Aunque la boda protagonista del mes de octubre ha sido la celebrada la pasada semana en Sevilla, con Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan como protagonistas, lo cierto es que este sábado ha tenido lugar otro enlace que no ha pasado desapercibido. Y sí, el motivo eran sus contrayentes y los invitados de la alta sociedad reunidos en una ceremonia que ha tenido lugar en Cáceres.
Hablamos de la boda de Fernando Palazuelo y Micaela Belmont, que ha traído a importantes políticos y empresarios a la ciudad extremeña en un evento en el que, además de la novia, la absoluta protagonista ha sido la mismísima Sofía Palazuelo, hermana del novio.
Celebrada en el Palacio de Godoy, la boda en la que la pareja se dio el «sí, quiero» arrancó a las dos de la tarde despertando una gran expectación. Todo ello, como decimos, por el nombre de los contrayentes: no solo por un apellido ligado a los Fitz-James Stuart y al duque de Huéscar, sino también por el de la propia novia.
Y es que, la actriz peruana fue criada en una importante familia de políticos de su país. Conocida en España por su reciente participación en la ficción '¿A qué estás esperando?' junto al actor Rubén Cortada, la joven de 31 años se ha convertido en la novia protagonista del fin de semana gracias a un look nupcial de esos que marcan la diferencia y que son toda una declaración de intenciones.
Según hemos podido confirma en las fotografías publicadas de este día tan especial para la pareja, Micaela es ese tipo de novia que no tenía el objetivo de lucir clásica, sencilla ni minimalista, sino todo lo contrario. Y, sin lugar a dudas, lo ha conseguido.
Así pues, haciendo alarde de un enlace que en el que se han fusionado culturas y tradiciones, la actriz escogió un vestido repleto de significado que muy poco tenía que ver con lo que lucen las novias habitualmente. Y es que, optó por un diseño confeccionado en trama trenzada que podría ser un guiño a su país natal.
Haciendo un guiño a la cultura de su país, Micaela se decantó por este vestido con mangas efecto capa, escote cut-out, hombreras muy marcadas y un acabado de flecos gracias al extremo de estas trenzas tan originales. Una opción que combinaba dos tonalidades, el crudo y el gris y que, además, llevaba debajo unas mangas de gasa fluidas.
Un ramo de lirios blancos, joyas minimalistas y un velo clásico sujeto a un peinado con un moño bajo trenzado completaban este estilismo nupcial que, sin lugar a dudas, va a ser uno de los más comentados del año. Y es que, a pesar de que entre los 250 invitados había rostros conocidos como Agatha Ruiz de la Prada, fue la novia la que, una vez más, acaparó todas las miradas.