ellos los conocieron antes
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En el placer de compartir opiniones y sensaciones sobre el último episodio de la serie del momento, desde mediados de abril somos muchos los que nos hemos encontrado con la coletilla «es que no te lo puedo contar», «es que no lo sabes porque no has jugado al videojuego», «es que en el videojuego no es así». Porque la adaptación de The Last of Us ha estado marcada por la creación original, tanto para los que no hemos jugado nunca, y no estábamos de acuerdo con la narración que encontrábamos en la pantalla, como para los que sí han jugado.
Los siete episodios que han compuesto la segunda temporada de la serie protagonizada por Bella Ramsey y Pedro Pascal han tenido la capacidad de disgustar a propios y extraños, convencer a unos pocos, fascinar a los amantes de las imágenes espejo y frustrar a aquellos que en la primera temporada se enamoraron de sus protagonistas. Y lo mejor de todo es que en cualquiera de esos grupos de espectadores, podría haber un jugador de The Last of Us. Es decir, la disconformidad, y la conformidad, ha llegado a los que no conocían la historia, y a los que sí por igual.
Sin embargo, nuestras quejas no son las mismas y como los lectores de una novela que se atreven con la adaptación de la historia que han leído, cada cual tiene un punto de vista. Y esta es la de los fans del videojuego que más guerra me han dado con el «es que no te lo puedo contar» en el último mes y medio. Dos amigos que, además, han completado la experiencia audiovisual quedando para jugar (de nuevo) al videojuego. Porque nunca mucho apocalipsis es demasiado apocalipsis si es con Joel y Ellie.
La fiebre por The Last of Us la empezó Luca López, el jefe de Audiovisual de Mujerhoy, que se adentró en los videojuegos de la compañía Naughty Dog según llegaron al mercado. Para él, la segunda temporada le ha dejado un «sabor agridulce. Hace check en todo lo que, como aficionado, se le puede pedir», aunque no se considera «fundamentalista del juego porque el tercer capítulo de la primera temporada me fascinó y era una reinterpretación libre de un personaje secundario», comenta acerca del episodio protagonizado por Nick Offerman y Murray Bartlet.
«Igual ese fue el gran acierto de la primera temporada», prosigue, «rellenar la trama principal con historias que contextualizaban el mundo de Druckman».
Para Luca, el problema de la segunda temporada es «la pérdida de la sutileza que redondeó la primera temporada», porque para él se ha tratado «al público como si le faltase un hervor». Como, por ejemplo, «que Abby jure vengarse al inicio de la serie destroza la sorpresa del segundo episodio, porque te predispone a la tragedia (en el juego se viste de encuentro fortuito, aunque luego de casual no tenga nada)».
Pero también menciona «la conversación entre la psicóloga y Tommy, en la que ella le recuerda que Ellie es igual que Joel, es un fastidio, porque como espectador, lo que yo quiero ver es cómo Ellie, embriagada por el sentimiento de venganza, va sumergiéndose en la más profunda oscuridad».
Una «pérdida de sutileza y de delicadeza» que según él «huele a productor ejecutivo a la legua. Apesta a decisiones erróneas, como ampliar a cuatro temporadas una historia que debería haberse resuelto en tres de diez capítulos y que, parecerá una tontería, pero condiciona el metraje (el propio Druckman así lo ha confesado en una entrevista)».
Y lo hace, continúa, «hasta el punto de introducir, como cualquier otro flashback, la conversación entre los protagonistas en el porche de Joel, que es, literalmente, la última escena del juego y que, sin ánimo de hacer spoiler, llega en ese momento porque es necesaria en ese momento. Recolocar las piezas para contar lo mismo, pero de otra forma, remite a la paradoja de Teseo y uno acaba preguntándose si está viendo The Last of Us o The Us of Last. Ahora toca Abby y espero, de verdad, que se le haga justicia», sentencia.
Otra de las jugadoras de The Last of Us que ha comentado, sufrido y, a ratos disfrutado, la adaptación que han hecho Neil Druckman y Craig Mazin, es Carla Cuadrado, Social Media Manager de Mujerhoy. Para ella «los jugadores de videojuegos, al igual que los lectores, nunca estaremos de acuerdo al 100% con su adaptación a la pantalla» y «en el caso de The Last of Us, es normal que nos haya enfadado que no se haya seguido el hilo narrativo del videojuego o las omisiones a algunos momentos que nos parecieron clave».
Sin embargo, la segunda temporada de la serie no le ha generado solo sentimientos negativos y ella agradece que le haya acercado «a sentir lo que un día viví al jugar delante de mi tele, con el mando entre las manos. La emoción, el miedo, los nervios, la pena… The Last of Us nos ha regalado una prórroga de un videojuego que aún no hemos podido superar». A pesar de que, a veces, no se ha seguido al pie de las imágenes el desarrollo del producto original, para Carla, «aunque podrían haberlo hecho mejor, lo han hecho bien».
«Ellie siempre será nuestra Ellie», prosigue, «por muy monstruo en el que se convierta. Y Joel siempre será nuestro Joel, por muy buen maestro de la crueldad que fuera. Y creo que eso se refleja a la perfección en la serie. Nos animan a quererles, a empatizar con la malicia, con el dolor… y a preguntarnos qué haríamos nosotros en su lugar». Por ello, opina, «la esencia se conserva».
Por último, Carla cree que «de un juego que nos parecía perfecto y que marcó una época, nos ha quedado una serie casi perfecta, con unos actores que, a mi parecer, han sabido seguir el legado de los personajes».