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Seguro que te suena muchísimo su cara: es una habitual en las colecciones de Zara, H&M y Mango. De hecho, su presencia en el catálogo de Zara, repleto de niñas-mujeres, llamó muchísimo la atención por proponer un tipo de mujer mucho más cercana a la realidad. Eso sí: suscitó un intenso debate sobre su consideración como 'curvy' o incluso 'talla grande' que las más optimistas le adjudicaron. Jill Kortleve, nacida en Holanda hace 26 años y afincada en Nueva York, tiene la talla 40, de ninguna manera una talla grande, aunque sí que se la pueda considerar curvy por comparación con las modelos habituales. Se trata de un mínimo paso para la humanidad (femenina) pero un salto de gigante para Chanel, donde no se contaba con una modelo que no tuviera talla showroom desde hace una década.
La última modelos que desfiló para Chanel, cuando Karl Lagerfeld aún no había entrado en guerra definitiva con los cuerpos diversos, fue la añorada Crystal Renn. En su perfil de Instagram, Jill Kortleve ha demostrado que es perfectamente consciente de lo excepcional de su presencia en el desfile. "Hay un cambio muy necesario en las pasarelas y estoy orgullosa y agradecida de ser parte de él", escribió. "Realmente espero que en el futuro pueda ver y trabajar con muchos más modelos como yo que solían no encajar por culpa de las reglas que dicta la sociedad".
Lo cierto es que la agenda de Jill Kortleve echa humo y no está sola en este tímida aparición de cuerpos diversos sobre las pasarelas del lujo. En Milán, Fendi (otra firma capitaneada por Lagerfeld) apostó pro primera vez por dos modelos curvys, Paloma Elesser y la misma Kortleve. Además, amboas desfilaron para Alexander McQueen, la firma en la que Jill Jortleve debutó en 2018. Este año, nuestra protagonista accedió al casting de Mugler y Valentino, pero ha sido el de Chanel la que la ha colocado en el punto de mira del negocio de la moda. Ojalá pronto la sigan muchas otras modelos con tallas diversas.