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Lo sabemos... es la parte que más pereza nos da después de llegar a casa, pero es el paso clave que no debemos saltarnos ¡nunca! si lo que quieres es presumir de una piel sana y radiante. Hablamos de desmaquillarse y de los increíbles beneficios que este sencillo gesto tiene para nuestro rostro, tanto a medio como a largo plazo.
Pero un detalle crucial que muchas veces pasamos por alto, es que para desmaquillarse no todo vale, de hecho hay una serie de errores comunes que pueden estar perjudicando a tu piel pero ¡tranquila! porque podrás solucionarlos.
El objetivo principal es evitar que nuestros poros se obstruyan y favorecer que la piel se oxigene, pero de la forma correcta y como recomiendan los profesionales. Por eso, hemos recopilado una lista de posibles errores que podrías estar cometiendo y que a partir de ahora podrás corregir para conseguir ese rostro sano, luminoso y radiante que deseas. ¡Empezamos!
1. No lavarte las manos: Este es uno de los pasos más importantes antes de comenzar con nuestra limpieza facial diaria, ya que en nuestras manos se acumulan muchísimas bacterias cada día y no queremos que estas bacterias acaben en nuestro rostro. Por eso te recomendamos que antes de empezar a desmaquillarte, no olvides tener las manos impolutas y desinfectadas.
2. Usar agua demasiado caliente: Te recomendamos que utilices agua templada para desmaquillar tu rostro y que termines con agua fría para mejorar la circulación en esta zona y aportar luminosidad al rostro. El agua demasiado caliente puede acabar por irritar o resecar nuestra piel.
3. Frotar el ojo en círculos: Estamos hablando de una de las zonas más sensibles del rostro y frotar para desmaquillártelos no es la mejor opción. Los expertos recomiendan que recurramos a los clásicos discos de algodón. Para utilizarlos te recomendamos que empapes uno de estos discos en tu producto desmaquillante (para ojos) y que lo apliques suavemente sobre el ojo cerrado deslizando con cuidado y retirando así el maquillaje, tanto de las pestañas como del párpado.
3. Desmaquillar los labios con un producto demaquillante demasiado fuerte: Al igual que sucede con los ojos, los labios también es otra de las zonas más sensibles del rostro y para desmaquillarlos tendremos que tener esto muy en cuenta. Para proceder a ello te recomendamos que viertas una pequeña cantidad de agua micelar en un disco de algodón y que humedezcas primero el labio de abajo y luego el de arriba para que penetre bien el producto y con ligeros toquecitos. Después procede en el mismo orden a retirar el maquillaje suavemente y sin frotar.
No olvides aplicarte un poco de vaselina o cacao tras el desmaquillado para que se mantengan hidratados.
4. No olvides el cuello: Cuando pensamos en desmaquillarnos, siempre hay un gran olvidado y ese en la mayoría de ocasiones es el cuello. Así que no olvides desmaquillarte esta zona.
5. Ten en cuenta tu tipo de piel: A día de hoy existen numerosas posibilidades diferentes para desmaquillarte (toallitas, agua micelar, limpiadores en gel, en crema, discos de algodón, espumas...) Sea cual sea el producto que elijas, no debes olvidar que tiene que estar indicado para tu tipo de piel. Por ejemplo si tienes la piel grasa y utilizas productos con aceites o demasiado grasos pueden llegar a generarte acné y puntos negros. En cambio si tu piel es más bien seca sí que pueden ser una buena opción ¡Tenlo en cuenta!
6. No olvides aclarar bien tu rostro: En lo que a desmaquillarse se refiere las prisas no tienen cabida. Al menos esto es lo que deberías tener en cuenta al aclararte el rostro. Un mal aclarado puede hacer que los poros se obstruyan y que aparezcan esos odiados puntos negros. Vigila sobre todo las aletas de la nariz, el cuello y la parte más cercana a la raíz del cabello, estas zonas son las más complicadas de limpiar.
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HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.