofía para acercar a Letizia y a sus hijas, Elena y Cristina, está en marcha.

Pero no fue el único momento de acercamiento y reconciliación pública. Durante la salida a cenar en familia del viernes 5 de agosto, la reina Sofía se paseó sonriente del brazo de su hijo, el rey Felipe VI, rodeada de sus nietas, la princesa Leonor y la infanta sofía, mientras la reina Letizia paseaba junto a su hermana Irene de Grecia.

Cierto que en la foto de grupo, la reina Letizia quedaba ligeramente apartada junto a una Irene que no parece sonreír jamás. No sabemos si por decisión propia o por el baile de sitios de la situación. Eso sí, el largo camino hasta este momento ha estado plagado de incertidumbres, de apoyos, pero también de alejamientos sonados.

La familia rela sale a cenar en Palma de manera informal con la reina Sofía y su hermana, Irene de Grecia. gtres

Pero los primeros años, cuando doña Letizia comenzaba a caminar como princesa de Asturias, no fueron malos. Su relación era cordial, incluso íntima. Doña Letizia invocó el ejemplo de doña Sofía, en su pedida de mano, como la guía en la que tenía pensado apoyarse para aprender su papel.

Habló del ejemplo «impagable» de la Reina, que se convirtió en un apoyo fundamental para ella. De alguna forma, la doña Sofía la «adoptó» y trató de mostrarle el camino. Con sus palabras, doña Letizia dejó claro, también, cuál era su modelo de reina.

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Unas fotografías «robadas» el primer verano familiar en Marivent y publicadas por la revista ¡Hola!, en aguas de Formentera, mostraban a doña Sofía y doña Letizia hablando con total intimidad en la cubierta del Fortuna. Era la imagen de la reina aconsejando a la Princesa de Asturias.

La transmisión del testigo de una generación a otra. Doña Sofía confesaba poco después a la periodista Pilar Urbano que «los matrimonios son de los hijos» y que una madre hace todo lo posible por que acierten y, si no, hace todo lo posible para que la unión salga adelante.

Doña Letizia y la reina Sofía en Mallorca. gtres

Doña Sofía se puso, desde el principio, del lado de su hijo y de su nuera, no así don Juan Carlos, que nunca aprobó las relaciones de don Felipe con Isabel Sartorius y Eva Sannum, por diferentes motivos, ni tampoco con Letizia Ortíz, una periodista divorciada de clase media, nieta de un taxista.

Le pareció, además, una persona demasiado «culta» y con tendencia a imponer su voluntad. La reina Sofía, por su parte, dejaba claro que «la quería mucho» a las preguntas de un periodista, en una de sus visitas al mercado de Nuevo Futuro, a mediados de los 2000.

La reina Sofía y la reina Letizia comparten confidencias durante la recepción en Marivent del 4 de agosto. GTRES

Sin embargo, la relación entre la familia real y doña Letizia nunca fue fluida. Las infantas nunca la trataron con calidez, ni le ofrecieron su ayuda, a pesar de que don Felipe, doña Elena y doña Cristina siempre tuvieron una gran complicidad. Con los años, ese apoyo de la reina Sofía y la temprana cordialidad entre nuera y suegra se también se fueron deteriorando.

¿La razón? Primero llegó el nacimiento de Leonor y Sofía, que llevó a doña Letizia a marcar su territorio como madre, hasta el punto de que la reina Sofía se dolía, ante sus íntimos, de que apenas las veía, cuando Paloma Rocasolano frecuentaba constantemente la casa de los entonces príncipes. Ni siquiera en Marivent, cuando don Felipe y doña Letizia pasaban unos días a pocos metros del palacete principal, en Son Vent.

Doña Letizia y la Reina Sofía con sus nietas.

La actitud que había mantenido doña Sofía con respecto a las polémicas protagonizadas por Don Juan Carlos y, sobre todo, su relación con su hija, la Infanta Cristina, a raíz de los escándalos del caso Nóos, que tanto daño han hecho a la institución, alejaron drásticamente a nuera y suegra.

Doña Sofía trataba de mantener a la familia unida, y de ejercer de abuela y de madre, brindando consuelo a la infanta, sin entender el alejamiento radical que los reyes Felipe y Letizia pusieron en funcionamiento para proteger a la Corona. Doña Letizia tampoco entiende todo lo que su suegra ha aguantado como mujer por las infidelidades del rey emérito. Su círculo comenta que ella ha asegurado en varias ocasiones que no aguantaría nada parecido, si llegara a suceder.

Con el caso Nóos, la relación de doña Letizia con su cuñada, la infanta Cristina, y su esposo, Iñaki Urdangarín, se hizo insostenible. La reina evitaba posar junto a Cristina e Iñaki en las fotos oficiales. O lo hacía a regañadientes. La estrategia de Zarzuela, con el acuerdo del rey emérito, era apartar a Iñaki Urdangarin y a la infanta Cristina de toda actividad oficial.

Solo se encontraron con la oposición de la reina Sofía, que insistía en mantener la familia unida. De hecho, siguió viajando a Washington, los primeros años, o a Ginebra, para visitar a su hija y a su yerno, y acompañarlos en sus cumpleaños.

La reina Sofía visitando a Doña Cristina y sus hijos en Ginebra. gtres

Hubo un momento de especial tensión, en la conmemoración del 50 aniversario de la muerte del rey Pablo de Grecia, padre de doña Sofía, a la que también asistieron la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín. Don Felipe y doña Letizia hicieron lo imposible por evitar una foto junto a ellos, pero no fue posible, aunque no posaran juntos.

Era un acto familiar. Sin embargo, tras la ceremonia, don Felipe y doña Letizia regresaron rápidamente a Madrid, sin asistir a la comida familiar que había organizado doña Sofía, algo que molestó mucho a esta. Era evidente la disparidad entre ellos a la hora de entender la situación. La madre del rey trataba, por todos los medios, de mantener unida a la familia, cuando esta estaba ya rota.

Tras el encontronazo de la misa de resurrección de 2018, doña Letizia ha hecho todo lo que ha podido para borrar aquellas imágenes de la mente de los españoles y «reconstruir» su relación con la reina emérita. Tras escenificar la «reconciliación» entre ambas, pocos días después, en su visita al rey Juan Carlos, hospitalizado tras una operación de rodilla, doña Letizia y doña Sofía no han dejado de protagonizar gestos de respeto y de cariño entre ellas, en estos años, aunque las ocasiones no son muchas.

Doña Sofía con su nietas y la reina Letizia. gtres

Semanas después de Pascua, acudían, junto con Victoria Federica e Irene Urdangarín, a un espectáculo de ballet. Y ese verano, fueron varias las instantáneas de la reina emérita junto a doña Letizia y sus nietas, en actos públicos, como la recepción en el palacio de la Almudaina, en Mallorca, o planes no institucionales, como paseos por el centro de Palma.

Hubo incluso un efusivo abrazo que no pasó desapercibido, en diciembre de 2018, a la salida del acto conmemorativo de los 40 años de la Constitución, celebrado en el Congreso de los diputados. Y un año después de la polémica misa de resurrección de 2018, doña Sofía y doña Letizia se mostraban muy cariñosas la una con la otra, con abrazos incluidos a la salida de la misa.

Los veranos y las entregas de los premios Princesa de Asturias se han convertido en la excusa para escenificar una relación cordial, incluso cariñosa. Hoy parece que la relación, al menos públicamente, ha vuelto a su cauce. También es cierto que la agenda de doña Sofía está menguando, a medida que crece la de sus nietas, la Princesa de Asturias y la infanta Sofía.

Pero, doña Letizia sabe, aunque le ha resultado difícil ponerlo en práctica en los últimos años, que su imagen como madre y como reina depende también de los gestos de cariño y respeto hacia la madre de su esposo, que adora a doña Sofía, mientras esta siente una verdadera debilidad por Don Felipe. El rey se esfuerza todo lo que puede por unirlas.